My favourite things: hablando sobre la PlayStation 2 (parte 1)

Iván Lerner
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8 min readJun 5, 2020

Siempre que alguien me pregunta sobre cuál es mi consola favorita (cosa que pasa con relativa frecuencia), tengo muy claro que mi respuesta es la PlayStation 2 de Sony. Lanzada a finales del año 2000, es una máquina que ha conseguido tener una fama inigualable dentro del panorama videojueguil gracias a su amplio y variado catálogo. Y de eso vengo a hablar hoy, de los títulos que lo pueblan.

Si bien es verdad que hay mil millones de listas que buscan recopilar cuáles son los mejores juegos de este catálogo, busco alejarme un poco de eso dándole a este artículo un talante más personal, aunque no en un sentido sentimental. La PlayStation 2 fue una consola que tuvo una gran cantidad de obras relativamente experimentales en su haber; muchas de las cuales se han quedado un poco olvidadas ante contemporáneas de más renombre, ya sea por no ser aptas para públicos generales o por una mera cuestión de marketing. Por eso, siempre que hablo de tops tengo claro que todos los juegos tienen que tener una cosa en común, ansias por explorar nuevos territorios en la evolución del medio. Antes de empezar, me gustaría decir que los juegos no están colocados en ningún orden específico, sino que los he ido poniendo según me venían a la cabeza, los rankings no son para nada lo mío.

Shin Megami Tensei III: Lucifer’s Call/Nocturne

Cuando se menciona a Atlus en conversaciones sobre JRPGs, la primera cosa que se me pasa por la cabeza es el tercer Shin Megami Tensei, Nocturne (o Lucifer’s Call), que catalogaría como la obra culmen del estudio japonés, cosa que no es moco de pavo.

Shin Megami Tensei (o SMT para los amigos) es una saga que siempre ha tenido un aire muy propio dentro de los juegos de rol japoneses. Habiendo nacido como una respuesta nipona a Wizardry, no le costó mucho encontrar una personalidad propia rodeada de cierto misticismo y carácter (algo que no le costó nada gracias a las ilustraciones de Kazuma Kaneko, uno de los artistas más reconocibles del panorama de los videojuegos). Nocturne, lanzado 9 años después que Shin Megami Tensei II, se muestra como la cima de la evolución del estudio, mezclando todo lo aprendido durante una larga época de spin-offs con lo que hacía que los títulos originales fuesen especiales.

Esto no se queda solo en lo superficial, sino que cala en todos los aspectos del título. Una narrativa etérea y misteriosa se une a una dificultad muy medida y unas mecánicas profundas para hacer que el jugador se sienta como si estuviera en un mundo ajeno y hostil, lejos del sitio al que pertenece. Leer sobre las inspiraciones que llevaron a la trama y el setting de Lucifer’s Call siempre es una maravilla, algo solo comparable con la bocanada de aire fresco que proporciona todo lo que tiene que ver con su apartado jugable, haciendo que se desmarque total y absolutamente de todos sus contemporáneos.

Shadow of Memories

Shadow of Memories es la total definición de “hidden gem”, un título con algo especial que simplemente no llegó a volverse mainstream y quedó relegado a un lugar poco iluminado de la historia del videojuego. Fue lanzado un año después de la llegada de la PlayStation 2 al mercado, cosa que lo sitúa en una época del desarrollo de videojuegos que grita “experimentación”.

En esta aventura gráfica y narrativa, el jugador tendrá que evitar la muerte de Eike Kusch, el protagonista del juego, viajando hacia el pasado y cambiando las circunstancias alrededor de su propio asesinato. La cosa no acaba ahí, pues todos los hechos que rodean a esta obra transcurren dentro del una trama sobre traiciones, sueños rotos y alquimia, teniendo en su trasfondo bastante más de lo que parecía en un comienzo. Quizás no tenga la mejor y más profunda trama, pero ésta está llena de giros y sorpresas, y el tema de visitar una misma localización durante varios puntos del tiempo siempre hace que me interese por una aventura. Tiene por ahí también un rollo Majora’s Mask lite, pues parte de su gracia es conocer a las personas del pueblo donde se desarrolla la acción y ser rápido a la hora de evitar este misterioso asesinato.

¿Os acordáis de cuando Konami era buena? Pues eso, qué desperdicio de empresa. La originalidad durante los comienzos de la sexta generación de consolas trajo trabajos muy interesantes, y este es uno de ellos. Shadow of Memories también llegó a Xbox, Windows e incluso la PSP más adelante, pero lo considero parte del catálogo de la PlayStation 2 porque literalmente no conozco a nadie que lo haya probado fuera de esta plataforma.

Project Zero

Ay, el terror en la época de la segunda consola de Sony. Para los amantes del mismo, esta máquina fue una bendición y Project Zero (o Fatal Frame, dependiendo del territorio) un regalo casi divino. Si Resident Evil 4 auguraba un giro hacia la acción dentro del género, Project Zero forma parte de una corriente más pausada y psicológica (y de bastante mejor calidad, fight me).

Inspirándose un poco en Resident Evil 1, el juego de Tecmo encierra a sus jugadores en una mansión encantada y derruida con un único objetivo: crear un entorno lúgubre y mundano para confundir y asustar. La propia mansión es casi un personaje más, con una historia que pone la piel de gallina y unos entornos que rezuman personalidad. Pero los dos grandes aciertos de Project Zero vienen por otro lado: el uso de la Camera Obscura como único método de combate y el contexto en la que se desarrolló el título.

Por aquella época, la tercera persona era la opción estándar para los survival horror. Si bien es verdad que había algunos adelantados a su época (véase From Software con su maravillosamente defectuoso Echo Night), los jugadores estaban acostumbrados a un tipo de combate regido por los controles de tanque y, sobre todo, el poder ver nuestros alrededores. Project Zero buscó fraguarse su identidad a través de oponerse a esto, pues los enemigos solo pueden ser derrotados a través de la lente de una cámara, la cual se controla en primera persona. Con esto, el juego de Tecmo dio a sus ambientes un aire aún más claustrofóbico, aterrador y cercano.

Por otro lado, el boom del terror japonés en Occidente propició un modesto éxito para esta obra, dándole un mayor peso en nuestras tierras y posicionándola dotándola de un estado de culto a través de la maestría que tuvo el equipo de Makoto Shibata (creador de la saga) a la hora de representar la parte más espeluznante del folklore de su tierra.

Mucha gente dice que su segunda parte, Crimson Butterfly, es mejor. Al no haberlo jugado, no puedo juzgar eso. Eso sí, el primero de la saga dio comienzo a algo especial e hizo un trabajo espectacular desmarcándose de sus competidores.

Silent Hill 2

Oh, boy! Si antes hablaba de “cuando Konami era buena”, Silent Hill 2 es el mejor ejemplo de que este periodo fue muy fructífero para la empresa nipona a la hora de crear obras sobresalientes. Poco se puede decir sobre esta secuela que no se haya dicho ya, pues es un referente del terror y uno de los juegos más interesantes de todo el catálogo de la PlayStation 2. El espíritu de la creatividad rampante que se veía a comienzos de su generación está presente en todas las parte de su ser, llegando a presentarse como una experiencia tan familiar como poco continuista y sorprendente.

Sinceramente, podría explayarme mucho más, pero ya lo hice en mi artículo para TecnoSlave (el cual no puedo enlazar ahora por estar la web caída, cosa que sí haré una vez resolvamos los problemas técnicos de la misma). Me voy a limitar a deciros que, por favor, si no lo habéis probado y os interesa aunque sea un poquito el terror, le deis una oportunidad.

SOS: The Final Escape (Disaster Report)

Disaster Report (SOS: The Final Escape en nuestras tierras, aunque nadie lo llame así) es… especial. Si queréis que lo defina en unos pocos adjetivos, diré que es cutre y tosco, pero también tiene un aire tan original y especial como desolador, y eso es lo que hace que entre en mi lista.

Desarrollado por el estudio japonés Irem (que seguro que os suena muchísimo, obvio), el juego se desarrolla en una ciudad al borde de la destrucción tras ser golpeada por un grandísimo terremoto. Cogiendo como pretexto una trama que, francamente, sólo está ahí para servir de sustento a la jugabilidad (y que incluye algunos giros más que cuestionables), el objetivo es conseguir escapar con vida ayudando a los demás supervivientes de la tragedia.

Pese a contar con varios problemas que dificultan el recomendárselo a todo el mundo (jugarlo es una experiencia que no termina de ser positiva, y a veces pasa a convertirse en un tedio) Disaster Report es único, y eso ya sirve para convertirlo en un título con mucho mérito detrás. Es, en definitiva, un videojuego que es bastante más interesante que “bueno”. Tras su primera entrega, la saga ha continuado hasta una cuarta (lanzada hace poco para PlayStation 4, PC y Switch) que quizás sea mejor punto de comienzo para escépticos.

Este artículo iba a tratar sobre 10 juegos, pero he decidido partirlo en dos al ver cómo se iba extendiendo más allá de lo que tenía planeado. Próximamente (esto puede ser dentro de una semana o dentro de tres meses) seguiré con la lista, cuyos integrantes ya tengo decididos y contiene nombres más conocidos que los de esta primera entrega. Toda excusa es buena para hablar de lo buenísimo que es Tekken 5, vaya.

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