Presentación del blog: la movida de escribir sobre videojuegos

Iván Lerner
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6 min readJun 1, 2020

Para qué vamos a engañarnos, escribir sobre cosas en internet es un movida. Es una movida ya de por sí dar el pistoletazo de salida y encontrar un lugar en el que hacerlo, pero, con el tiempo, a veces se puede volver más complicado, en vez de lo contrario. Ese es mi caso. Si bien es verdad que empecé a escribir porque quería estudiar periodismo (cosa que al final no hice), la razón para seguir adelante y la manera de hacerlo han ido cambiando (como yo) con el paso de los años. Durante un tiempo seguí por inercia, también por diversion. Durante otros periodos, me vi continuando para probarme cosas a mí mismo, e incluso simple y llanamente por un sentimiento de obligación. En los últimos meses, con los problemas técnicos que ha sufrido TecnoSlave (¡seguimos trabajando en ello y estamos muy cerca de tener novedades!), he tenido tiempo de parar, respirar y plantearme este asunto de una manera detenida. Una de las razones por las que existe este blog es porque decidí que era hora de plantearme todo lo que tiene que ver con este hobby si quería seguir disfrutando de él: desde el por qué lo hago hasta el cómo o el dónde.

Y es que, estar tan metido en este “ecosistema” como considero que he estado yo, trae cosas magníficas consigo, pero puede llegar a suponer una carga bastante pesada. Esto tiene que ver única y exclusivamente con mi relación con la escritura y todo lo que la rodea, y nada con el acto, los círculos y las personas que a ella se dedican. Cuando pienso en lo positivo de escribir, no puedo evitar acordarme de la cantidad de gente genial y afín a la que he llegado a conocer gracias a esto. Tampoco me olvido de los días y noches de charlas y debates sobre este medio al que aprecio como a ningún otro. La sensación de conexión, motivación y estimulación que ha traído esta escena a mi vida solo es comparable con las ganas que siempre he tenido de mejorar y ampliar mis propios horizontes. “Este texto ha estado bien, pero el próximo tiene que ser mejor.” Es algo que siempre me digo antes de apretar el botón de publicar. A través de escribir, leer y participar en La Conversación ™ he podido disfrutar de un lado de los videojuegos (o mejor dicho, de la cultura) que, siendo sincero, me apena que no todo el mundo sepa apreciar.

Ojalá solo quisiese hablar de esa parte de este hobby, de los contactos, las charlas y la motivación, pero este escrito también trata de frustración, de encajar y de lo que supone replantearse las bases de todo esto. Si lo anterior eran los mejores momentos, ahora toca acercarse a los puntos bajos, a los momentos más feos. Momentos más feos que, a su vez, siempre son los que menos salen a relucir, los más privados. Y es que no haber sabido elegir bien mis prioridades a la hora de volcarme sobre todo esto ha sido un fallo que me ha costado mucho identificar y que ha acabado pasándome factura desde varios frentes pero, sobre todo, haber olvidado disfrutar de algo que sé que me gusta. La cosa es que invertir tanto tiempo y esfuerzo en un pseudohobby es un riesgo cuando uno deposita sobre ello mucha energía emocional y se lo agencia como una de las medidas de su propio valor.

A esto hay que sumarle las redes sociales, las cuales ya sabemos cómo de “buenas” son a la hora de representar de manera fidedigna los éxitos y fracasos de las personas. Buscar siempre tener algo “digno” que enseñar por allí para no ocupar un segundo plano en algo en lo que se quiere destacar es, como poco, una imprudencia. Una en la que caí yo también, por supuesto. Y no digo ni por asomo que querer destacar y esforzarse por ello sea algo malo, pero en mi caso llegó a convertirse en un acto con significado propio, una búsqueda de valía muy poco sana que, al final, terminó por hacer que decidiese apartarme de círculos de debate (¡incluso llegando a cogerles algo de tirria!) y que llegó a calar hasta el propio acto de escribir y llevar una web, algo de lo que hasta entonces disfrutaba mucho.

Pero esto no acaba ahí. Y es que la salud mental es un tema complicado (cuidad la vuestra en la medida que podáis, porfa) que puede afectar de manera muy negativa a todos los ámbitos de la vida. En mi caso, mis propios problemas con la ansiedad y la depresión llevaron a que quisiera volcarme aún más (de una manera muy, muy poco sana) en mi propia web y mi trabajo. Al fin y al cabo, es algo que me gusta, que se me da bien y sobre lo que tengo algún tipo de control, ¿no? Well, that was bullshit. No me siento nada orgulloso de la manera que tuve de llevar las cosas (tanto a nivel personal como dentro de mi propia web), siempre de puertas hacia adentro, sin querer hacer grandes cambios y pensando que lo que hacía falta era intentarlo más o mejor. O más y mejor, pero sin cuestionarme nunca si esa actitud era algo sano para mí. Spoilers: no lo era ni de lejos.

Tuvo que suceder en mi vida una cosa muy grave (para nada relacionada con todo esto, y en lo que no voy a profundizar) para que decidiese parar mis actividades antes de seguir con algo que, para sorpresa de nadie, no me estaba haciendo bien. Desde entonces, una de las cosas que he hecho ha sido replantear todo lo que tiene que ver con este mi propia relación con la escritura. Poco a poco, de manera muy cuidadosa (y bastante lenta, no os voy a mentir), me propuse desmenuzar hasta las cosas que más daba por sentado de todo este tema para encontrar, por fin, una manera de relacionarme con esta afición a la que tengo mucho apego, por fin de la manera más sana y satisfactoria posible. Me gustaría comentar antes de cerrar esta parte del texto que también decidí dejar de cerrarme a la gente y pedir ayuda. No es que es algo que haya hecho sin dificultades y al tuntún, pero me alegro de haber hecho el esfuerzo, pues esos apoyos han sido esenciales para poder progresar. Dicho eso, toca hablar de este pequeño espacio de internet, mi blog.

Uno de los primeros pasos para retomar esto pasa por crear mis propias normas, ritmos y entornos. Tener un lugar en el que los tonos, temáticas y necesidades solo las pauto yo, sin ninguna pretensión más allá que la de escribir y publicar lo que me apetezca. Es un paso que creo que va a ser fundamental para mí. Lo que aquí veréis no sólo serán textos con más sabor propio (algo que sé que al principio me va a costar más, pero en lo que quiero mejorar para seguir creciendo), sino hechos con un único objetivo: divertirme hablando de lo que me apetezca sin preocuparme de nada más.

Y, bueno, hasta aquí llega esto. Sinceramente, no sé si a alguien le podrá interesar esta presentación. Pero, hey, es el primer paso para algo que quiero hacer, así que es lo que hay. Espero que, aunque sea, le pueda servir a alguien que se encuentre en una situación parecida a la mía. Si es así, me alegro. Y si no, ¡al menos ya he escrito la presentación para el blog! No tenéis ni idea de las vueltas que le he dado a esta movida.

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