¿Cómo nació la idea?

Lis Peraza
Japp.jobs
Published in
5 min readFeb 3, 2018

Este es el primer blog de la serie mensual Creando Japp.jobs, donde mes a mes les contaremos lo que hemos hecho y nuestros próximos pasos. Esta vez haremos un resumen mega comprimido desde el inicio hasta el día de hoy, sólo por ser el primero. Los siguientes serán pequeñas actualizaciones mensuales, lo prometo.

¿Porqué hacerlo? Porque queremos compartir nuestro camino, para conocernos desde el principio, para mantenerlos actualizados con cada paso que damos y porque creemos que las oportunidades son mejores si son compartidas.

Porque un video vale más que mil imágenes xD

¿Y cómo se les ocurrió la idea?

Creo que es fácilmente la pregunta que más hemos escuchado en estos días, y pues nada raro, sabiendo que sus fundadores tienen profesiones completamente diferentes al reclutamiento.

La idea nació cuando Esteban necesitaba conseguirle a sus alumnos del colegio vocacional oportunidades para pasantía, ya que le resultó muy difícil realizar los contactos con las empresas. Por otro lado, Mariela había vivido un cambio de carrera profesional, así que cuando Esteban le contó lo que estaba viviendo con sus estudiantes ella se sintió completamente identificada.

Ahí vieron la gran necesidad de que los jóvenes pudieran conocer cómo era trabajar en lo que estaban estudiando, pero antes de graduarse. Además de que la mayoría de empresas piden experiencia para aplicar al puesto, lo cual hace más difícil que los jóvenes se integren al mercado laboral.

Como Mariela es egresada de la UCR conocía de AUGE, la incubadora de empresas, así que en marzo del 2016 decidieron ingresar. AUGE les brindaba guía para desarrollar la idea, conseguir contactos y además les daba un respaldo a nivel social. Esas ideas que uno sueña y quieren que se conviertan en algo grande.

Iniciaron el proceso de validación entre Mariela, Esteban y un amigo de él, quien se encargaba del desarrollo. Luego de un año y por razones personales, el amigo de Esteban decidió abandonar el proyecto, llevándose el código con él… Con ese fiasco aprendieron la importancia de darle formalidad al equipo fundador, mínimo hacer un Share Holder Agreement (SHA).

Mariela presentando la plataforma por primera vez.

Luego de esa experiencia decidieron hacer de nuevo la plataforma, contratando a una empresa recomendada, y aprovechar un evento organizado por AUGE en el cual se buscaba vincular a estudiantes con startups nacionales. Salieron a tiempo con lo necesario y se lograron crear más de 600 perfiles de estudiantes, que aplicaron a los 24 startups presentes en el evento.

Más de 600 estudiantes estuvieron presentes.

Esto recién había pasado cuando me uní al proyecto, a mediados de agosto del 2017. Luego de reunirme con Mariela me quedó claro que más allá del diseño, se necesitaba una mejora en la experiencia de uso (UX). Para lograrlo es necesario conocer bien al usuario, y aún cuando ellos ya habían hecho un buen trabajo de validación, había sido un proceso más enfocado en la exploración de oportunidades de negocio que en el usuario mismo. De todas formas, el sólo hecho de ir a conversar cara a cara con los usuarios marcaba un excelente inicio.

Durante los meses siguientes iniciamos un proceso de investigación que nunca va a terminar, porque siempre vamos a crear para nuestros usuarios hablando con ellos, no de ellos. Con la fase de validación ya existía la exploración inicial necesaria, así que continuamos con otros métodos de investigación ágil. Vamos a compartir los detalles técnicos en otra serie de blogs, para no enredar mucho la cosa.

Al mismo tiempo, valoramos si el desarrollo actual tenía la infraestructura necesaria para crear lo que ya podíamos visualizar claramente. Luego de pensar en cómo reciclar el código actual, decidimos que era mejor empezar de nuevo desde cero. Por tercera vez. Si debemos decir que se hizo un buen trabajo, dadas las circunstancias.

  1. Para ese momento, en Japp.jobs no sabíamos realmente cómo definir el alcance del proyecto a nivel de desarrollo tecnológico, ni cómo trabajar con una empresa de outsource. ¿Cuál es la documentación mínima necesaria? ¿Cuáles eran los requerimientos? ¿Quién decide sobre las tecnologías por usar y porqué? ¿Cuál es la arquitectura del sistema que ocupamos?
  2. No existía un diseño claro. Se contrató el desarrollo y un diseño de interface (UI) básico, pero nunca se desarrolló ni se creó el diseño de experiencia, así que muchas decisiones fueron tomadas por la empresa contratada y no por nuestro equipo.
  3. Se hizo contratiempo para un evento en específico. Si bien tener fechas límite es bueno para generar avance, hay que tener muy claro el objetivo y sus implicaciones. El objetivo de tener una plataforma lista para el evento se logró, sacrificando el tener una base sólida que permitiera desarrollar el producto en la dirección deseada.

En este momento fue evidente la necesidad de integrar un programador como miembro del equipo fundador. Le hicimos la propuesta a un amigo mío que estaba a punto de salir de la universidad, tuvo muy buena disposición pero lamentablemente su agenda no le permitía comprometerse como era necesario, así que él mismo decidió no continuar. Hicimos la propuesta a Kevin, a quien yo conocía por haber trabajado juntos anteriormente. Kevin se enamoró del proyecto y actualmente es nuestro líder técnico.

Para avanzar más rápido y construir una buena base para el desarrollo, contratamos una empresa de outsource con las capacidades que necesitamos pero que aún no tenemos internamente: devOps, QA, SCRUM. La diferencia es que ahora nosotros tenemos los conocimientos necesarios para liderar el diseño y desarrollo del producto.

Simultáneamente, hemos participado en diferentes concursos. Fuimos parte del Desafío Cognitiva, el cual nos ayudó a definir varios aspectos técnicos y a consolidarnos como equipo. Luego participamos en el Premio Cuestamoras a la Innovación, que patrocina el viaje de un miembro del equipo durante un mes completo, con todos los gastos pagos, a nada más y nada menos que Silicon Valley.

¡Ganamos, ganamos, ganamos! Es difícil describir la emoción que esto ha traído al equipo, además del gran alcance de comunicación.

Decidimos que Mariela sería quien viajaría como nuestra representante. Para mí la oportunidad y experiencia es tan grande que es imposible dejarla pasar sin ser parte de ella, así que decidí sumarme al viaje por cuenta propia. El equipo apoyó completamente mi decisión y se ofreció a patrocinar parte del mismo, sentando un buen precedente de trabajo en equipo y solidaridad. No podría estar más agradecida.

Hasta acá con el resumen de los hechos. En el próximo blog hablaremos de los avances logrados en enero y de las metas propuestas para febrero. Nos espera un gran año y deseamos que ustedes estén a nuestro lado durante esta increíble aventura.

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