Dame una pausa

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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3 min readFeb 19, 2024
University of Arts London. Septiembre 2018.

“Usted podrá saber lo que dijo pero nunca lo que el otro escuchó”.

Jacques Lacan, psicoanalista y psiquiatra francés.

Con el paso de los años, he aprendido la importancia de darse un tiempo, de hacer una pausa, respirar y volver a ver los problemas o simplemente la situación que nos ocurre desde otra perspectiva.

No es fácil, porque lo más sencillo es dejarse llevar por nuestras emociones y expresar lo que pensamos en ese momento. Sin embargo, pienso que ese no es el mejor camino. El camino más difícil, pero también el más beneficioso a largo plazo, es detenerse, respirar y, a veces, tomarse un tiempo.

Ese tiempo puede variar: minutos, una hora, dos horas, incluso más, para reenfocar nuestros pensamientos y expresar lo que realmente pensamos y no solo lo que sentimos en el momento. Sentir es maravilloso cuando las emociones son agradables, pero ¿qué sucede cuando empezamos a sentir cosas desagradables? Esa sensación nos puede llevar a decir cosas de las cuales luego podríamos arrepentirnos.

Nos dejamos llevar por el enojo, la tristeza, y nos comunicamos desde un lugar negativo, cuando creo que deberíamos hacerlo desde un ambiente positivo. Generalmente, este ambiente positivo surge cuando estamos tranquilos y no dominados por un torbellino de emociones negativas.

Repito, no es fácil. Me ha costado discusiones, lamentos y lágrimas, y aún estoy aprendiendo a calmarme antes de comunicar lo que siento. Hay diversas estrategias que ayudan, desde leer sobre cómo se generan las emociones en nuestro cuerpo hasta practicar meditación. Cada paso es un avance hacia la tranquilidad, para tomar mejores decisiones y comunicar lo que realmente deseamos.

Esto aplica no solo en la relación de pareja, sino también en el ámbito profesional, en los estudios, en el trabajo, situaciones a las que todos nos enfrentamos. Conocernos nos permite expresar mejor lo que queremos a medio y largo plazo, y no solo lo que sentimos en el momento. Las emociones son efímeras, pero las palabras perduran.

Hacer una pausa, tomarse unos minutos -como Nico me enseñó- respirar profundamente y esperar a que llegue la calma puede ayudarnos a comunicar con más claridad nuestros pensamientos y sentimientos.

Recuerda la última vez que perdiste el control y dijiste cosas de las que luego te arrepentiste. Quizás tenías razón o quizás no, eso no siempre es lo más importante. Lo relevante es cómo lo comunicas. A menudo, reaccionamos impulsivamente y luego nos damos cuenta de que exageramos o malinterpretamos la situación.

A mí me ha pasado, especialmente con mi pareja. En otros ámbitos lo manejo bien, pero con ella tiendo a ser más emocional. Darse un “time out” es crucial para ver las cosas desde otra perspectiva.

Tómate ese tiempo, esa pausa. Comunica a los demás que lo necesitas para poder estar al 100% y expresar realmente lo que quieres y valoras. No solo estarás fortaleciendo tus relaciones a largo plazo, sino también encontrarás más paz y tranquilidad en tu vida.

¿Lo intentamos?

“Es el futuro el encargado de ordenar el tiempo, el que convierte la vida en argumento”.

Elvira Lindo, periodista y escritora española.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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