Desconexión (I)
“No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda”.
Ana Frank, diarista alemana.
Luego de siete días volví. Fue una semana difícil como todos los retiros anteriores. Todo retiro tiene sus desafíos y el principal es saber qué hacer durante el día cuando no existe un objetivo específico.
Esta vez, a diferencia de las anteriores, me permití adquirir conocimientos usando la tecnología. Es decir, miré videos de YouTube siempre y cuando me permitieran aprender algo o inspirarme. También usé el Kindle o un libro. Celular apagado y listo.
Así inicié mi semana en Cayma, Arequipa, en un departamento con todo alrededor: tiendas, malls, supermercados, transporte. Lo diferente es que no me iba a comunicar con nadie digitalmente. Salvo con la persona que me atendía en el Airbnb o si me encontraba con alguien por la calle.
Justamente por ese contexto, fue algo diferente a las anteriores donde me aislaba completamente. Esta vez, quería tener una vida normal en la ciudad pero sin exponerme a las redes sociales.
Fue bastante interesante porque caminaba por la calle sin celular. Tuve que tener efectivo, comprar periódico para saber qué estaba pasando, tomar taxi de la calle y siempre estar alerta a mi alrededor. Y claro, tener siempre las llaves del departamento porque si no, no tenía manera de contactarme con la persona encargada.
Desde el día 1 me sentí inspirado por lo que pasaba. Mi corazón me decía que tenía que darme ese espacio para poder estructurar todas mis ideas. Siento que las tenía pero sin estructura. Mi gran aliado fue YouTube, donde conocí a varias personas que me inspiraron con su trabajo. Y con GPT conversaba sobre lo que me pasaba o sentía.
Mi libreta de notas recibió toda mi inspiración: proyectos personales a futuro, planes de acción para contactarme con personas cuya opinión valoro, definir lo que quiero para el siguiente año y sobre todo, manifestar lo que se vendrá: una vida nómada.
Primero, se viene Argentina y luego Asia. Quizás pueda variar un poco pero el gran plan es ese. He pasado a segundo plano Europa, por ahora, siento que Asia tiene algo para mí que tengo por descubrir. Llámenlo corazonada o energías pero algo hay. Sobre todo porque Corea forma parte de mi familia desde pequeño, casi llegué a estudiar allá por lo que siento que tengo una deuda pendiente.
Claro, para ello debo seguir diversificando mis ingresos para no depender solo de ahorros sino de inversiones. Como me dijeron en su momento: “El dinero siempre llega, no hay que preocuparse”, hay que centrar las energías en hacer lo correcto, tener un plan y ejecutarlo. Lo demás solo llega.
Y las personas, o persona, que también sueñan o sienten eso en su corazón pues me acompañarán. Si no es así, pues todo se alineará para conocer a esas personas. Siento que es así, sin forzar, dejando que todo fluya como el río.
Siempre he pensado así, a pesar de que en el camino me han querido convencer de lo contrario. Siempre hay un nivel de esfuerzo, de lucha, de dolor pero siento que eso también debe fluir naturalmente. Y realmente cuando eso pasa uno siente que así debió pasar, ya que servirá a futuro. Pero hay otras situaciones que no son tan claras. En ese caso, el tiempo dirá por qué ocurrió.
Pasados los siete días me sentía cómodo con vivir sin celular. Siento que el día a día nos enfoca en temas o problemas que no son tan relevantes.
Por lo que se vienen cambios, tanto en mi manejo de comunicación en el trabajo como con nuevos proyectos. Incluso he pensado en tener un día donde me desconecte del todo para poder estructurar las ideas que suelen generarse pero no son priorizadas.
Cuarto año de retiro consecutivo. Alejarse de todo, incluso de la tecnología, ayuda a reencontrarse con uno mismo. Suena difícil estar solo pero los beneficios post retiro son mucho mayores que las dificultades. Al final, tu yo del futuro te lo agradecerá.
“La belleza es una cuestión de perspectiva. Todo lo que vemos es ilusorio”.
Joyce Carol Oates, escritora norteamericana.
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¡Que tengas un buen día!