Desliza a la izquierda o la derecha

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
4 min readNov 28, 2021
Estación del metro — Londres. Julio, 2019.

“La vida es hermosa no por las cosas que vemos o hacemos. La vida es hermosa por la gente que conocemos”.

Simon Sinek, autor británico-estadounidense.

Encontrándome solo a las afueras de Cajamarca, sin conexión a internet y sin contacto con mis amigas y familiares, una idea que había sido sembrada meses atrás, me dejaba pensativo. Diferentes amigas me comentaban que debía comenzar a utilizar alguna aplicación de citas para comenzar a conocer nuevas personas.

Me solían preguntar: “¿Cómo conoces chicas? ¿Estás usando Tinder?”. Mi respuesta siempre fue no. Estábamos en pandemia, y tuve que ser estricto al no salir por estar en contacto con mi familia. “Vamos Jonathan, prueba y verás que te gustará, te lo digo por experiencia”, me decían.

Escuché miles de historias positivas: desde una amiga de una amiga que salía con varios chicos, una amiga que encontró a su futuro esposo, un amigo que conoció a su novio extranjero o hasta amistades que se generaban en medio de los swipes.

¿Por qué no hacerlo?, pensé. Para ser sincero, lo había intentado durante mi estadía en Londres pero fue muy corto. Encontré muchos perfiles falsos y decidí desactivarlo. Total, entre mi universidad y la residencia donde vivía, conocía personas nuevas cada semana. No fue necesario.

Ahora, lo pensaba detenidamente. Básicamente porque mi situación actual había cambiado: dejé de salir y ahora escribía activamente. Pensé que podía ser una buena razón para comenzar: conocer personas con otras perspectivas y, además, promocionar lo que escribo. Total, hace pocas semanas vi a uno de los influencers de moda, usar una de estas apps para promocionar una marca de cervezas. Una alumna, un año atrás, lo había utilizado para realizar una investigación de mercado. Entonces, ¿por qué no ser creativos e intentarlo?

Existen apps para todos los gustos: Tinder, Bumble, Grindr. Una de las más famosas, es Tinder, creada en el 2012. Básicamente el servicio consiste en conocer a personas cercanas y cuando hay interés mutuo — al ambos deslizar a la derecha la foto de la persona que nos llama la atención — se produce el match. Solo en ese caso, se puede iniciar una conversación.

De acuerdo a uno de sus fundadores, Sean Rad: “Nadie se une a Tinder porque está buscando algo. Se unen porque quieren divertirse. Ni siquiera importa si coincidiste porque deslizar es muy divertido”.

Ya en la ciudad de Cajamarca, luego de mi retiro sin tecnología por una semana, decidí que era momento de hacerlo. Seleccioné unas cinco fotos, busqué un texto que transmitiera lo que quería lograr, activé Tinder y este fue el resultado:

Perfil de Tinder, 2021.

Claramente, quería conocer otras perspectivas de vida que me permita seguir creciendo, que me inspire pero, siendo sincero, no descartaba la idea de conocer a alguien con la que se pueda formar ‘algo más’. Con algo más, me refiero a conocer con mayor detalle a la persona. ¿A dónde me llevaría? No lo sé y tampoco quería saberlo. Lo mágico de lo inesperado lo hacía interesante, le daba ese ingrediente adicional.

Me sentía bien conmigo mismo, en tranquilidad. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Total, estaba casi cinco años soltero y había salido con personas de diferentes culturas. “Debería estar preparado para cualquier circunstancia”, pensé.

Repliqué mi perfil en Bumble. En este caso, es la chica la que tiene que tomar la iniciativa enviando el primer mensaje luego de hacer match. Lo cual, desde mi punto de vista, lo hace más interesante. ¿Por qué? De acuerdo a mi análisis de los diferentes perfiles, muchas chicas esperan que sea el chico el que tome la iniciativa.

Muchas tenían una descripción como: “Espero que inicies con una conversación divertida”, “No desde swipe si no eres creativo”. Me pregunto: ¿Por qué tienen que esperar? si quieren una conversación divertida o si quieren creatividad, ¿por qué ellas no parten por ser ese tipo de personas? ¡Vamos, estamos en el 2021!

Realmente no comparto para nada el hecho de que sea el chico el que tome la iniciativa, ya sea para hablar, proponer una salida, realizar una llamada, decir lo que siente o buscar a la otra persona. ¿Debería ser 50/50 no? Es más, pienso que si es la chica es la que toma la iniciativa, la haría más interesante, ya que automáticamente la diferenciaría del ‘común’ de las chicas que — culturalmente — solo esperan sin tomar acción.

Una réplica usual es: “Es que quiero ver si el chico está interesado”. Pero ¿acaso el chico no quisiera analizar si la chica también está interesada? ¿Es que no es obvio? Debería ser de dos vías y no una. Por lo menos, así lo veo yo.

Hace un tiempo, Francesca me comentó que debería comenzar a utilizar nombres en mis historias, que lo haría más entretenido. Claro, sin mencionar apellidos. La idea rondaba en mi cabeza, hasta que hace poco, ella volvió a insistir: “Jonathan, estoy esperando una historia con mi nombre”. “Pronto”, le respondí. “La espero antes del 25 de diciembre jaja”, me dijo.

Ahora, pienso ¿por qué no? Quizás los nombres le den un toque diferente a las historias y podría comenzar progresivamente. Y, más aún, ¿por qué no iniciar por una de las historias que he tenido con esta famosa aplicación? Así, pronto comenzaremos con las historias de Laura y la de Francesca. ¿Estarán listas?

PD: Actualmente, mi perfil en las apps está desactivado.

“El objetivo de las citas en línea es desconectarse lo más rápido posible”.

- Amy Webb, futurista estadounidense.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

--

--