En cambio yo

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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3 min readJul 18, 2022
Arequipa. Febrero 2020.

“Tu perspectiva se convertirá en tu prisión o en tu pasaporte”.

Steven Furtick, autor estadounidense.

— No puedo creer que lo haya hecho. Es increíble. Está quedando muy mal, debería pensar mejor sobre lo que está haciendo.

— ¿Cuál es el problema?

— ¡Mírala! En frente de todos.

— ¿Y?

— Ay no.

— ¿No qué?

— Debería cuidar su imagen.

— ¿De quién?

— ¡De todos!

— La vida es corta

— No, no. Eso no.

— Bueno.

— En cambio yo, mírame. Aquí tranquila.

La frase: ‘yo nunca haría eso’ ¿ te suena familiar? Cuántas veces hemos escuchado expresiones que se comunican sin reflexionadas. Frases que nos distancian de la otra persona. Frases que a veces juzgan. Frases que generan un impacto, incluso, en uno mismo.

Son esas frases que nos hacen sentirnos diferentes, que nos ponen en un lugar ‘especial’. En un lugar donde sentimos que tenemos la verdad y el otro no. Si añadimos otra frase como el ‘en cambio yo’ pues la distancia se extiende mucho más.

Me encontraba ingresando a una librería en la calle Honduras.

Pasando la habitación de los libros, se encontraba un salón casi al aire libre. Calculé unas 10 mesas. Una muy cerca de la otra. Casi no había espacio. Alcancé a dar vueltas por el lugar — por unos minutos más — en mi intento por encontrar algún espacio.

No tuve éxito. Noté que solo podía sentarme en el primer salón. Al volver, encontré una mesa pequeña al costado de dos chicas, quizás dos señoras.

Luego de acabar una reunión online y conversar con Laura. Me propuse leer el libro que había cogido. De pronto, fue inevitable escuchar la conversación de las dos señoras de la mesa contigua. Estaban en un ‘raje’ sobre una de sus amigas.

Y sí, no había chisme sin que los personajes de sus historias sean juzgadas una y otra vez. Por momentos mostraban asombro. Por otros, mostraban pena. ¿Realmente sería así? No lo sé. Tampoco quería meterme a la conversación pero escucharlas, a menos de un metro, era casi imposible de parar.

De todos modos, este caso resalta el punto que quiere remarcar: juzgar a los demás bajo una perspectiva muy propia, termina siendo usual.

¿Debería serlo? No lo sé pero es claro que es fácil de realizar, es hasta facilista. ¿La razón? toma más tiempo analizar la posición de la otra persona, ponerse en su lugar, analizar diferentes caminos, situar un contexto y considerar otros factores externos que puedan estar afectando las decisiones que toma una persona.

Caemos en juzgar fácilmente a los demás sin conocer los detalles anteriores. Quizás hasta nos genera sensaciones positivas, nos libera. Nos hace creer que podríamos ‘ser mejores’. Que estamos haciendo lo correcto y los demás no.

‘En cambio yo’, es una manera de librarnos, de distanciarnos de lo que ocurre, siendo jueces. Mirando por arriba a los demás. Y sí, hasta podríamos llegar a tener razón pero ¿es que realmente existe la razón?

Es más, ¿existe lo correcto? creería que no. Incluso pueden existir ciertos paradigmas como el no dañar o afectar negativamente a los demás. Pero, ¿quién ha decretado que sea así? Finalmente cada uno es libre de poder decidir.

Si uno se guía por la religión, genial. Si no es así, también. Si nos guiamos por la espiritualidad, por las energías, también sería genial. Lo importante es saber que cada persona mira el mundo con lentes diferentes a los que uno trae. Lo cuales afecta, directamente, nuestra manera de opinar y tomar decisiones.

Por lo tanto, la siguiente vez que quieras juzgar o decir un ‘en cambio yo’. Pausa, examina el objetivo de esa opinión, lo que causará y luego determina si finalmente aportará algo positivo a los demás y no a nuestro ego. Si no es así, ¿entonces para qué hacerlo?

“El chisme es siempre una confesión personal, ya sea de malicia o de imbecilidad”.

J. G. Holland, novelista y poeta estadounidense

¡Que tengas un buen día!

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