La lotería de los penales
“Si estás en el área de penalti y no sabes qué hacer con el balón, ponlo en la red y discutiremos las opciones más adelante”.
-Bob Paisley, entrenador y jugador de fútbol inglés.
Es probable que en el último mes — te guste o no — te has topado con algún partido de fútbol. Ya sea en la televisión, un meme dentro de un story en Instagram, un video en algún grupo de Whatsapp o cuando alguien toca el tema en una reunión por Zoom. ¿La razón? Nos hemos encontrado en medio de dos de los torneos de selecciones por continente más importantes del fútbol: La Copa América y la Eurocopa. La primera, es la competencia más antigua de selecciones de fútbol del mundo, disputada por primera vez — en su edición de prueba — en 1910. La segunda, tuvo su primera edición en 1960 bajo el nombre de Copa de Naciones de Europa.
En este escenario, es muy probable que además hayamos escuchado algunos gritos, frases de lamento o de sorpresa, provenientes de los vecinos más cercanos. ¿El motivo? Muchos de los partidos tuvieron que definirse por tanda de penales, las cuales se realizan de manera oficial desde 1970. Es decir, cada equipo debe patear inicialmente cinco penales y el que menos falle, pasa a la siguiente ronda.
Por muchos años hemos escuchado frases como “es pura suerte”, “es una ruleta rusa”, “cualquiera cosa puede pasar” o quizás la famosa y extendida frase: “la lotería de los penales”. ¿Realmente es una lotería? ¿Es que uno no puede prepararse para ese momento? ¿O es que uno se deja llevar por la presión y para de pensar? ¿Por qué incluso los mejores fallan? ¿Es que las repercusiones del fallo o acierto influyen al momento del disparo? ¿Es cuestión de técnica, psicología o suerte? Veamos qué nos dicen diversos estudios.
Aspecto interno
Jordet et al. (2006) realizaron un estudio que consistía en entrevistar a 10 futbolistas de élite en el torneo europeo del 2004 donde tocaron temas como experiencias pasadas, plan, expectativas, preparación, técnicas, motivación, concentración, suerte y comunicación.
Los resultados mostraron que los participantes que se percibían a sí mismos con baja competencia, en la tarea de la tanda de penaltis, fueron los que experimentaron mayores síntomas de ansiedad mental que aquellos que juzgaron su habilidad como más alta.
De manera complementaria, los jugadores que creían que una gran parte del resultado de una tanda de penaltis se basa en la suerte, interpretaron sus síntomas de ansiedad física como las que más negativamente influía en su desempeño, en comparación con los jugadores que creían que la habilidad es lo más importante para el resultado.
Rendimiento bajo presión
En otro estudio se analizaron un total de 36 series de penales y 359 tiros realizados por 291 jugadores para explicar por qué los atletas profesionales ocasionalmente se desempeñan mal bajo presión.
Descubrieron que en situaciones donde el resultado del juego solo podría ser negativo (perder la tanda final de penales), aquellos jugadores que intentaron evadir la situación, dándole la espalda al portero y aumentando su velocidad de preparación para terminar el tiro lo antes posible, tuvieron un bajo rendimiento. Por el contrario, para los tiros donde el resultado del juego podría ser positivo (ganar la tanda de penales), los jugadores se mantuvieron de frente al portero y dedicaron más tiempo a preparar el tiro, se desempeñaron mejor.
En el caso donde el resultado del juego era neutro (no se gana ni se pierde), los tiempos de preparación para el tiro fueron casi tan cortos como aquellos donde el resultado del juego podría ser negativo. En cuanto al rendimiento, este estuvo mucho más cerca de la condición de resultado negativo que de la condición positiva. Esto sugiere la posibilidad que los tiros neutros, para algunos jugadores, se perciban como negativos y terminen sufriendo los mismos efectos.
Posibles soluciones
Moll et al. (2010) demostraron que los comportamientos posteriores al disparo de los penales juegan un papel importante para alcanzar el objetivo.
Verificaron que las emociones individuales expresadas por el tiro ya ejecutado, influyen en el desempeño futuro de los demás ejecutantes. Incluso, al celebrar con compañeros, el lanzador de penales resalta la relación con el equipo (en lugar de centrarse en la gloria personal), aumentando la emoción positiva con sus compañeros, que posiblemente necesiten cuando ejecuten el penal. De esta manera, se podría reducir la ansiedad y el miedo y mejorar la confianza de los compañeros de equipo. Al mismo tiempo, se provocarían emociones negativas en los oponentes.
Por lo tanto, los autores recomiendan celebrar un tiro de penal exitoso, ya que aumenta la probabilidad de ganar la tanda de penales. Esta celebración, deberá ser lo más visible e intensa posible, acompañada por movimientos que la magnifiquen, como el uso de ambos brazos. Como consecuencia, el contagio positivo llegará a los miembros del equipo y, el negativo, a los oponentes. Además, sugieren que celebrar con compañeros del equipo, es más funcional que celebrar con alguien indirecto, como la audiencia en el estadio, por ejemplo.
En la misma línea de búsqueda de posibles acciones para mejorar la ejecución de los penales, Jordet et al. (2007) realizaron un estudio donde analizaron 41 series de tandas de penales y 409 tiros lanzados en la Copa del Mundo, Eurocopa y Copa América entre 1976 y 2004. Los resultados mostraron que los componentes psicológicos tienen un mayor impacto en el resultado de los tiros en la tanda de penales que los componentes de habilidad y fisiológicos.
Los autores plantearon dos posible caminos para mejorar la ejecución:
- Primero, aplicar estrategias de control del estrés que reduzcan la importancia percibida sobre los disparos, podrían tener una influencia positiva en el resultado. Por ejemplo, los jugadores podrían usar técnicas para imaginar y/o instruirse a sí mismo para creer que los tiros ejecutados son tiros de práctica, en lugar de tiros decisivos en un torneo importante.
- Segundo, simular el evento con la mayor precisión posible durante las prácticas utilizando componentes específicos. Por ejemplo, simulando el estrés para aumentar la importancia de una ejecución durante la práctica (por ejemplo, con espectadores adicionales, publicación de resultados en los medios o distribución de recompensas o castigos). Otra alternativa, sugieren, es asignar a los jugadores un número de ejecuciones específicas que son más o menos importantes para el resultado total.
Futuros escenarios
Con algo más de conocimiento, es claro que el ‘disparo de los doce pasos’ no es cuestión solo de suerte. Se pueden aplicar diversas acciones, métodos y rituales para incrementar las chances de acierto. Claro, factores externos e internos pueden cambiar la actitud del ejecutante a último segundo. Finalmente, la presión que sentimos es una manifestación de nuestro cuerpo para estar preparados y afrontar lo que viene, las cuales se basan en predicciones, experiencias pasadas y del contexto. Tema sobre el cual pronto conversaremos: los mitos sobre las emociones.
Por ahora, sigamos disfrutando de futuras tandas de penales, siempre y cuando no sean de nuestro equipo, claro está.
“Es difícil trabajar en los penaltis. No es lo mismo tomarlos en los entrenamientos que en un juego. Puedes tener una idea en la cabeza o algo en lo que hayas trabajado, pero es más difícil de lo que parece”.
-Lionel Messi, futbolista profesional argentino.
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¡Que tengas un buen día!
Referencias
- Jordet, Geir & Hartman, Esther & Visscher, Chris & Lemmink, Koen A.P.M.. (2007). Kicks from the Penalty Mark in Soccer: The Roles of Stress, Skill, and Fatigue for Kick Outcomes. Journal of sports sciences. 25. 121–9. 10.1080/02640410600624020.
- Jordet, Geir & Elferink-Gemser, Marije & Lemmink, Koen A.P.M. & Visscher, Chris. (2006). The “Russian roulette” of soccer?: Perceived control and anxiety in a major tournament penalty shootout. International Journal of Sport Psychology. 37. 281–298.
- Moll, Tjerk & Jordet, Geir & Pepping, Gert-Jan. (2010). Emotional contagion in soccer penalty shootouts: Celebration of individual success is associated with ultimate team success. Journal of sports sciences. 28. 983–92. 10.1080/02640414.2010.484068.
