Los cariños

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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3 min readJul 20, 2023
Bangkok, Tailandia. Marzo 2023.

“Pregúntate qué sientes, y qué te niegas a sentir”.

-Isabel Allende, escritora chilena.

Hace unos meses, me encontraba entre abrazos con una amiga, mientras nuestras miradas se entrelazaban y nuestros labios se rozaban. En medio de ese momento, ella, más joven que yo, me comentó que disfrutaba esa sensación, que la hacía sentir bien. Y me hizo reflexionar: ¿acaso todos necesitamos ese tipo de afecto?

Me pregunté si acaso intentamos simular esa situación. Si la respuesta es afirmativa, ¿es para vivir un momento romántico en pareja?, ¿o simplemente buscamos recibir cariño? Lo que sí tengo claro es que todos necesitamos ser abrazados, besados y mirados con ternura. Anhelamos el roce de mejillas, labios y la sensación de piel, respiración y aroma de otra persona.

Cuando uno está soltero, no siempre se encuentra expuesto a situaciones románticas o a muestras de afecto frecuentes. Si bien pueden darse encuentros casuales, estos no necesariamente incluyen mostrar afecto o ese toque romántico sacado de una película. No es lo común. Tampoco creo que deba ser algo estrictamente transaccional, pero definitivamente es raro que sean lo suficientemente románticos.

Cerrar los ojos, abrirlos y luego explorar las sensaciones entre dos personas que no son pareja, es el ingrediente perfecto para crear un momento mágico. ¿No lo crees? ¿Será que todos realmente necesitamos ese tipo de cariño?

El contacto físico es una parte fundamental de cómo las personas nos comunicamos y nos conectamos entre sí, sostiene David J. Linden, en su libro “Touch: The Science of Hand, Heart, and Mind”. El autor explora la neurociencia del tacto y cómo influye en nuestras emociones, decisiones y salud.

¿Puede ser beneficioso para nosotros? Según Linden, sí, y de diversas formas:

  • Estabilidad emocional. El contacto físico, especialmente los abrazos y el contacto piel con piel, puede liberar oxitocina, una hormona que promueve sentimientos de confianza, empatía y conexión con los demás. Esto puede ayudarnos a sentirnos más seguros y apoyados en nuestras relaciones.
  • Reducción del estrés y la ansiedad. El contacto físico también puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en el cuerpo. Esto puede ayudarnos a sentirnos más relajados y menos ansiosos. En estudios se ha mostrado que el contacto físico, incluso algo tan simple como un abrazo, puede hacer que las personas se sientan más tranquilas en situaciones estresantes.
  • Mejora del estado de ánimo. La estimulación táctil agradable, como un masaje o un abrazo de un ser querido, puede liberar endorfinas, los químicos del “bienestar” del cuerpo. Esto puede ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo y proporcionar un impulso de felicidad.
  • Mejora de las relaciones. El contacto físico puede ayudar a fortalecer las relaciones al fomentar una mayor intimidad y conexión emocional. Esto es especialmente cierto en las relaciones románticas, pero también se aplica a las amistades y a las relaciones familiares.
  • Beneficios para la salud. Algunas investigaciones han sugerido que el contacto físico puede tener una variedad de beneficios para la salud, desde la mejora del sistema inmunológico hasta la reducción del dolor y la mejora del sueño.

¿Qué te parece? ¿No es fascinante? Quizás deberíamos adoptar esta práctica más a menudo. Y no necesariamente se trata de compartirla con una sola persona, sino con un grupo de personas que potencian la sensación de calma que ya experimentamos. Aquellas personas que elevan nuestras energías, lo cual siempre es positivo.

Estamos aquí solo de paso, así que más cariño y menos conflictos, ¿no crees?

“Abraza a la gente que quieres. Cuéntaselos, que lo sepan a través de tu contacto físico. El amor verbal no alcanza”.

Walter Riso, psicólogo italiano.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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