¿Qué es el amor?

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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4 min readFeb 16, 2023
Siam Center, Bangkok. Febrero 2023.

“El amor es una fuerza más formidable que cualquier otra. Es invisible, no se puede ver ni medir, pero es lo suficientemente poderoso como para transformarte en un instante y ofrecerte más alegría que cualquier posesión material podría hacerlo”.

— Barbara De Angelis, consultora de relaciones estadounidense.

Tema complejo pero también simple. Grandioso pero también devastador. Temas de diferentes películas, canciones, libros y noticias en diferentes medios.

¿Qué sientes cuando te enamoras?, ¿es acaso fácil de comunicar? A veces solo uno siente y ya. ¿Indescriptible? Quizás. Lo maravilloso son esas sensaciones que nos genera por todo el cuerpo. ¿Real o no? Es relativo. Lo importante son las emociones y experiencias que despierta en nosotros.

Perspectivas

Según la psicología, el amor es una emoción compleja que se caracteriza por sentimientos de afecto, cariño, pasión y compromiso hacia otra persona. En la teoría triangular del amor propuesta por el psicólogo Robert Sternberg, el amor se compone de tres componentes interrelacionados: intimidad, pasión y compromiso.

Desde la sociología, el amor es una construcción social que varía de acuerdo a las normas culturales y los valores de una sociedad en particular. La socióloga estadounidense Eva Illouz sostiene que el amor moderno se caracteriza por una mayor autonomía individual y una mayor importancia dada al deseo y a la pasión.

Desde la antropología, el amor se ha estudiado desde la perspectiva de cómo se manifiesta en diferentes culturas y sociedades. La antropóloga británica Helen Fisher ha investigado los fundamentos biológicos del amor y ha propuesto que existen tres sistemas cerebrales que se activan en el amor romántico: el sistema de la lujuria, el sistema de la atracción y el sistema del apego.

Desde la filosofía, el amor ha sido objeto de reflexión desde hace miles de años. El filósofo griego Platón sostiene que el amor es una fuerza divina que nos impulsa hacia la belleza y la perfección. Por otro lado, el filósofo alemán Arthur Schopenhauer define el amor como una ilusión transitoria que nos hace creer que la felicidad depende de otra persona.

En mi caso, muchas veces me he dejado llevar por lo físico, por la parte externa de las personas. Claro, es lo primero que llama la atención y realmente creo, que es algo que no podré cambiar. Debe haber algo, o mucho, de la persona que me atraiga físicamente para poder continuar.

Y sí, continuar para luego seguir conociéndola y descubrir lo que realmente es importante: la personalidad, la perspectiva de vida y los sueños. Importante porque es lo que trasciende en el tiempo. Es lo que nos permitirá levantarnos cuando existan problemas, es lo que nos sacará sonrisas cuando no estemos del todo bien, es esa luz que aparecerá cuando el futuro no se visibilice del todo claro.

Esa es la teoría. En la práctica,no es fácil encontrar a una persona que encaje con la personalidad, perspectiva de vida y sueños. Lo físico, seguro que sí. Pero no es suficiente.

Ahí viene lo interesante y es en cómo nos exponemos a conocer a nuevas personas y cómo analizamos si encaja o no para nosotros. Como lo dijo el emprendedor norteamericano, Naval Ravikant: “ten muchas primeras citas” cuando hablaba de las oportunidades asimétricas (grandes ventajas, desventajas limitadas).

Esta sugerencia nos permitirá no conocer a profundidad a la primera persona que encontremos, pero ir explorando varias hasta que lleguemos a la ‘correcta’ para luego tomarnos más tiempo en una. Creería que a un mayor número de personas a conocer, las probabilidades de llegar a la ‘correcta’ aumentan. Diferentes edades, culturas, perspectivas. Todo suma.

Tiene sentido. Suena algo idealista pensar que la primera persona que conozcamos sería la ideal. Claro, si hemos salido con muchas o muchos, será más fácil determinar si es adecuado o no para nosotros. Entonces, ahí la experiencia acumulada suma, y mucho. Lo mismo con haber tenido varias relaciones que no funcionaron. Todo ayuda a mejorar el criterio de selección de la nueva pareja.

¿Pero saben? Finalmente uno se deja llevar. Especialmente si las cosas fluyen.

El año pasado conocí a alguien que me hizo percibir mi elección de parejas de otra manera. Me permitió conocer que podían existir personas que se parecieran más a mí y que quizás ese era el camino que debía seguir. Me emocioné pero nunca nos llegamos a conocer a profundidad. ¿Por qué? Aún no lo sé — según yo — era un gran match pero no sucedió. Pensé que por algo sería.

Pasó el tiempo y me encuentro ahora en Bangkok y, bueno, volvió a ocurrir algo diferente e inesperado hace muy poco. ¿Será que ahora todo tiene sentido?, ¿o será que es una nueva manera de seguir aprendiendo sobre mí? Veremos qué sucede.

Referencias

  • Fisher, H. (2004). Why we love: The nature and chemistry of romantic love. Macmillan.
  • Illouz, E. (1997). Consuming the romantic utopia: Love and the cultural contradictions of capitalism. University of California Press.
  • Schopenhauer, A. (1819). The World as Will and Representation. Translated by E. F. J. Payne. Dover Publications.
  • Sternberg, R. J. (1986). A triangular theory of love. Psychological Review, 93(2), 119–135.

“El amor no es solo un sentimiento, es un arte”.

— Honoré de Balzac, novelista francés.

¡Que tengas un buen día!

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