Relaciones abiertas (I)

Exposición de Joan Cornellà. Hackney — abril 2019.

“No es la naturaleza del amor forzar una relación, pero es la naturaleza del amor abrir el camino”.

William Paul Young, autor canadiense.

¿Alguna vez hemos escuchado sobre las relaciones abiertas? ¿Hemos buscado salir con diferentes personas sin problemas y rígidas ataduras? ¿Te sientes cómodo con tu relación actual? ¿Sientes que te falta algo? ¿Sientes que la sociedad juzga tu ímpetu por buscar más personas? Quizás la respuesta radica en ampliar nuestra perspectiva al enfocar las relaciones románticas y sexuales entre las personas.

Entender a las parejas consensualmente no monógamas (Consensually non monogamous — CNM) nos puede dar una pista. ¿A qué se refiere? Fairbrother et al. (2019) mencionan que son aquellas en las que se acepta participar en interacciones sexuales, emocionales y/o románticas con más de una pareja. Además, implica el compromiso de los involucrados con la apertura, la transparencia y el acuerdo sobre los parámetros de la relación que llevarán.

Conley et al. (2017) mencionan que una relación CNM (no monógama), puede adoptar diversas formas:

• Swinging. Una pareja puede tener otras parejas sexuales, generalmente en eventos sociales diseñados para este propósito. Usualmente con una participación emocional o romántica mínima o nula.
• Poliamor. Las personas son libres de mantener múltiples relaciones amorosas o comprometidas.
• Relaciones abiertas. Una pareja busca relaciones sexuales fuera de su relación principal. Usualmente no son románticas.

Fairbrother et al. (2019) plantean que en dos encuestas representativas a nivel nacional de la población adulta de EE. UU. se indicó que las participación de las personas en el CNM oscilan entre el 2.4% y el 4%. Además, los hombres y las personas que se identificaban como homosexuales, lesbianas o bisexuales, fueron los que tenían una probabilidad significativamente mayor de participar en un compromiso no monógamo.

Monogamia

Mogilski et al. (2021) sostienen que los seres humanos mantienen relaciones románticas por la gratificación sexual, la asistencia con el cuidado de los niños, la amistad íntima y una serie de otros beneficios interpersonales. En las relaciones monógamas, las personas están de acuerdo en que ciertos beneficios de la relación (contacto sexual, recursos materiales, apoyo emocional) solo pueden compartirse dentro del vínculo de pareja. Es decir, se espera que la pareja mantenga la relación proporcionando suficientes beneficios para satisfacer las necesidades y deseos de su pareja.

Infidelidad

Si uno de los miembros de la relación de pareja, rechaza el acuerdo anteriormente pactado mientras engaña a su pareja para que crea lo contrario, se produce la infidelidad. Los autores sostienen que, estratégicamente, esta situación origina que la pareja engañada restrinja sus ganas de buscar alguien fuera de la relación pero no el de su pareja. En otras palabras, al perturbar el consentimiento de una pareja para participar en una relación fuera de la relación, aquellos que practican la infidelidad obtienen los beneficios de tener múltiples parejas, mientras evitan los costos de que su pareja haga lo mismo.

Por lo tanto, no es de extrañar, entonces, que las infidelidades tiendan a ser secretas: aquellos que convencen con éxito a su pareja de que tengan exclusividad, que ellos mismos no siguen, dejan de competir con otras parejas al restringir la libre elección de su pareja.

Hace poco conocí y comencé a salir con alguien de manera recurrente. Ella me dio a entender que, a pesar de mi punto de vista sobre la vida, por dentro soy romántico y tradicional. Me dejó pensando. Claro, en el pasado disfruté cada una de mis relaciones tradicionales, fui muy romántico y buscaba hacer lo mejor para la relación. Pero también, alguna vez, sacó lo peor de mí: ansiedad, celos y desconfianza.

¿Podré cambiar? ¿Se volvería a repetir? Cada vez me convenzo que uno debe de aceptarse como es y finalmente evitar aquello que no nos haga bien. Las personas que mejor manejan las situaciones difíciles, no son aquellas que manejan mejor sus emociones. Sino, son aquellas que justamente evitan exponerse a esas situaciones difíciles.

Han pasado cinco años desde mi última relación formal. Siento que he cambiado mucho, he conocido diferentes tipos de personas de diferentes culturas y edades. Cada una ha impactado en mi ‘yo’ actual de alguna manera. Realmente no estoy seguro si sigo siendo esa persona ‘tradicional’ que fui alguna vez. Siento que ya no refleja lo que soy ahora.

No planeo tener hijos, ni casarme, ni estar con una sola persona toda la vida. Lo que me emociona es conocer nuevas personas, sus puntos de vista y, quizás, involucrarnos en actos mucho más íntimos. Lo romántico es parte de mí y lo seguirá siendo pero siento — racionalmente — que no puedo entregárselo a solo una persona. Es mucho riesgo, va en contra de lo que pienso. No creo en el ‘para siempre’ pero sí en el ‘por ahora’ o ‘por este momento’.

Siento que cada persona está en nuestras vidas por algún motivo, por unas semanas, meses o años. Solo un tiempo. Aquella que nos enseñará algo. Pero no es una, son muchas las que serán parte de nuestra vida y las que nos darán mayor felicidad.

Finalmente, qué tipo de relación elegir es una decisión personal. Lo que es bueno para mí, quizás no lo sea para otra persona. Hace poco comencé a leer un libro sobre el tema de las relaciones no monógamas y solo las dos primeras páginas tuvieron un gran impacto en mí. Me sentí en total conexión. Finalmente, percibí que alguien comprendía mi manera de ver el mundo sin ser juzgado, sin decirme que ‘no es lo correcto’. Sentí una gran liberación.

Hace unas semanas, una de mis mejores amigas me manifestó que dejara de flirtear delante de ella, que le molestaba, que era una falta de respeto. Yo lo vi desde otro punto de vista: encontré a alguien que me llamó la atención y me interesó conocerla y ‘seguir el juego’. No sentí que hacía algo malo. ¿Es que no podemos percibir la vida desde distintos ángulos? ¿Es que yo debo cambiar o es ella? Los humanos somos complejos y únicos.

Creo en la diversidad de pensamientos y experiencias. Creo en las nuevas sensaciones. En romper esquemas. En hacer lo que es correcto en el momento. ¿Qué espero? Quizás alguien que proponga nuevas maneras de ver la vida, que busque salir del día a día. Hacer actividades diferentes y locuras. Eso emociona. No lo tradicional. Pero sobre todo, que me haga soñar por un mundo diferente y en constante cambio. Si eso espero, es lógico que debería ser yo el primero en proponerlo.

Siento que voy encontrando la respuesta y el camino por el cual continuaré. No es fácil. Estamos acostumbrados a una sola manera de vivir, a lo ideal y, que sin ella, nuestro futuro estaría perdido. No creo en esa narrativa pero debo crear la mía.

Aquella que me haga sentido. Aquella que me permita seguir fallando, creciendo integralmente como persona, evolucionando y logrando encontrar la tranquilidad que tanto busco. ¿Lo tienes tú?

Continuará…

Nota

En el siguiente artículo escribiré sobre los beneficios del CNM y algunos mitos — como los psicológicos — alrededor de esta manera de ver la vida.

“Nunca cierres tus labios a aquellos a quienes has abierto tu corazón”.

— Charles Dickens, escritor y crítico social inglés.

Referencias

Fairbrother, Nichole & Hart, Trevor & Fairbrother, Malcolm. (2019). Open Relationship Prevalence, Characteristics, and Correlates in a Nationally Representative Sample of Canadian Adults. Journal of sex research. 56. 695–704. 10.1080/00224499.2019.1580667.

Conley, Terri & Matsick, Jes & Moors, Amy & Ziegler, Ali. (2017). Investigation of Consensually Nonmonogamous Relationships: Theories, Methods, and New Directions. Perspectives on Psychological Science. 12. 205–232. 10.1177/1745691616667925.

Mogilski, J., Rodrigues, D. L., Lehmiller, J. J., & Balzarini, R. N. (2021). Maintaining multi-partner relationships: Evolution, sexual ethics, and consensual non-monogamy. doi:10.31234/osf.io/k4r9e

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¡Que tengas un buen día!