Ser un pendejo
“El que dice una mentira no es consciente de cuán grande es la tarea que emprende; porque debe verse obligado a inventar veinte más para mantener esa sola”.
Alexander Pope, poeta inglés.
Hace poco, una de mis amigas me llamó molesta. No me dejó preguntarle cómo estaba, solo comenzó a hablar con un tono entre decepcionada y dolida. Ella no entendía por qué el chico con el que había salido, meses atrás, actuaba de una manera tan inesperada. Después de pensar por unos segundos, generó la siguiente afirmación: “¡Es que es un pendejo!”.
¿Qué es un pendejo? Claro, en el contexto de un país como el Perú, ya que su significado varía por país.
¿Más casos para comprenderlo? El año pasado, me encontraba en la reunión entre amigos por la pedida de mano de Karina. Se realizó en un restaurante de pizzas en La Aurora. Aquella noche, casi al finalizar la velada, mi amiga nos invitó a subir al segundo piso donde nos tomaríamos unas copas extra de vino. Lugar donde pudimos compartir momentos con su novio y sus amigas por una hora más.
Minutos más tarde, nos indican que cierran el local. Solo quedábamos unos seis. Al bajar las escaleras, una de sus amigas con novio, nos pregunta sobre futuras actividades. Le comento que tiene que armar una reunión, ‘una reu’. Acto seguido, ella me pregunta qué buscaba con las chicas y con las salidas en general. Le respondo que solo conocer, que estaba en un plan de explorar y comprender nuevos puntos de vista.
¿Su respuesta? Seguro ya lo imaginan: “¡Ah! o sea eres un pendejo”. Mi amiga saltó y comenzó a defenderme entre risas. No era necesario, yo no me sentía así. Pero me dejó pensando sobre la definición, sobre lo que es ser un pendejo.
Ya en el presente, mi amiga con su llamada, había prendido la chispa de curiosidad sobre el mismo tema: ¿qué es ser un pendejo?
Acto seguido comencé un trabajo de investigación. ¿Qué significa ser pendejo para las chicas de diferentes edades? Aquí algunas definiciones:
— MC: “Depende de los términos y condiciones. Es el que para de chica en chica”.
— B: “Un pata que está con una y con otra pero que se las hace a todas. Es decir, se muestra como enamorado pero lo mismo le dice a todas y se jacta de que todas caigan en su jugada”.
— P: “Sinvergüenza, se las sabe todas”.
— C: “El que quiere pasarse de vivo, el que se baña en aceite.Todo le resbala”.
— E: “Mujeriego”.
— C: “Alguien que quiere salir con varias chicas y que no quiere tener nada serio”.
— M: “Un vivazo extremo, a lo malo”.
— S: “Mmm para mí que no me sea sincero. Que si quedamos en monogamia, oculte su rompimiento. Si hablamos de relaciones, que se haga el ‘vivo’ ”.
Incluso, una amiga hizo hincapié sobre lo que no sería ser pendejo, dejando una interesante reflexión:
— J: “Antes te hubiera dicho de manera general un chico que coquetea con varias chicas. Entiendo coquetear más que simplemente alagar. Pero ahora que hay todo esto de las relaciones abiertas, y varios tipos de amores…pienso qué hay una precisión importante: el actuar con engaño, mentira, ocultamiento y temas similares. Es decir, si va echando ‘el maicito’ por doquier pero siendo transparente, pues entonces no es pendejo, es multi amoroso jajaja, ya allá la chica que acepte. Por probar o por convicción pero no debería ser calificado de pendejo”.
Interesante comentario que quizás nos ayude a obtener un posible camino que nos deje satisfechos: el mentir. La mentira es la base de la ‘pendejada’, del como dijeron algunas, el querer pasarse de ‘vivos’, el creer que uno puede realizar acciones sin consecuencias. En donde las decisiones que uno toma, las realiza solo considerando en el bienestar personal y no en la pareja. No en los demás.
Transparencia. ¿Por qué no querer ser transparentes? Si uno busca diversión, salir de la rutina, pasar una noche diferente con otra persona. ¿Por qué no comunicar?, ¿cuál sería el problema? Si ya se encuentra en tu mente el acto del engaño, ¿cuál es la diferencia entre querer hacerlo y realmente hacerlo? , ¿ya existe una intención, cierto? Entonces, ¿por qué no conversarlo?
El no comunicarlo, nos llevaría al engaño, a romper un compromiso, a defraudar a la otra persona, a no ser consistentes con nuestras promesas. ¿Qué es lo peor que podría pasar?, La otra persona podría molestarse porque uno quiere tener nuevas experiencias con otras personas pero quizás esa conversación los lleve a experimentar y vivir de otra manera la relación.
Quizás los lleve a explorar otras maneras de conversar e incluso de conectarse sexualmente. Quizás los lleve a un nuevo viaje, a tener hijas o a no tenerlas. Quizás se muden. Las posibilidades son muchas y eso es lo que justamente lo hace interesante.
En otros casos, puede dar opción a una ruptura. Pero, ¿acaso no es mejor que pase ahora, a que suceda con engaños en unos años más? Lo importante debería ser nuestra tranquilidad y bienestar. Sea con pareja o sin pareja. Seguro que terminar será durísimo pero, a la larga, esa experiencia nos podría traer más felicidad de lo que creemos.
En ambos casos, los beneficios son positivos. Entonces, antes de querer ser pendejo, ya sea en pareja o sin pareja, cuestiona si tus acciones impactan positivamente. Porque si son negativas, ¿para qué las haces?, ¿cuál es el sentido?, ¿te vas a dormir tranquilo por las noches?
Ser pendejo es una elección consciente. Decide lo que te hace feliz a ti y a los demás y a seguir.
Y a las personas que suelen decir ‘pendejo’ a cualquiera. Pues también es bueno parar y analizar su significado antes de juzgar a las personas sin conocerlas. Aquella reflexión que quizás nos ayude a comprender mejor a los demás y que incluso, se pueda lograr que la siguiente persona que inicialmente catalogues como ‘pendejo’, pueda volverse tu pareja. Uno nunca sabe.
“Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, producen la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad”.
H. P. Lovecraft, escritor estadounidense.
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¡Que tengas un buen día!
