Tú y yo

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
3 min readJan 12, 2023
Imagen mía, creada por inteligencia artificial. Diciembre 2022.

“Hay dos miradas: la mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre”.

Alejandro Dumas, escritor francés.

¿Tú y yo?, ¿te imaginas lo que podríamos hacer? Vamos, deja volar tu imaginación. Proyecta que estoy mirándote a los ojos, diciéndote que podemos explorar juntos el mundo. Sí, tú y yo. Nadie más.

Te cojo de la mano para animarte. ¿Vamos?, ¿es que acaso importa el lugar?, ¿acaso el destino? Creería que no. Solo te pido ganas, que me digas que sí. Que estés dispuesta.

¿Por qué no? Creemos experiencias. Aquí y ahora. No en el futuro, no sobre un recuerdo del pasado. No. Ahora, en este preciso momento.

¿Qué propondrías? Dale, imagina algo divertido. Quizás algo fuera de lo normal. Aunque, para ser honesto, ¿qué es lo normal? Lo que es normal para algunos, podría ser muy diferente para otros.

Entonces, puedes proponer algo inusual. ¿Qué sería?, ¿por qué?, ¿realmente te provoca?, ¿o lo propondrías porque todas las demás personas piensan que debería ser así? porque es una tendencia. No. Algo diferente.

¿Por dónde comenzar? Mejor sentémonos unos momentos. Respira. Seguro ha sido una pregunta inesperada. No hay que darle muchas vueltas. Solo es una propuesta para hacer algo diferente.

Algo que te saque de tu zona de confort, algo que — en unos años — te saque una sonrisa pícara o de felicidad. Y hasta quizás un suspiro. Donde no hay espacio para el arrepentimiento. Algo que cuestione tus acciones del día a día. Es más, podría cuestionar las mías.

¿No es tan fácil? Quizás la estás pensando mucho y mis preguntas tampoco estén ayudando. ¿Prefieres que me mantenga en silencio? ¿O que me acerque a ti? quizás si te susurro algo al oído pueda ayudarte a aclarar los pensamientos. ¿O creará el efecto contrario?

Me arriesgo, me acerco a ti mientras sonrío, tomo tu cabello, lo separo un poco para que mi boca se acerque delicadamente a tu oído derecho. Escuchas mi respiración. Me acerco un poco más y te digo “¿Y ahora?, ¿qué has decidido?, ¿a dónde vamos?”.

Suspiras.

Cierra los ojos por unos cinco segundos. Dejemos que pase un poco el tiempo. Me alejo. Ahora abre los ojos y mírame. Una sonrisa tuya sería muy encantadora. Te respondo con otra sonrisa.

Te tomo de ambas manos. Entrelazamos nuestros dedos. Mi mano derecha se separa. Comienzo a acariciar delicadamente tu mano izquierda, subo lentamente por tu brazo. Paro sutilmente cerca de tu hombro. Te sonrío. Continuo algo más despacio por tu cuello hasta acariciar tu bello rostro.

Eres muy linda, tu sonrisa combina demasiado bien con tus ojos brillantes. Y esa mirada. Uy, esa mirada penetra mi alma. Siento una conexión, una sensación, una electricidad que recorre mi cuerpo.

Bajo la mano y vuelvo a coger las tuyas. Nos levantamos muy despacio. Miramos juntos el horizonte. Nos abrazamos. Esta vez más fuerte.

¿Ahora sí lista?, ¿qué te provoca? te vuelvo a preguntar. ¿A dónde vamos? Sí, solo tú y yo.

¿Qué respondes?

“Si sólo hubiera más gente mágica para ayudarnos a pasar esta vida extraña”.

— Charles Bukowski, poeta norteamericano.

¡Que tengas un buen día!

--

--