Tocando el cielo

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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3 min readMay 23, 2024

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Puno, Perú. Mayo 2024.

“Usted ve, pero no observa. La distinción es clara”.

Arthur Conan Doyle, escritor y médico británico.

¿Cuándo fue la última vez que saltaste de felicidad? Un momento en el que abrazaste a la primera persona que encontraste a tu lado. Gritaste de alegría y quizás hasta lloraste. Esos momentos de felicidad son inolvidables.

No siempre se necesita un logro o un evento extraordinario para sentir esa emoción. Quizás solo se encuentra en los pequeños detalles de nuestra vida diaria.

Hace poco, mientras estaba en un café, veía como una pareja se trataba con mucho cariño, a ambos les brillaban los ojos y transmitían una energía positiva. Esos momentos geniales también pueden surgir en conexión con los demás. Una parrillada con amigos, donde se intercambian historias compartidas, puede convertirse en un recuerdo inolvidable. O quizás esa llamada por Whatsapp inesperada de una persona cercana que ya no lo está, puede hacerte sentir especial. Estos son los instantes que, aunque podrían ser cortos, llenan nuestro corazón.

Es fácil perderse en la rutina diaria y olvidar la importancia de estos momentos. Vivimos en un mundo que a menudo nos empuja a mirar hacia adelante, a planificar y a preocuparnos por el futuro. A trabajar y dar lo mejor de nosotros. Sin embargo, creo que es importante aprender a detenernos y apreciar lo que tenemos en el presente. ¿Qué pasaría si cada día nos tomáramos un momento para buscar algo que nos haga sonreír?

Quizás, en la prisa del día a día, hemos dejado de prestar atención a los detalles que realmente importan. Este sentimiento positivo puede estar en la primera taza de café de la mañana, en el abrazo de un amigo, en el sonido de los pájaros al amanecer o en un mensaje por Instagram. Estos pequeños momentos de alegría pueden transformar un día común en un día diferente e incluso extraordinario.

Tómate un momento para reflexionar. ¿Qué te detiene de vivir más momentos llenos de este sentimiento? Usualmente, la respuesta es simple: nosotros mismos. Nos ponemos barreras y condicionamientos, esperando que las circunstancias perfectas se alineen para permitirnos sentir alegría. Pero la realidad es que esta emoción no espera, se encuentra en lo espontáneo y en nuestra capacidad de dejarnos llevar por el momento. ¿No lo crees?

La clave quizás está en abrirnos a las experiencias, en dejar de lado el miedo y en permitirnos sentir. Porque, al final del día, los momentos que recordamos con una sonrisa son aquellos en los que nos permitimos ser verdaderamente nosotros mismos, sin reservas.

Entonces, ¿cuándo será la próxima vez que saltes de alegría? La vida está llena de oportunidades para hacerlo, solo necesitamos estar atentos y dispuestos a abrazarlas. A estar con los ojos abiertos. La próxima vez que sientas algo de emoción, no la dejes pasar. Déjate llevar, ríe, grita, llora de alegría. Permítete vivir esos momentos, porque son los que realmente dan sentido a nuestra existencia.

“Tengo confianza. Vivo más tranquilo (…) Pero no olvido que la vida y todas sus grandes cosas son momentáneas, y que de pronto en un instante podemos quedarnos ciegos en medio de la luz, muertos en medio de la vida, solos en medio del amor”.

Pedro Salinas, poeta español.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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