Tu candidato, mi candidato

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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4 min readDec 15, 2021
Conversatorio sobre ‘Politics, Policy, Polity
and Design’ en RCA — Londres. Mayo 2018.

“Si quieres ser un pensador lúcido, no puedes prestar atención a la política. Destruirá tu capacidad para pensar”.

Naval Ravikant, empresario e inversor indio-americano.

— V: No veo política pero finalmente me entero. Y una verguenza realmente. Te equivocaste. Quiero que se vaya PC y toda su corrupción que engañó a tanta gente pobre.

— J: Jajaja no hablo de eso.

— V: Te gustó cuando él salió y dio la cara por los “olvidados”. ¿Y qué hizo él? nada hasta ahora. Ahora te quiero ver marchar por una opción mejor. Una vez más la experiencia tiene la razón , como la gente mayor que yo, alguna vez me lo dijo.

— J: Está aprendiendo. Estaba cero preparado para el puesto. ¿Qué esperabas? Jajaja.

— V: ¿Aprendiendo? No te pases. ¿Quién elige a un presidente para que aprenda?

— J: Mi posición era que la otra opción era peor. Nada más.

Intercambio de mensajes que tuve hace un par de semanas con V. Prácticamente me dijo que me haga cargo por no votar por su opción. Llamó mi atención porque recibí los mensajes un viernes por la mañana al despertarme. Sinceramente, uno espera recibir otras noticias en ese momento pero ¿habría que escucharla no?

Luego de escribir lo que esperaba de la política hace meses, ahora me sorprende — o quizás no — con lo que sucede últimamente. No por las diferentes actividades que realiza el gobierno que, para ser sincero, no estoy al tanto. Sino por las reacciones de las personas.

Pensé que había quedado claro que cada persona piensa diferente, tiene una manera peculiar de ver el mundo y por lo tanto, va a defender sus intereses por encima del resto. Cada uno tiene una escala de valores que nos hace únicos, aquellos que fueron formados por la transmisión de nuestros genes, la experiencia que hemos tenido, por nuestro entorno y por algo de aleatoriedad.

Entonces, pensar que hay un solo camino para solucionar problemas pienso que es un error. Siento que el tema político es la excusa perfecta para desligarnos del presente al pensar en el pasado y en el futuro. Es la excusa perfecta para dejar de pensar en nuestra visión como personas, de hacernos cargo por lo que hacemos y cómo impactamos en nuestro entorno.

Una situación diferente es hablar y hacer, buscar un cambio desde donde podamos. Otra, muy diferente, es solo molestarnos por una situación donde no tenemos un grado de influencia. Si realmente queremos cambiar las cosas, deberíamos ‘ensuciarnos los zapatos’.

Existen muchos puntos de acción, desde una ONG, una iniciativa privada, apoyo a algún partido, crear y transmitir información neutral. ¿Por qué no? ¿Qué nos impide realizarlo? Incluso añadirle una dosis de positivismo no nos caería mal. Es más, podría impactar positivamente en las personas de nuestro alrededor.

Total, ¿ya hemos tenido demasiados problemas desde que inició la pandemia, cierto? Nadie la ha pasado del todo bien. Desde temas económicos hasta mentales. Cada uno de nosotros ha tenido que vencer algo en estos meses. Deberíamos añadir temas que sumen a nuestras vidas y no que resten.

Con tanta información disponible, deberíamos ser muy selectivos con las noticias que recibimos. Ya que, finalmente, moldea nuestra manera de pensar y percibir el mundo. El cual, si no obtiene la información adecuada, puede generar una visión negativa de las cosas.

Si esa negatividad nos hace bien y a los demás, pues bien. Pero si no es así, entonces ¿por qué no hacemos un cambio?

Cada vez que me preguntan por el proceso del actual Presidente del Perú, contesto que está aprendiendo. Claramente el partido no estaba preparado para asumir tan grande reto. Y rodearse de personas que sí conozcan cómo funciona, no es para nada fácil, pienso yo. ¿Cómo sabemos quién quiere un cambio real para el país y quién busca satisfacer sus intereses personales?

Creo que lo importante es que avancemos juntos para lograr el cambio. Apoyar desde donde podamos con positivismo. Si algo está mal, deberíamos hacerlo notar pero desde un optimismo que nos permita crecer como personas y como país. No, desde un punto de vista de echarle la culpa al resto “Ya ves por quién votaste. Ahí está pues”. ¿Qué ganamos con un comentario así?

Pienso que de cada experiencia, con cada remezón, con cada golpe, uno puede aprender. Las caídas son muy buenas sin vienen acompañadas de reflexión.

Espero que en las próxima elecciones existan menos partidos, ya que podríamos tener una menor variedad de opciones. Lo que permitiría, por un lado, conocer a más detalle a los candidatos. Y por el otro, generar más alianzas, más entendimiento entre partidos, más búsqueda de intereses en común, más unión de habilidades y apoyo.

Ya que si no es así, vamos a terminar como las elecciones anteriores, donde cada círculo social votó por sus propios intereses, generando unos resultados muy diversos. ¿La consecuencia? Nadie se identificó con los candidatos finales y terminó generando gran polarización.

¿Así será solucionado? El tema es más complejo pero ¿por algún lado se tiene que comenzar, cierto? Además, podemos empezar por cambiar nosotros mismos, ser más tolerantes con el pensamiento diferente, con las diferentes realidades e intereses. Saber que no estaremos de acuerdo pero sí podemos respetarnos.

La vida es muy corta como para andar peleándonos por diferentes temas. Disfrutemos más y vivamos el presente. Total, en unos años nadie se acordará de nosotros y menos de nuestras peleas. Quizás algunos libros, pero ya no estaremos acá para disfrutar aquel momento.

“Distinguir la señal del ruido, requiere tanto conocimiento científico como autoconocimiento”.

Nate Silver, estadístico y escritor estadounidense.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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