Tu yo interior

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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4 min readMar 31, 2022
Amsterdam, enero 2018.

“Mediante el autoanálisis no puedes cambiar tu carácter, pero puedes cambiar tu mentalidad”.

— Anton Corbijn, fotógrafo, director de cine.

¿Cada cuánto tiempo realizamos una pausa para reflexionar sobre lo que nos pasa?, ¿cada cuánto tiempo nos hemos dejado llevar por nuestras emociones?, ¿cada cuánto tiempo buscamos mejorar nuestro desempeño diario?

¿Cuándo fue la última vez que lloraste? aquella vez donde las lágrimas fueron una manera de comunicar tristeza, frustración, angustia o algún otro sentimiento que nos impida sonreír y estar tranquilos con nosotros mismos.

¿Cuándo fue la última vez que te viste al espejo y estuviste triste?, ¿qué sucedió?, ¿qué contexto se produjo para que terminaras así?, ¿pensaste en parar la tristeza o buscaste continuarla?, ¿buscaste solo sentirlo o en analizarlo de manera lógica?

¿Cuándo fue la última vez que miraste a tu alrededor sin esperanza? sin ganas de avanzar, de sentirte solo, decepcionado, de pensar que lo que sientes en el momento, no tiene salida. Aquel momento donde te sientes completamente solo y que, incluso, el mensaje de una amiga o amigo, no son suficientes para sentirte mejor.

¿Cuándo fue la última vez que te abrazaste? Aquel abrazo que no llegaba de nadie más pero que tú mismo te diste para sentirte mejor, para salir de ese agujero en el que habías caído, esas emociones que bloquean tus pensamientos y sentir que no hay escapatoria.

¿Cuándo fue la última vez que sentiste que te faltaba el aire? Esa necesidad de que otra persona te ayude a tranquilizarte, que te abrace para que puedas volver a respirar. Aquel momento donde esa falta de aire genera diversas sensaciones no placenteras en nuestro cuerpo. Un ahogo sin salida.

¿Cuándo fue la última vez que perdiste el sueño porque le dabas vueltas a muchas ideas en tu cabeza? Buscando respuestas, pensando cómo hubieras actuado mejor o si la otra persona hubiera reaccionado de otra manera. Pensamientos que van y vienen casi sin control, que continúan a un ritmo acelerado el cual es difícil de parar.

¿Cuándo fue la última vez que te levantaste angustiado? Con diferentes pensamientos que te podrían llegar a aturdir. Aquella donde la preocupación crece hasta convertirse en agobio. Aquella situación que impide levantarnos con una sonrisa. Donde solo un pensamiento nubla todo.

¿Cuándo fue la última vez que miraste a otras parejas con recelo? Pensando si tú pudieras estar así, feliz, sin preocupaciones y solo disfrutando el presente. Pensando en qué podrías hacer para cambiar tu presente, en por qué no puedes ser feliz y ya. En qué te falta para mejorar y, por fin, estar en tranquilidad con tu pareja.

¿Cuándo has parado para analizarte? para examinar tus reacciones del momento, para sentir lo que ocurre en tu cuerpo y con los pensamientos que van y vienen por tu cabeza. ¿Cómo los canalizas?, ¿a través de la escritura?, ¿quizás el hablarlo con alguien o contigo mismo?, ¿el estar en movimiento?, ¿el estar solo?

¿Cómo te sentiste la última vez que alguien te decepcionó?, ¿qué expectativas creaste?, ¿por qué las creaste?, ¿crees que si no las tuvieras, todo sería diferente?, ¿cómo se sintió tu cuerpo?, ¿acudiste a alguien o realizaste alguna actividad?, ¿sientes que estás haciendo lo correcto?, ¿crees que podrías cambiar?

¿Qué acciones te están ayudando a sentirte más tranquilo?, ¿están funcionando en el mediano plazo o solo en el corto?, ¿en qué basamos nuestro método para estar tranquilo?, ¿nuestro método tiene evidencia?, ¿sientes que estás mejorando o todo lo contrario?

Si no te has hecho alguna de las preguntas anteriores, quizás es momento de realizar alguna de ellas. Parar para analizarlos, puede impactar positivamente no solo en el presente sino en el largo plazo. Nuestra tranquilidad futura va a depender de cuánto nos cuidamos hoy en día, si construimos maneras de buscar paz en nuestras vidas.

Quizás has pasado por alguna de las situaciones anteriores. Es más normal de lo que crees, en base a conversaciones con diferentes personas, experiencias pasadas y opiniones de expertos.

Pero ¿debería ser realmente normal? Por un lado se acepta pero también creo que podemos adoptar diversas estrategias y hábitos para lograr tranquilidad en nuestras vidas. Sobre todo porque aquellas situaciones nos separan del presente y nos encarcelan en una realidad ficticia no muy fácil de salir. Realidad que crea sensaciones negativas impidiendo que veamos el futuro con positivismo y que disfrutemos el presente.

¿Qué te sucede? Es hora de analizarte y lograr un cambio. Recuerda que no estás solo y que la vida es corta como para dejar de sentir la magia que nos ofrece.

“Sin una evaluación adecuada, el fracaso es inevitable”.

— John Wooden, entrenador y jugador de baloncesto estadounidense.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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