Vivir lento
“Nadie pierde otra vida que la que vive, y no se vive más vida que la que se pierde”.
Marco Aurelio, ex emperador romano.
Para, deja de hacer lo que estás haciendo y respóndeme esta pregunta: ¿Vives rápido o lento?
Vivir rápido es dejarte arrastrar por lo que otros esperan de ti, enganchado a las notificaciones del celular, noticias y la agitación política. Es trabajar sin parar, ciego al mundo que nos rodea. Es despertar sin ánimo, nunca tener tiempo para amigos, conversar distraído por los problemas. Es estar en un evento pero mentalmente atado al teléfono, sin dirección. Es no saber hacia dónde vas.
Significa irritarte por cada pequeño inconveniente, herir a otros sin pensar en las consecuencias, no darlo todo y engañarte a ti mismo.
Vivir lento es todo lo contrario. ¿Puedes imaginarlo? Respira hondo, encuentra tu paz tanto física como mentalmente. Piensa qué actividades o personas te llevan a este estado. ¿Cómo puedes alcanzar y mantener esta tranquilidad más a menudo?
Vivir lento es disfrutar del mundo a tu alrededor, reconocer lo efímero de todo y valorar nuestro entorno. Es saborear cada segundo del reloj en nuestras vidas.
Valoro a quienes comparten unos minutos conmigo. ¿No es el tiempo el regalo más precioso que uno puede ofrecer? Lo es todo.
Entonces, ¿cómo adoptas un ritmo más lento? Termina de leer esto y sal de donde estés. Libérate, deja tu teléfono y deambula. Camina, corre, baila, haz lo que te plazca sin preocuparte por las opiniones ajenas.
Solo estás tú, el mundo natural y el paisaje urbano. Observa el cielo, mira a los pájaros, respira el aire fresco. Sonríe. Canta. Abre bien los brazos. Siéntate. Levántate. Acepta las sensaciones que recorren tu cuerpo con cada una de estas experiencias.
¿Cómo te sientes?, ¿se siente natural? Eso que estás sintiendo eres tú. No hay más.
Las preocupaciones, la ansiedad y la tristeza son parte de la vida pero son transitorias. Quizás surgen porque estás en el entorno equivocado. Pero tienes el poder de cambiarlo, depende de tu reducir la posibilidad de su retorno.
Cierra los ojos, respira y disfruta de la belleza de la vida. Recolecta energía, recarga. Deja que esta energía te fortalezca para enfrentar a los problemas que luego llegarán.
Confía en tu corazón y vive lento. Todo estará bien. ¿Lo intentas?
“Cuando se lo observa, el tiempo no marcha de prisa. Se siente vigilado. Pero se aprovecha de nuestras distracciones. Hasta es posible que haya dos tiempos, el que observamos y el que nos transforma”.
Albert Camus, filósofo y autor francés.
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¡Que tengas un buen día!
