Vuela mi golondrina

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
3 min readJul 1, 2024
Zorritos, Tumbes. Agosto 2021.

“Pasamos los años haciéndonos desesperadas preguntas y no sabemos que, a nuestro alrededor, todo son respuestas”.

Antonio Colinas, escritor español.

¿Qué has hecho con tu vida los últimos cinco años? ¿Estás orgulloso?

Recuerda lo que estabas haciendo desde el 2019 hasta hoy. Año por año. Haz una pausa. Tómalo con calma y analiza esas experiencias positivas, pero también las que te hicieron tropezar para luego aprender.

Cuenta año por año, si deseas mes por mes o por semestre. O simplemente recuérdalo en desorden. ¿Qué pasó?

Compara tu yo del 2024 con tu yo del 2019. ¿Cuánto has llorado? ¿Cuánto has reído? ¿Cuánto has crecido? ¿Qué tan satisfecho te sientes?

En mi caso, siento que todo pasó bastante rápido. Tengo bien marcadas las etapas del colegio, la universidad, el trabajo, la maestría. Todo eso hasta el 2019. Luego, todo avanzó vertiginosamente. De mis 31 a 35 años, el tiempo simplemente voló.

Pero ahora que me pongo a analizar, realmente pasaron muchas cosas. Bastante más de las que creía. Siento que, como no seguí un orden natural de hacer las cosas, hice muchas cosas de diferentes formas, en desorden. He conocido nuevas personas, viajado, aprendido a meditar, me he conocido mejor, he aprendido más sobre mi familia, y, sobre todo, aprendí a encontrar cada vez más la calma y tener un horizonte para alcanzarlo.

Estos años han sido de bastante reflexión. Llegué a pensar que ya no tenía nada más que hacer, que había logrado todo lo que tenía que lograr. A partir de ese momento, las energías pusieron diferentes personas en mi camino que me hicieron chocar contra mí mismo y comenzó mi etapa de autoconocimiento. No lo quería, no lo buscaba. Pero llegó sin pedir permiso.

¿Duele? Claro que sí, pero tan pronto pasa esa tormenta, la calma llega y, al mirar hacia atrás, lo veo con una sonrisa. Es más, lo valoro como una victoria que me hará más fuerte. Porque tengo muy claro que muchos más desafíos estarán por venir. Esta vez, estoy más preparado.

Hace un tiempo sentía que no había hecho mucho. Pero me equivoqué, he hecho bastante, solo que de una manera que no tenía planeada. Hasta quizás pasaron en silencio. Y quizás ahí radica lo bonito, el poder apreciar lo bueno en algo que uno piensa que no es positivo o no lo nota.

Agradezco a cada una de las personas que se cruzaron en mi vida. A varias ya las conocen por lo que escribo. A otras, en algún momento las mencionaré. Pero finalmente cambiaron mi perspectiva de la vida.

Me enseñaron a intentar entender el significado de la vida, a ser paciente, a desapegarme de creencias, a dejar de lado el ego, a ser más atento, a apreciar mi entorno, a preocuparme por los demás, a manifestar, a buscar la tranquilidad, a probar nuevas experiencias, a saber que finalmente todo estaría bien.

Quizás por eso elegí trabajar de forma remota, para poder seguir conociendo personas que me sigan ayudando a seguir creciendo espiritualmente e intelectualmente. Es lo que me llena, lo que siento que me llevará a algún camino interesante que está por venir. Lo tengo claro.

Estoy a una semana de cumplir 36 años. Si bien he dejado de viajar al extranjero el último año, ha llegado el momento de despegar de nuevo y volver a seguir mi camino: de aprender, pero también de impactar en otras personas.

O como me dijeron hace poco con ojos brillosos: “Vuela mi golondrina”. Frase que llegó a mi corazón, me enterneció. Una frase que refleja quién soy y busco ser.

Leí que a esas aves se les conoce por migrar, por cambiar de lugar, pero también, en algunas culturas, se consideran un símbolo de buena suerte y esperanza. ¿Será que también podré traer esperanza a otras personas? El tiempo lo dirá.

Gracias.

“¡Qué poco ruido hacen los verdaderos milagros! Que simples son los acontecimientos esenciales”.

Antoine de Saint Exupéry, escritor francés.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

--

--