¡Estamos al aire!
Conecta Arizona es mucho más que un grupo de WhatsApp, es un proyecto a través del cual le devolvemos el diálogo al periodismo a través de Cafecitos en mensajes y en la radio.
Buenas tardes, familia Conecta Arizona; bienvenidos a la Hora del Cafecito… ¡ahora en la radio!
En letrero de “al aire” se enciende y la música invade los oídos antes de interrumpirse por una voz que muchos conocen solo en emojis y mensajes de texto.
Soy Maritza Félix ¿Cómo están? Cuéntenme, sírvanse una tacita de café y ¡charlemos! Es un placer acompañarlos y que me regalen una hora de su tiempo.
Y sí que es un placer que se vuelve adictivo.
La primera vez que me senté frente al micrófono de la radiodifusora me temblaban las manos, pero tenía la voz firme. Juro que pude ocultar mi nerviosismo. Era la primera semana de febrero, nuestro debut radial en medios de la pandemia, con cubrebocas y desinfectantes, adentro de la cabina de la Onda 1190 , la única estación de noticias en español en Phoenix.
El día del lanzamiento, mi pose de locutora perfecta duró hasta caí en cuenta de lo que estaba haciendo. ¡Ay, Dios mío! Se me secó la garganta de golpe, se me entrecortó la respiración y empecé a jadear, así como lo hago siempre que me pongo nerviosa. Cerré los ojos un instante que me pareció eterno. Inhalé, exhalé. Volví a respirar. Abrí los ojos y me apoderé del mundo por 59 minutos. Me sacudí el síndrome de impostora y entonces fue más sencillo: solo recordé que tenía que ser yo, la periodista que comadrea con la gente, la que escucha, bromea e informa. Eso sí que lo sé hacer.
Se nos acabó el tiempo, la hora se nos fue volando, ¡muchísimas gracias por acompañarme en este primer programa y gracias por la patadita de buena suerte! ¿Nos echamos otro cafecito el próximo jueves? ¡Claro que sí!
Hace un año no me hubiera imaginado así. Tenía grandes planes para mi 2020 y ninguno de ellos incluía WhatsApp, un proyecto de periodismo comunitario y mucho menos un show de radio. Pero hoy sé que no quisiera estar en otro lugar. Conecta Arizona se me ha clavado tanto en el corazón que decidí apostarle todo y gané: mi premio fue una familia, un equipo de trabajo que me ha acompañado en la pandemia y la beca de JSK Stanford que me apapacha con consejos, contactos y sabiduría. Solo por hoy lo tengo todo.
Me gané una de las becas más importantes de periodismo en Estados Unidos con un proyecto comunitario cuya magia es su simplicidad, el diálogo, la cercanía, la empatía y la solidaridad. No tenemos millones de seguidores ni reflectores, pero estamos moviendo el barco, juntos, demostrando que el periodismo tradicional no es siempre el que nos lleva a puerto. No tenemos lujos ni presupuesto, pero tenemos gente, talento, ganas, pasión e intensidad… y eso también lo vale todo.
Me abrió los ojos también: Hemos idealizado el periodismo elitista lleno de lujos y comodidades, de audiencias masivas y declaraciones cortas, sin darnos cuenta de que el corazón de la información está en nuestro barrio, en las juntas vecinales, en el café con la comadre, en las reuniones escolares, en las marchas, en las redes… en lo cotidiano. Sí, mi comunidad es mi semillero de historias y mi fuente de inspiración. Y se vale, es más, lo vale todo.
Conecta Arizona es mucho más que un grupo de WhatsApp, es un experimento periodístico que se ha convertido en un modelo a seguir. No tenemos una receta secreta, solo vamos a encontrar a nuestra gente en donde ellos están y no esperamos que vengan a encontrarnos. También escuchamos y leemos mucho; ponemos atención, conocemos a nuestros miembros por sus nombres, sus preocupaciones y sus sueños. Sí, le devolvimos el contacto humano al periodismo y eso me enorgullece hasta el tuétano.
El corazón de Conecta Arizona aún late en WhatsApp. Hemos tenido más de 220 horas del cafecito en nuestro grupo y más de 40 expertos nos han acompañado para hablar de salud, inmigración, dinero, impuestos, política, elecciones, nutrición, salud emocional y educación.
A través del programa de radio podemos llegar a donde las limitaciones tecnológicas del WhatsApp y las redes sociales no los permiten. Los acompañamos en el auto, en la casa, en la cocina y hasta en la cabina. Les acercamos aún más a los expertos. Con nosotros ha estado el cónsul general de México en Phoenix, psicólogos de los dos lados de la frontera, los portavoces en español de los departamentos de Salud, un sacerdote y hasta un agente de la DEA. Y nuestros planes incluyen una lista larga de nombres, al menos tres por programa, para reflejar lo que hacemos en nuestro grupo de WhatsApp: tener un diálogo constante.
Hablamos de todo, sin tabúes ni tapujos. No censuramos, respetamos. Tenemos conversaciones difíciles y somos un claro ejemplo que se puede dialogar sin llegar a un consenso. No. Nuestra familia no es una manada; somos distintos, pensamos, vivimos y sentimos diferente… y en la aceptación está nuestra magia.
Tampoco dejamos de soñar, así, en plural, con el “nosotros”. Tenemos muchos anhelos y también bastantes metas. Nuestra gente nos inspira. Llegamos a la radio y queremos lanzar un podcast y una página de internet. Queremos conocernos en persona. Tenemos una misión y lo vamos a lograr. ¿Nos acompañas? Y soy Conecta Arizona… yo hablo español y sí yo soy #conAcentoyconTalento.
