El trap y sus letras obscenas (+Audio)

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Juan Ariel Toledo
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16 min readOct 30, 2017

El “pleiesteichon” es un podcast de audio, en el que debatiremos sobre diversos temas de interés para la audiencia.

En esta ocasión el tema a debate es “el Trap y las letras obscenas en sus canciones”. Les proponemos escuchar el audio completo para mejor comprensión del podcast, aunque también mostramos una versión escrita del debate, acompañado de algunos audios. Para los que todavía no conocen qué es el trap les proponemos una selección de algunas de las canciones del género para entrar en materia:

Podcast completo:

Versión escrita:

Juan Ariel Toledo Guerra

Hay un debate muy controversial en torno al trap latino y si este puede ser considerado como género musical o no. El trap de forma general surge alrededor de la década de los años 90, en el sur de los Estados Unidos, o sea que tiene una amplia tradición en el mercado anglosajón. En el mercado latino, a pesar que desde los años 2004 0 2005 habían latinos incursionando en el trap, no es hasta las fechas recientes que este se populariza.

Algunas canciones del idioma inglés tienen un lenguaje muy explícito, de drogas, de la calle, violencia, sexo. El trap cuando hizo su migración hacia Latinoamérica se ha puesto en el centro del debate porque sus canciones tienen unas letras muy obscenas como pudieron escuchar en el audio y con un contenido sexual muy fuerte. Les propongo debatir:

¿Se puede considerar el trap o no un género musical?

¿Es música o no?

¿ Qué hay con las letras obscenas?

¿Por qué ha sido un fenómeno que ha impactado en la juventud ya que todo el mundo está oyendo trap?

¿Es un fenómeno que será pasajero?

Dayana Darias Valdés

Pasajero definitivamente no va a ser, porque es un fenómeno que ya se ha adueñado de la juventud. Lo podemos escuchar en las calles, en cualquier lugar. Vas caminando y de repente hay trap en un aula, en una pizzería, en una panadería, con el lenguaje obsceno que lo caracteriza y que puede llegar a ser intimidante en muchas ocasiones. Y, en una sociedad donde prácticamente se ha perdido la educación, se han perdido muchos valores, resulta difícil creer que algún día lograremos desprendernos de esto que están llamando música y que, en mi humilde opinión, no lo es.

Leonardo Javier León Simón

Discrepo con la intervención de Dayana. Cualquier joven de mi generación, o de las generaciones posteriores, quienes hemos crecido junto al reggaetón, les podríamos asegurar que el trap surge por una necesidad. Ya el reggaetón se ha ido quedando sin pilas y, en ese aspecto, el trap ha sido una inyección de sangre nueva, el cual debe tener también una vida, tal vez de diez, quince o veinte años, así como su antecesor. Una cosa es que el género muera y otra es que las personas dejen de escucharla.

Miguel Angel Castiñeira

Bueno, antes de exponer mis impresiones me gustaría hacerle una pregunta al compañero que se encuentra en este momento en defensa del trap. Bien dijo que la generación nuestra creció con el reggaetón, a la cual por lo visto le está tocando presenciar su final. El trap, musicalmente, puede incluso ser mejor que el reggaetón. A mí en lo particular el sonido, el background, no me desagrada en lo absoluto. Sin embargo, el tema que está hoy sobre la palestra pública es el de la obscenidad de las letras de las canciones.

De aquí a cinco o seis años, por la edad, tal vez nos toque enfrentar el tema de la paternidad. Y, como hemos visto anteriormente, no se muestran indicios de que pueda ir a mejor el contenido de los mensajes que transmiten dichos productos ¿A ti te gustaría, en una sociedad futura, que a tu hija, por ejemplo, le guste bailar y cantar dicha “música” en la escuela, con sus compañeros? ¿Te gustaría que se filmaran con los celulares y que subieran esos videos a internet? ¿Te parece correcto?

Leonardo Javier León Simón

Bueno, es muy atinado esto que dicen estos artistas que oímos. Hay que decir que hoy, por la internet, se puede acceder con mayor facilidad a la música. No obstante, yo ahora mismo puedo ponerle a cualquiera de ustedes música de otro género muchísimo más grosera, explícita y ofensiva.

Entonces, ¿por qué atacamos al trap?

En primera, porque es necesario hacerlo, no tanto por la obscenidad como por la popularidad que dicho subgénero ha alcanzado.

Claro que yo no quisiera que mis hijos escucharan esa música. Mi hermano tiene quince años y está fundidito con el trap. Yo quisiera, más o menos, mostrarle otro tipo de música; pero eso es lo que él vive, come y respira. Por supuesto, no está bien que se hable de violencia, ni de droga, ni de la calle…

Miguel Angel Castiñeira García

En sentido general a mí me parece muy bien que se converse respecto al trap, no que se satanice ni endiose. Estamos viviendo una época de culto a la marginalidad. Por ejemplo, me estoy leyendo ahora Animal tropical de Pedro Juan Gutiérrez, “el autor más leído por las personas que no se leen ni el periódico”, como lo designara un crítico. En dicha obra, publicada primero en el extranjero, se puede dar fe de mis palabras. Puede ser que el trap tenga cosas buenas.

A mí también me parece que la crítica no está haciendo bien su papel. Porque si ellos critican y la gente hace caso omiso a sus opiniones especializadas, entonces para qué critican. Por eso nosotros no podemos pretender que en este diálogo vayamos a resolver o a encontrar la solución del problema. Lo que sí nunca me gustaría ver es que los medios de comunicación oficiales lo divulguen. Creo que eso no va a ocurrir en este país al menos.

Alejandro Gavilanes

No pienso que la censura deba ser total, ni que deba marginalizarse el género. Yo creo que lo que tenemos que hacer (o lo que tienen que hacer las personas encargadas de eso) es buscar las causas de la popularidad del trap ¿Por qué es que ha enraizado tanto? Eso está en problemas propios de las generaciones postmodernas, no lo podemos negar.

Me da mucha lástima con mi generación. Cuando nosotros crezcamos, que tengamos hijos, vamos a recordar nuestra juventud relacionada con frases como: estoy loco por tu culo, quiero morderte una teta, conmigo tú te venías o tú, yo, los dos shingando(sic)… ¿¡En serio!? ¿Son recuerdos bonitos? ¿Son recuerdos agradables?

Dayana Darias Valdés

Lo que no creo es que sea correcto el estar expuestos constantemente a esta música en lugares públicos, pasar por una biblioteca donde se esté escuchando trap y que mi hijo tenga que estar escuchándolo.

Miguel Angel Castiñeira García

Cuando en otros países del mundo se implementan políticas que impiden la contaminación sonora, donde se penalizan cualquier tipo de manifestaciones por el estilo. No entiendo por qué yo me tengo que tropezar en la calle con veinte bocinas que no me permiten pensar, reflexionar sobre mis problemas.

Alejandro Gavilanes

Cuando me refería a la censura total me refería a la censura en todos los aspectos. En las instituciones estatales sí. No en una biblioteca, no en una discoteca. En Sancti Spíritus, por ejemplo, hay una taberna donde ponen trap que queda frente al parque infantil.

Dayana Darias Valdés

Aquí mismo en la Universidad, en un laboratorio de computación, el técnico tenía puesto trap con los estudiantes dentro.

Alejandro Gavilanes

Sí, pero… ¿Qué yo voy a hacer contra el caso individual?

MsC. Andrés Lora Bombino, profesor de Procesos Culturales Cubanos en el Departamento de Periodismo de la Facultad de Humanidades de la UCLV.

Eso es un producto de la globalización. Es preocupante, el que nos haya penetrado con esa fuerza ya en un ámbito universitario.

MsC. Lidia Cano Obregón, profesora del Departamento de Filosofía de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCLV.

Si eso es música, yo soy cosmonauta. No es música porque aunque se publicite como tal no tiene por qué ser un nuevo género. Es un nuevo género cuando tiene un impacto social de tal magnitud y hay una identificación del público con la música, que es quien hace que eso realmente pueda trascender o no. Lo otro, es que es absolutamente ofensivo a la mujer, a las relaciones humanas y es hacer público una determinada conducta bastante cuestionable en el ámbito que yo tengo que disfrutar de manera privada para que lo hagan público. A mí como mujer, persona, madre y educadora, me ofende increíblemente que esas cosas se publiciten y que se hagan parte de un producto llamado “cultural”, cuando realmente es un producto aberrado y de bajísimo nivel y poca creatividad.

MsC. Dalia Reyes Perera, periodista de la emisora CMHW y profesora del Departamento de Periodismo de la Facultad de Humanidades de la UCLV.

En primer lugar de una pseudo-cultura, no estamos hablando de cultura. Estamos hablando de una representación de la crisis de valores que hoy sufrimos no solo en nuestro país sino en el mundo. Al popularizar esas letras y que las nuevas generacviones las sigan es incluso no pensar ni en el menor sentido común de que hay personas que no tienen por qué escuchrlo. Es banalizar la cultura, los sentimientos y está muy vinculado con lo comercial. Hay algunos músicos, compositores, si se les puede llamar así, que están apostando por vender rápido y vender bienes por adquirir muchísimo dinero a costa de lo que sea. Yo creo que la cultura nacional en Cuba tiene tantos valores que defender que no vale la pena que esta música sea ni siquiera analizada, porque estamos yendo contra los sentimientos de las personas, incluso contra algo tan especial como lo es el sexo.

Dra.C. Mercedes Garcés, filóloga y profesora del Departamento de Letras de la Facultad de Humanidades de la UCLV.

¿Es decir, este tipo de música se escucha? Aunque no se oye por la radio ?

Voy a dar mi opinión muy personal. Yo siempre he sido para este tipo de música muy radical. Yo respeto mucho los músicos que defienden este tipo de música. En algún momento oí que las cosas había que llamarlas por su nombre, aunque no así de esa manera cruda. Por ejemplo si el sexo se realiza en la cama, ¿por qué no hablar de la cama en una canción?

Yo soy tan apegada a otro tipo de música. Donde hay música y letra que endulza el oído, y que habla de historias, a veces no tanto de amor y no aparecen vulgaridades.

No hay que llegar a la vulgaridad para expresar algún sentimiento.

En cuanto a la letra te digo que es fatal, es lamentable que ese tipo de letras y música se esté haciendo y que llegue a tantos jóvenes. Porque los jóvenes son seguidores de determinadas tendencias y es una lástima que sea ese tipo de música la que se difunda y los jóvenes aprehendan.

No oigo esa música. Francamente si eso me lo ponen en el radio, cambio la estación si te soy enteramente sincera.

Y si mi nieto lo oye trataría de inculcarle determinados valores. Decirle que tenga cuidado. Es algo que no puedes evitar porque está ahí, está en la mano del joven. Y la tararea y se aprende, porque lamentablemente se pega. Te lo digo porque yo vivo en un barrio donde se pone ese tipo de música y lamentablemente se pega. Pero yo pienso que hay que hacer un trabajo en las escuelas, los padres, los que tienen hermanos más pequeños. Decirle a los jóvenes que esto no es música o que es un tipo de música que no es la única, que es bueno escuchar otra. Dar posibilidades y que comparen y escuchen otras cosas.

Yo soy de otra generación, de la década de oro, y tengo un millón de canciones. Pero que la letra dice.

Adrián Berazaín, cantautor cubano:

Gabriela Roig Rosell

Además de estarnos preocupando por la popularidad o las letras del trap, deberíamos partir de que el arte es producto de la sociedad donde se desarrolla, según dice el Marxismo. A las personas les gusta verse representadas en los productos culturales o pseudo culturales que consumen. Así como la novela de no ficción y el periodismo literario han sentado pautas en la sociedad, el trap ha ganado gran aceptación.

Nos estamos situando en el contexto latinoamericano, repleto de violencia, consumo de drogas, donde existe una marginalidad a niveles insospechados. Eso rebasa los límites de lo correcto y lo incorrecto, porque las personas se sienten identificadas con el producto que consumen. Además, las personas han desarrollado un gusto por el morbo muy grande, a todo el mundo le gusta ver las noticias con asesinatos, con imágenes fuertes. ¿Por qué no oír música que te hable de las drogas y del sexo, si al final eso es lo que están viviendo?

Juan Ariel Toledo Guerra

¿Por qué si así es el contexto latinoamericano donde surge el trap, de los guetos de Colombia y Puerto Rico, entonces si la realidad cubana es totalmente diferente, en Cuba hay poco contacto con las drogas y una violencia casi mínima comparado con estos países, entonces en Cuba ha impactado con fuerza el trap?

Hay que decir que en este momentos los medios de comunicación cubanos no hablan del trap, ni han analizado ese problema o lo han hecho muy poco. Ahora mismo en la universidad se oye mucho trap, que es preocupante al igual que en la secundaria básica y el preuniversitario. Los futuros intelectuales e ingenieros de este país están oyendo trap. Todos los días en mi aula de la Facultad de Humanidades pasan por el pasillo personas oyendo trap.

Gabriela Roig Rosell

En mi opinión, hay que partir de que la sociedad cubana es como una esponja que absorbe la cultura de otros países. A pesar de lo que digan los críticos, los periodistas, para mí, nuestra identidad musical no está bien consolidada en estos momentos debido a la penetración cultural que sufrimos como país del tercer mundo al fin. No es un proceso exclusivo nuestro. Al ser la música que se usa, uno la asume y la consume.

Juan Ariel Toledo Guerra

¿Entonces podríamos decir que nuestra política cultural está errada y por esas fisuras se introducen estos fenómenos con mayor fuerza? Yo recuerdo que existía en la Televisión Cubana el programa Colorama, y varios espacios de música internacional, muy seguidos por la juventud e impactaban en la adolescencia porque marcaban tendencia en lo que se escuchaba o no. Un día dijeron que ese programa iba en contra de fomentar la cultura nacional y los quitaron. Ahora el paquete es quien da la tendencia de lo que se escucha y se debe escuchar. Los jóvenes no tienen ni opciones culturales ni programas que de un modo u otro los orienten sobre qué escuchar, entonces los jovenes consumen lo que ven.

Gabriela Roig Rosell

El problema es que cuando uno no tiene un ídolo, no tiene una figura de peso en su propia cultura, tiene que recurrir a otras cosas. Aquí, en estos momentos, la generación joven no se identifica con nadie, como sí lo hicieron las generaciones de los años 60 en adelante con Silvio, Pablo, Moncada. Tal vez se pueda decir que Buena Fe, aunque dicha agrupación alcance, mayormente, a los que ya sobrepasan los veinte años. Los muchachos que ahora están en la secundaria y en el pre tienen a los cantantes de trap como referentes y son los ídolos que ellos veneran. Todos sabemos que los músicos pueden llegar a convertirse en líderes de opinión y por eso la gente los quiere imitar. Algunos se compran las gafitas de Bad Bunny, se quieren hacer las trencitas como Farruko, etc.

Leonardo Javier León Simón

Creo que este es un tema super sensible, sobre todo en nuestro país. En Cuba tenemos una política cultural que ha sido ineficiente a mi entender. Por ejemplo se permitió que Yomil y el Dany utilizaran el Himno de la Campaña de Alfabetización para uno de sus temas. En vez de evitarnos problemas, lo que nos está haciendo es daño al no encontrar los espacios para que podamos ser autóctonos y haya que recurrir a estos cantantes.

Alejandro Gavilanes

Yo creo que Cuba no es un país aislado al estar afectado por la globalización y por la penetración del imperialismo cultural. Lo que se debe hacer, lo cual no es nuevo dado que ha sido planteado por muchos intelectuales, es crear una política contra cultural — efectiva — a esa otra cultura que viene de afuera.

Es verdad, nuestra política cultural es mala. Pero ahora está dando buenos pasos con todos estos realitys: La colmena TV, Bailando en Cuba y Sonando en Cuba. En la propia Colmena TV, cuántos valores no se manifestaron. Se nota el avance pese a las fisuras existentes.

Juan Ariel Toledo Guerra

Santa Clara es una ciudad que por décadas ha sido conocida por el movimiento de la trova, el centro cultural El Mejunje, pero me dijeron preparando este podcast que allí están poniendo trap.

Gabriela Roig Rosell

Yo ayer pasé por el Mejunje y estaba puesto El palón divino.

Alejandro Gavilanes

Y sí eso ocurre en el Mejunje, qué podemos esperar de los demás centros recreativos.

Juan Ariel Toledo Guerra

Ahora mismo, mientras nosotros estamos conversando, el proyecto La Caña Santa está funcionando en esta universidad. Los espacios sí existen, lo que pasa es que por lo visto no se le está dando la promoción correcta y los jóvenes están optando por otras opciones.

Dayana Darias Valdés

Sí, pero también estamos hablando de espacios que se han creado en Santa Clara que es una ciudad diferente a la mayoría de las ciudades de Cuba, donde tenemos una cultura diferente tal vez porque crecimos con esta tradición trovadoresca que acontece cada jueves en el Mejunje. ¿Pero dónde están los espacios nacionales que potencien este tipo de música?

Alejandro Gavilanes

Que llegue más allá de La Habana, a las “áreas verdes”, como ellos las llaman.

Giovany Peñate

El trap es uno de los grandes productos de la industria cultural, donde a alguien se le ocurrió inventar estas letras obscenas y vio que eran fáciles de construir, pegajosas, por lo cual dicha industria se apoderó de este producto al ver que daba resultado. Por una cuestión meramente comercial, el trap tiene hoy la popularidad que tiene.

En el caso cubano, lo que nos pasa es que no tenemos una industria cultural nacional que sea fuerte y efectiva. Estamos hablando de música, pero si nos vamos a otras esferas podríamos notar que nuestra generación vivió sin un héroe televisivo. La generación de mi mamá vivió con el Tabo, a quien conocí debido al fenómeno de las retransmisiones. Nuestra industria cultural se encuentra muy deteriorada pese a los avances que se han dado con estos realitys, con la serie LCB: Lucha Contra Bandidos.

Hay que tener una contraofensiva con esos procesos culturales que no son más que productos de la globalización.

Leonardo Javier León Simón

No sé le puede entrar, y disculpen la coloquialidad, a la generación de hoy como mismo se le entró a la generación de nuestros padres. Nuestro talón de Aquiles ha sido precisamente el no saber enamorar a los cubanos más jóvenes.

Opiniones en las redes sociales:

Los cantantes René Pérez (Residente) y Snog Dood opinan

Alejandro Conde Ravassa

Yo escuchaba la opinión de Lidia Cano, profesora que imparte la asignatura de Filosofía y Sociedad en la carrera de Periodismo, y coincido con ella: está bien, todo el mundo es libre de hacer lo que estime conveniente y si la disquera le sigue pagando por hacer esos discos es problema de la disquera y de la gente que lo sigue consumiendo. Pero también nosotros tenemos que ser la contraparte de todo esto y hacer todo lo necesario para que los jóvenes no se decanten por este tipo de música y escuchen otra música que diga algo y tenga un mensaje.

Leonardo Javier León Simón

Quiero resaltar el daño que le ha hecho, no tanto la música, sino la popularidad de la música a la comunidad internacional. El reggaetón — no voy a decir que sea la música más simple del mundo aunque no esté muy lejos de serlo — es super básico musicalmente hablando, por lo que ha acostumbrado a los más jóvenes a ser superficiales a la hora de escuchar música. Por eso es que yo digo que el reggaetón, tanto como el trap, pudre. Como es una música básica, que las letras a lo sumo tienen una sola interpretación, no dicen nada. Resultado: al pasar el tiempo ya no tienen oído musical para consumir cualquier otro tipo de género.

Hay que ver cómo se desenvuelve estas generaciones más jóvenes, pero no creo que vayan a terminar bien porque algunos ya tienen catorce, quince, y han pasado todo este tiempo sin escuchar nada inteligente, sin saber lo que es erizarse con una letra bien elaborada.

Alejandro Conde Ravassa

El sistema de educación cubano ha hecho mucho hincapié en el papel de la familia en la educación de las personas. Cerca de mi casa hay un círculo infantil, frente al cual vi a una madre con el hijo en una mano y con una bocina con Bad Bunny en la otra, hecho que me pareció aberrante. Es un fenómeno cultural porque se da en todos los aspectos de la vida: en la manera de vestir, en los productos audiovisuales que consumen, ven una película muy mala y dicen que está muy buena, les gusta ese tipo de música y se visten de una manera que no tiene ni ton ni son.

Juan Ariel Toledo Guerra

El debate se ha extendido mucho por su riqueza a pesar de solo tocar algunas aristas. Podríamos hacer una segunda parte. Podemos llegar a la conclusión de que no es solo el trap el único género musical que tiene letras obscenas, sin embargo el trap las puso de moda, que al final son un reflejo de las sociedades en la cuales se desarrolla. Es sumamente gráfico, hay canciones de trap que son como ver una película pornográfica.

Lejos de cerrar con mis palabras el debate, creo que este será mucho más rico en la medida de que los usuarios que nos escuchen o lean dejen sus comentarios y opiniones y debatamos juntos sobre el tema. Es importane proponer y buscar acciones que puedan contribuir a luchar culturalmente y no desde la censura contra este fenómeno negativo de las letras obscenas y su popularización.

Entonces estarán de acuerdo conmigo primeramente que hace falta una transformación cultural y acciones culturales más agresivas para combatir este fenómeno, y segundo, que tienen que haber medidas más fuertes en cuanto al respeto a las personas y contra la contaminación sonora.

MsC. Andrés Lora Bombino, profesor de Procesos Culturales Cubanos en el Departamento de Periodismo de la Facultad de Humanidades de la UCLV.

Yo creo que tenemos que hacer más todos, ustedes desde la carrera de Periodismo, nosotros como profesores, desde el campo de las ciencias sociales, la propia institución. Es decir, hay que cerrarle el paso a la mala cultura porque realmente atenta contra la lengua, la diversidad de género, plantea concepciones machistas. La concepción de la mujer es deningrante. Por ejemplo, pienso en ese texto que es denigrante para cualquier mujer: “esa blanca lo que quieres es……”. Tú mismo me dijiste “te traigo los ejemplos aquí pero por pena no se los muestro”.

Creo que hay que ir al fondo, que no implica el negar en la canción el doble sentido. Ahí estuvieron Nico Saquito, el Guayabero, Matamoros en algún momento, la trova nuestra lo ha hecho. La picaresca es parte de nuestra realidad, pero hay expresiones que hay que cuidar.

Hay que poner un freno de una contrapartida cultural, no puede ser de “no lo puedes oír y te voy a meter una multa”. Así no resuelve el problema. Creo que se resuelve con trabajo, trabajo y trabajo y ser capaces de divulgar la buena música y la buena cultura.

Me parece muy interesante que hagan esto y que tienen ustedes una responsabilidad muy grande como futuros periodistas de este país. Se lo agradezco enormemente.

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La visión de estudiantes de Periodismo sobre @UCLVCU, Villa Clara, #Cuba y el mundo.