Cinco pétalos

Microrrelatando la vida

Durante la noche me desperté con el sonido incesante de un sollozo mantenido en la distancia. A la mañana siguiente bajé las escaleras y salí del edificio. Al cruzar la puerta, cinco pétalos a modo de disculpa rechazada yacían en la acera de ese frío 5 de enero, junto a ellos dos lágrimas heladas.

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