El pistacho pelado

Microrrelatando la vida

Andrej Hillebrand
Juntando letras
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2 min readOct 23, 2018

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Eustaquio cada semana va de mal humor a la tienda de frutos secos. Maldice el momento en el que prometió a sus trabajadores disponer de pistachos cada semana. ¿A quién se le ocurre prometer el fruto seco más caro de todos? Hoy sin embargo camina hacia la oficina a paso ligero, como si tratase de bailar de manera disimulada. Anda sonriente con su bolsa de pistachos con cáscara. Frente a comprarlos pelados se ahorra 0,02 céntimos por pistacho al pedirlos con todo. Esos pequeños triunfos le llenan el bolsillo, pero mucho más el alma. A veces en la intimidad se pregunta, cómo puede costar menos algo que trae más y se divierte sintiéndose más listo que el resto. Al recoger la bolsa, de un vistazo contó siete pistachos ya pelados cuando en principio el envoltorio promete que esa tarea la tendrá que realizar cada uno con sus manitas. Para él cada pistacho despojado de su cáscara es como descubrir la cura del cáncer.

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Andrej Hillebrand
Juntando letras

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