Arquitectura: Devolver los espacios perdidos

Juventud Técnica
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8 min readJul 9, 2022

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Foto tomada del libro “Los espacios públicos, una nueva mirada. Centro histórico de La Habana”, Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 2020

La movilidad eficiente y limpia basada en el uso del transporte público, de la bicicleta y de una infraestructura para el peatón, desarrolla un estilo de vida sano y permite garantizar seguridad y el fácil acceso a todas las personas

Por Magda Iris Chirolde

¿Nos movemos más rápido? Sí, debido al desarrollo de la industria del transporte, el uso generalizado de los vehículos y otros factores. Pero la ciudad se ha ido ampliando y los territorios han sido más dispersos; se han creado urbes con la presencia de autos, donde se intenta mover a muchas personas con eficiencia, ocupando el menor espacio posible

Los caminos de tierra y adoquines fueron transformados en carreteras de asfalto, mientras que los espacios naturales eran usurpados a los habitantes de los bosques para construir autopistas y autovías. Por otro lado, la necesidad de aparcamiento llegó a convertirse en un problema y las aceras cada vez se hicieron más estrechas para diseñar zonas más grandes de estacionamientos.

Entre tanto, el desarrollo urbano de las ciudades se ajustaba a la facilidad de los desplazamientos en vehículos de tracción mecánica, hasta que comenzaron a surgir algunas paradojas preocupantes. ¿Por qué cuantas más carreteras se hacían más se tardaba en llegar a un lugar? La respuesta estaba en que la movilidad no era sostenible.

Desde entonces, las grandes urbes se convirtieron en lugares ruidosos, irrespirables y sin espacios para el esparcimiento público. Los habitantes habían pasado a un segundo o tercer plano.

La expresión movilidad sostenible vino a tratar de contrarrestar esa situación, entendida desde el punto de vista económico y social como una necesidad indispensable para el traslado de las personas: una condición clave en la vida cotidiana para el desarrollo de actividades como el trabajo, la educación, la cultura y el ocio, por citar algunos ejemplos.

Se reserva un espacio público para los peatones y para el movimiento de ciclos, así como zonas de descanso, donde está excluido el automóvil. Barcelona / Foto: E. Casanovas, 2018.

“Cuando esta movilidad no se produce de forma planificada y ordenada, genera problemas en las ciudades, como son la contaminación ambiental asociada al fenómeno de la congestión del transporte, las molestias e incomodidades en las personas por la mala comunicación entre diferentes zonas, y deterioro de los parámetros de la seguridad vial.

“A pesar de lo cotidiano de estos fenómenos, el ser humano no es consciente de la repercusión que ellos tienen en su calidad de vida”, según refiere el estudio Metodología para el análisis de la movilidad y la accesibilidad en centros universitarios, realizado por un grupo de profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana (Cujae).

La nueva expresión intenta entonces devolver a la ciudadanía sus espacios perdidos, volver a situar a la vecindad en los centros de las metrópolis. Construir pensando en los habitantes, su salud y bienestar, así como posibilitar el uso de alternativas de transportes sanos, divertidos y no contaminantes.

Cambio de hábitos

La movilidad sostenible supone un cambio en los hábitos individuales; sin embargo, esas variaciones deben estar acompañadas de transformaciones urbanísticas realizadas a través de las políticas públicas.

Pirámide actual de uso de las calles en las ciudades, con predominio del vehículo privado (Fuente: Skye Duncan/Global Street Design Guide)

Desde luego, podría invertirse en una infraestructura que favorezca las formas no motorizadas y el transporte público. Según el artículo “Movilidad sostenible: alternativa viable para las ciudades cubanas”, publicado en la revista cubana Temas, número 83, Cuba tendría la oportunidad de lograr una gran mejoría en el acceso, a un costo económico relativamente pequeño, con importantes beneficios también para la salud pública, la interacción social y el entorno.

Las tendencias mundiales resaltan la necesidad de consolidar una red de vías ciclísticas para circular con seguridad, restringir la velocidad o, incluso, la circulación de vehículos a motor en determinadas calles. Además, peatonalizarlas, siendo una forma de recuperar espacios para los habitantes.

Por otro lado, también procuran reducir la contaminación y su repercusión planetaria por el uso poco racional de los medios de transportes, una de las peores consecuencias de la movilidad insostenible.

En tal sentido, algunas de las medidas para erradicar ese problema son la implementación de carros públicos electrificados, otras limitaciones en el uso de vehículos particulares, alternativas de medios de transportación, intervenciones urbanas en términos de infraestructura y conectividad, así como reducción, planeación y gestión integral de los traslados.

La movilidad urbana sostenible promueve el equilibrio de tres factores: sociales, económicos y medioambientales, los cuales deben ser tomados en cuenta para generar una solución a los problemas.

Proyecto KNOW Habana

Para Cuba, y La Habana en particular, alcanzar nuevos paradigmas de movilidad para cubrir las múltiples necesidades del ser humano en una sociedad diversa y en constante cambio, adquiere un significado especial cuando se trata de que sus pobladores se sientan incluidos en el ámbito cotidiano de lo urbano a nivel local y global.

El proyecto Conocimiento en Acción para la Equidad Urbana (KNOW Habana) propone entender en qué medida la concepción de barrios inclusivos, saludables y productivos, así como la movilidad y accesibilidad urbana pueden convertirse en sendas para una ciudad más próspera.

Pirámide de uso deseado para las calles en las ciudades donde se invierte la prioridad del vehículo privado por la de los peatones y el transporte público (Fuente: Skye Duncan/Global Street Design Guide)

Su principal contribución es determinar cuánto de los instrumentos actuales relacionados con la segunda propuesta son capaces de recoger la visión amplia de lo que significa equidad urbana.

“En realidad no hay una cobertura completa de lo que eso significa. Por el contrario, hay determinados proyectos de la dirección general del transporte que, por primera vez, están mirando de un modo más sistémico la cuestión, por ejemplo, de la mujer. También ha habido un acercamiento al tema de la tercera edad, pero el estudio de la documentación, de los planes, de las políticas que existen para la movilidad en la ciudad todavía no recogen una comprensión abarcadora de lo que significa equidad urbana”, reveló el Doctor en Arquitectura y gestor del proyecto, Jorge Peña Díaz.

Estudios realizados en Alamar, Centro Habana, Plaza de la Revolución y algunos sitios de la bahía demostraron que, a pesar de que la ciudad tiene, por ejemplo, tazas de movilidad peatonal muy alta, la traslación ocurre en condiciones muy desfavorables.

“El 46 por ciento de los viajes en la ciudad se hacen a pie. Cuenta con una muy baja taza de motorización. El país tiene alrededor de 50 vehículos para cada mil habitantes, pero aun así la movilidad que ocurre de modo peatonal encuentra un espacio desventajoso para su desarrollo.

“Nuestras investigaciones proponen como tesis la necesidad de atender al mismo tiempo la idea de la prosperidad y la equidad. En términos de transporte y de la movilidad en sentido general hay un problema relevante: mientras haya un transporte público que no es dignificante, muchas personas pensarán que la solución a su problema es tener un vehículo privado.

“Sin embargo, está demostrado que la movilidad de una metrópoli en su conjunto, basada en ese concepto, tiene muchas dificultades y, por lo tanto, una de las tesis con la que el proyecto avanza es que La Habana tiene la posibilidad de ser una especie de atajo entre una situación desfavorable y germinar hacia un modelo de urbe conocida como la ciudad de los lugares”, explicó el también profesor de la Cujae.

En la literatura publicada sobre estos temas existen estudios, pero relacionados con los tópicos aquí expuestos eso ha quedado un poco subyacente, según refirió.

El plan de ordenamiento territorial, actualizado en el año 2018, es un instrumento del cual se logró una mejor integración y diálogo con las autoridades del transporte, que, al decir del profesor, aún no es capaz de registrar de un modo holístico, significativo, la cuestión de la movilidad.

“Un aspecto que identificamos como una problemática es la falta de integración entre la visión de movilidad para la urbe y la del desarrollo de esta en su conjunto. Eso se manifiesta en que cuando se concibieron en el plan los nuevos centros urbanos (en la zona de Ciudad Libertad y otro en Alamar), no había un engarce completo. Esa falta de unificación entre un ámbito y otro es algo que el proyecto ha estado tratando en cierta medida de remendar con algunas propuestas de modelos”.

La movilidad y la accesibilidad son servicios que generan efectos colaterales positivos, como la flexibilización, y negativos, como la contaminación. “Cuando se generen mejores condiciones para el primer aspecto se estaría creando más participación. Las personas podrían compartir, hacer vida social, se le estaría dando calidad mayor a un espacio colectivo y ello implicaría mejor calidad de vida. Existiría un entorno adecuado a las políticas sociales que todos los días estamos defendiendo”, agregó la profesora y Doctora en Arquitectura Joiselen Cazanave Macías.

En tal sentido, el Doctor Jorge Peña Díaz enfatizó que si no se logran transformar efectivamente los espacios donde ocurre la vida cotidiana, no se podrá avanzar con efectividad en los compromisos que establecen progresos en el ámbito social, y esa dicotomía, esa falta de correspondencia entre los adelantos en la dimensión social y la transformación de los espacios es una de las grandes contradicciones que existe hoy en Cuba.

Miradas desde adentro

El 11 de diciembre de 2019, en el marco del programa Euroclima+ se había firmado un acuerdo de cooperación entre la Agencia Francesa de Desarrollo y la Dirección General del Transporte Provincial de La Habana para desarrollar una iniciativa.

Ello permitiría la formulación del Plan de Movilidad Urbana Sostenible de La Habana y el diseño de un proyecto piloto de mejoramiento de la movilidad sostenible en el eje comercial principal Galiano y en el Parque El Curita, ambos de la zona central de la capital. Esta sería una buena oportunidad para impulsar nuevas formas de movilidad, como por ejemplo la eléctrica o la utilización de biogases.

Tendencias mundiales: Vehículos públicos electrificados y alternativas de medios de trasportación / Foto tomada del sitio Saint Gobain

Dos años después se inició un diagnóstico para dicho plan y paralelamente se implementaría el proyecto piloto para transformar los lugares antes mencionados.

“Esta iniciativa promoverá una movilidad sostenible, accesible y segura, que contribuirá a reducir la contaminación de gases de efecto invernadero, a su vez que generará zonas de circulación para peatones y ciclistas. Asimismo, apoya al Plan de Estado para el Enfrentamiento a el Cambio Climático y a las metas establecidas por Cuba en su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés)”, según el artículo Presentan diagnóstico y desafíos de la movilidad urbana en La Habana, publicado a mediados de octubre de 2021 en el sitio web Euroclimaplus.

Habilitar recursos, implantar medidas y cambiar tendencias es la invitación que se hace de forma general. Nunca es tarde para transformar los hábitos en aras de mejorar el entorno, que mucho decide en el estado de vivir (ánimo, salud…). En tal sentido, la movilidad sostenible permitiría devolver a las ciudades el indiscreto encanto de lugares concurridos por el ir y venir de las personas dominando el primer plano, o sea, recuperar esa capacidad de los ciudadanos de andar las urbes, compartirlas y vivirlas.

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