Japón, un competidor silencioso en la carrera espacial

Claudia Alemañy Castilla
Juventud Técnica
Published in
3 min readJun 20, 2019
Foto: Tomada de Nikkei Asian Review

La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) se ha especializado en el lanzamiento de misiones no tripuladas para analizar cuerpos celestes. A pesar de ello, no es frecuente que el conglomerado científico ocupe titulares sensacionalistas.

Sin embargo, la entidad académica fue reconocida en dos importantes momentos en 2019. Uno de esos instantes fue cuando la nave robótica de la misión Hayabusa 2 consiguió aterrizar en el asteroide Ryugu.

La sonda espacial comenzó su viaje desde el centro investigativo Tanegashima en diciembre de 2014. Desde esa fecha, la tecnología recorrió los 280 millones de kilómetros que separan al cuerpo celeste de la Tierra.
Makoto Yoshikawa, responsable de la misión, señaló a los medios de comunicación que el aterrizaje fue exitoso.

“Después de que todo transcurriera según lo previsto, Hayabusa 2 disparó un proyectil sobre la superficie de Ryugu, con el fin de recolectar partículas para que luego sean examinadas en nuestro planeta”, apuntó el especialista.

El equipamiento japonés extrajo pruebas en otros dos puntos geográficos del asteroide. Los expertos de JAXA esperaban hallar una superficie más bien polvorienta, pero las pruebas demostraron que el cuerpo está cubierto de una gruesa grava.

Por otro lado, los análisis iniciados en Ryugu son de gran importancia dada su propia clasificación. De acuerdo con los científicos, el cuerpo celeste es un asteroide de tipo C, es decir, que poseen un alto contenido carbónico.

John Bridges, experto en ciencias planetarias de la Universidad inglesa de Leicester, aseveró a la prensa, luego del aterrizaje de Hayabusa 2, que hasta el momento los humanos no habían conseguido tal hazaña en un asteroide de esa clase.

Una sorpresa guardada durante 14 años

Luego de casi 15 años, las pruebas extraídas por la nave japonesa todavía traen sorpresas a los científicos. (Foto; tomada de JAXA)

En 2003, poco después de la fundación de JAXA, la agencia espacial lanzó su primera misión no tripulada. La nave Hayabusa 1 aterrizó solo dos años después en el asteroide Itokawa. Durante el estadío de la maquinaria en el cuerpo celeste, se extrajeron muestras de la superficie y, posteriormente, la tecnología inició su viaje de regreso.

Sin embargo, no fue hasta 2019 que se publicaron los primeros análisis realizados en torno a la carga recogida por la nave japonesa. La revista Science Advances divulgó un estudio, firmado por los científicos Ziliang Jin y Maitrayee Bose, donde aseguran que Itokawa contiene grandes cantidades de agua.

Los científicos de la Universidad Estatal de Arizona sostienen que este resultado es una prueba de que la mitad del agua de los océanos terrestres llegó hasta el planeta producto del impacto de objetos celestes similares al asteroide analizado.

De acuerdo con las pesquisas, también fue posible determinar que Itokawa es un asteroide de tipo S. Jin y Bose recuerdan en su artículo académico que esa clase de cuerpo espacial son la principal fuente de meteoritos que llegan con más frecuencia a la Tierra.

Con solo unos meses de diferencia, la agencia espacial japonesa ha aportado importantes datos que pueden ayudar a recopilar información sobre los orígenes del Sistema Solar, y específicamente sobre la evolución del Planeta Azul.

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