¿Qué sabemos acerca de los cosmonautas atrapados en la Estación Espacial Internacional?
La noticia ha estado por todas partes. El pasado 24 de febrero, la agencia rusa Roscosmos anunció públicamente el lanzamiento exitoso de una nave Soyuz con rumbo hacia la Estación Espacial Internacional. El cohete, MS-23, inició su trayecto en el cosmódromo de Baikonur (Kazajastán) y sin tripulación.
El motivo de su viaje no fue otro que una misión de rescate. La nueva Soyuz recorrió en poco más de dos días la distancia entre la Tierra y el módulo Poisk. Una vez ahí, se acopló de manera automática durante la madrugada del 26 de febrero.
La misión de la MS-23 consistía en sustituir a su homóloga MS-22. La primera nave, que llegara al espacio en septiembre de 2022, presentó una severa avería. A partir de esa rotura, la vida de tres cosmonautas corrió grave peligro.
Conoce a los tripulantes de la Soyuz MS-22 y por qué quedaron atrapados
El 14 de diciembre de 2022, los cosmonautas Serguéi Prokopyev y Dmitri Peteli debían realizar una caminata rutinaria por la Estación Espacial Internacional. Estaban casi listos cuando notaron un chorro blanco que salía de la Soyuz MS-22, acoplada a la nave desde septiembre de 2022.
Ese mismo vehículo había trasladados a los dos viajeros y al astronauta estadounidense Frank Rubio hasta ese punto en la órbita terrestre. También serviría como módulo de retorno para los tres en el venidero mes de marzo.
El chorro saliente resultó ser “líquido del sistema de refrigeración”. Ese componente es esencial para mantener la temperatura de la cápsula en el momento de reingreso a la atmósfera de la Tierra.
Desde Roscosmos, los controladores aeronáuticos mantuvieron la temperatura estable “ventilando la nave gracias a una escotilla abierta hacia la Estación”. Sin embargo, esta opción dejó fuera de toda posibilidad el volver a usar la cápsula. En resumen, tres de las siete personas que habitaban la instalación espacial no tenían nave para regresar a casa.
Al mismo tiempo, las autoridades rusas certificaron que ninguno de los tripulantes corría peligro debido al citado fallo. No obstante, era imperativo buscar una solución y buscar un plan de evacuación eficiente, para casos de emergencia.
La misión se alarga y el trabajo continúa
Luego de 74 días de incertidumbre, los cosmonautas y el astronauta han encontrado una vía de retorno. Con la llegada de la Soyuz MS-23 y sus buenos resultados, Roscosmos decidió extender un poco más la estancia de Prokopyev, Petelin y Rubio.
“Así, salvo emergencia, los tres astronautas no volverán a casa hasta después del verano (seis meses más tarde de lo planeado originalmente), lo que hará que posiblemente batan el récord de estancia en la Estación Espacial Internacional”, acotaron fuentes oficiales.
Asimismo, los viajeros deberán emplear su tiempo fuera de la Tierra en investigar la causa plausible de los fallos en el vehículo espacial. Por si fuera poco, en febrero, los controladores detectaron otro “agujero en la nave de carga (no apta para tripulación) Progress 81 provocado por un micrometeorito que solo causó daño externo”.
Yuri Borisov, jefe de Roscosmos, afirmó que “fue una perforación en la zona del módulo de servicio que apenas medía un milímetro de diámetro”. Igualmente, los tres cosmonautas estudiarán todas las posibles causas de las averías.
Por otro lado, la MS-22 ya ha sido destruida. La nave se desintegró al reingresar a la atmósfera terrestre al desengancharse de la Estación Espacial para dar paso a su homóloga MS-23.
