Roncali: un vigía a las puertas del Golfo (Fotos + Video)
Veinticinco metros de altura es el costo para encontrar una especie de cima en el Cabo de San Antonio. Roncali, en pleno funcionamiento desde 1850, es uno de los 17 faros que en Cuba mantienen vigilia permanente.
La obra fue construida con mano de obra esclava bajo la dirección de un grupo de ingenieros del Cuerpo de Bomberos Españoles encabezados por Don José Pérez Malo. En sus primeros tiempos, la luz se originaba de la combustión de aceite de oliva.
Su potencial lumínico se basa en la existencia de un fanal con un juego de prismas y lentes de origen francés, accionados por un mecanismo de relojería, que amplía su destello y lo hace visible a grandes distancias.
Cada cuatro horas y media, un encargado debe generar manualmente cerca de 200 vueltas a la palanca, lo justo para lograr el movimiento cíclico que echa a andar la luminaria. La luz puede apreciarse a 30 kilómetros de distancia, con una frecuencia de dos destellos cada diez segundos.
El faro marca el punto más occidental del país y guía a miles de embarcaciones de numerosas partes del mundo que recorren las aguas caribeñas y del Golfo de México. Es centinela, prácticamente en las puertas de la península de Yucatán.
