TOI-1853b: un exoplaneta neptuniano que no debería estar
Astrónomos dedicados a la búsqueda de exoplanetas han descubierto un astro similar a Neptuno en tamaño, con múltiples peculiaridades. De acuerdo con los expertos, la mera existencia de este cuerpo celeste “desafía las teorías convencionales acerca de cómo se forman y evolucionan los planetas”.
El objeto espacial ha recibido el nombre de TOI-1853b y posee características muy distintivas. Por un lado, se encuentra a unos 545 años luz, en la constelación de Bootes. A su vez, ocupa una posición extremadamente cerca respecto a su estrella. De acuerdo con los investigadores, en esa área no debería existir un planeta de su tamaño producto de la intensa radiación estelar.
Asimismo, en un artículo científico publicado en la revista Nature, los cazadores de planetas reflejaron que el cuerpo celeste tiene un radio de 3,46 veces superior al de la Tierra y con una masa multiplicada por 73. Esos valores le convierten en el “exoplaneta neptuniano de mayor densidad hasta la fecha”.
En cuanto a su composición, los expertos indagaron en dos hipótesis. Según Luca Naponiello, autor principal del estudio, TOI-1853b podría ser rocoso en su mayor parte y estar rodeado de una tenue atmósfera compuesta por hidrógeno y helio. A partir de otros criterios también estimaron que podría contar con partes de hielo y roca. Por eso, “dada su elevada temperatura, unos 1200 grados centígrados, el exoplaneta albergaría una atmósfera rica en vapor de agua”.
Sin embargo, el equipo de astrónomos está enfocado en determinar el origen del astro debido a que los modelos teóricos de formación planetaria no contemplan su existencia con esas características. Enric Pallé, investigador del Instituto Astrofísico de Canarias que participa en el análisis, explica que se concentran en dos posibilidades fundamentales.
En primer lugar, la procedencia de TOI-1853b podría estar relacionada con colisiones entre protoplanetas masivos. “Estos podrían haber eliminado gran parte de la atmósfera, dejando expuesto un núcleo sólido”. Los científicos aseguran que esto podría explicar su gran densidad respecto a su moderado tamaño.
De manera alternativa, los especialistas postulan que el exoplaneta hubiera sido un gigante gaseoso, similar a Júpiter o superior, en su etapa inicial. Paulatinamente, el objeto espacial “habría adoptado una órbita muy elíptica a medida que interactuaba gravitatoriamente con otros planetas. Esto le habría llevado a realizar tránsitos muy cercanos a su estrella, perdiendo las capas exteriores de su atmósfera, hasta estabilizar su órbita a la distancia actual”.
