La Paradoja en la “Libertad” del Proyecto GNU y de la FSF.

Kevin Figueroa
Kevin Figueroa
23 min readMay 27, 2020

--

Representación artística sobre el tema a tratar.

Si alguna vez te has adentrado en el mundo del software libre, sabrás que las ideas detrás de este son muy buenas y que pueden traer cosas positivas al mundo de la tecnología con una correcta ejecución. Tampoco es ningún secreto que la principal promotora de este tipo de software, la Free Software Foundation (Abreviado como FSF a partir de aquí) y el Proyecto GNU nunca se han llevado bien con el software propietario (Al cual llaman software “privativo” por no cumplir con las cuatro libertades del software libre, idea que respeto, mas no comparto), ya que según ellos atenta contra la libertad que posee el usuario sobre su entorno.

AVISO: este artículo NO busca representar la verdad absoluta, esta es mi simple opinión, análisis y punto de vista como usuario, consumidor del software libre y de código abierto, e informático; tomando como base fuentes de información oficiales. No se busca ofender a ninguna asociación e ideología. Si consideras que falta algún dato importante a mencionar, puedes sentirte con la libertad de hacérmelo saber para rectificar, siempre que sea con respeto. Aclarado esto, podemos empezar.

Hasta aquí, creo yo que todos estamos de acuerdo. Sin embargo, el problema de su filosofía radica precisamente en ceñirse únicamente a lo que se considera cien por ciento libre y excluyendo a todo aquello que no lo sea en su totalidad.

Un programa es software libre si otorga a los usuarios todas estas libertades de manera adecuada. De lo contrario no es libre. Existen diversos esquemas de distribución que no son libres, y si bien podemos distinguirlos en base a cuánto les falta para llegar a ser libres, nosotros los consideramos contrarios a la ética a todos por igual.

— Proyecto GNU en: https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

Me explico. El Proyecto GNU (El cual tiene el patrocinio de la FSF y comparten el mismo líder, Richard Stallman) tiene una limitada cantidad de distribuciones que ellos avalan como “libres”, ya que según su filosofía todo aquel software que contenga o permita el acceso a componentes no libres, deja de serlo en su totalidad. Esto incluye a la gran mayoría de distribuciones Linux que conocemos. ¿Debian? No lo consideran software libre por permitir la instalación de software no libre y mantiene en sus servidores repositorios con software propietario completamente opcionales y que no forman parte de Debian, además de otros motivos relacionados. ¿Ubuntu? Además de lo anterior, “incentiva explícitamente” el uso de cualquier tipo de software, incluyendo el propietario y que supuestamente en su tienda de software todo el software gratuito y libre están etiquetados como “gratuitos”, cosa que no es cierta actualmente, ya que dejan claro cuando un software es libre o gratuito, pero propietario, como se puede apreciar en las dos imágenes de abajo.

Gestor de Software de Ubuntu. En la izquierda tenemos a GIMP, cuya etiqueta es “libre”; y a la derecha, tenemos a Opera, con la etiqueta “privativa”.

Esto es debido a que el artículo donde explican por qué excluyen varias distribuciones populares, está desactualizado, y dejan claro en la publicación por qué:

No pretendemos ser exhaustivos; una vez que detectamos algunas de las razones por las cuales no podemos avalar una cierta distribución, ya no seguimos investigando para encontrar todas las razones.

Puede suceder que una distribución haya cambiado desde la última vez que actualizamos la información que tenemos sobre ella; de ser así, por favor envíenos una notificación. Sin embargo, analizaremos y avalaremos una distribución solo en el caso de que sean los mismos desarrolladores quienes nos lo soliciten.

— Proyecto GNU en: https://www.gnu.org/distros/common-distros.html

Ni siquiera el kernel Linux es considerado software libre, ya que incluye los llamados “blobs”, que son piezas de código no libres que permiten una mayor compatibilidad con hardware cuyos controladores son propietarios. La versión avalada por ellos es una que carece de todos estos blobs, llamada “linux-libre” que, por consecuencia tiene una compatibilidad mucho menor con determinado hardware.

¿Libertad restrictiva?

Como ejemplo de una distribución avalada por ellos tenemos a Trisquel, una distribución completamente libre avalada por el Proyecto GNU, la cual, como dije antes, carece de cualquier componente que no sea software libre y bloquea la instalación de cualquier tipo de software que no sea libre, ya que tiene sus propios repositorios donde sólo hay software libre. Así que si tratas, por ejemplo, de instalar Steam en Trisquel, suerte con eso. Suponiendo que tienes el paquete .deb, durante la instalación arrojará error por las dependencias que no se pudieron descargar por estar ausentes en los repositorios oficiales. Todo esto a costa de limitar la compatibilidad y funcionalidad del sistema operativo, ya que nos impide utilizar determinadas herramientas basándose en la naturaleza de su código. Me pregunto ¿Esto no es atentar contra la libertad del usuario?

Logotipo de Trisquel.

Para poder explicar de mejor manera mi punto, me auxiliaré de las definiciones 1 y 7 de la palabra “libertad” del DLE:

1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

7. f. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.

— Diccionario de la Lengua Española en: https://dle.rae.es/libertad?m=form

También me gustaría citar las cuatro libertades del software libre dadas por la FSF y el Proyecto GNU:

La libertad de ejecutar el programa como se desee, con cualquier propósito (libertad 0).

La libertad de estudiar cómo funciona el programa, y cambiarlo para que haga lo que usted quiera (libertad 1). El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello.

La libertad de redistribuir copias para ayudar a otros (libertad 2).

La libertad de distribuir copias de sus versiones modificadas a terceros (libertad 3). Esto le permite ofrecer a toda la comunidad la oportunidad de beneficiarse de las modificaciones. El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello.

Proyecto GNU: https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

Como podemos ver, la libertad radica en la capacidad del usuario de decidir qué es lo mejor para él, afrontando las consecuencias que conllevan, sin ningún tipo de limitación preestablecida que le imponga qué hacer y qué no hacer. Las cuatro libertades del software libre dejan muy en claro esto que acabo de mencionar. Hago pleno énfasis en la definición en español porque muchas veces emplean el término libre software (tomando prestada la palabra en español y/o francés) para evitar confusiones sobre el término inglés free software, que se puede interpretar como “software libre” o “software gratuito, siendo muy ambiguo.

Como usuario, tengo la libertad de elegir qué tipo de software utilizar, basándome en criterios propios, como la funcionalidad, compatibilidad, presentación, licencias, etc. El problema viene a ser que esta “libertad” que ellos ofrecen no es universal, ya que en sus distribuciones avaladas no te permiten utilizar todo el software que quieras (Ya que se excluye por completo todo aquel que no sea libre a totalidad).

Por un lado comprendo que sean estrictos en ese aspecto, ya que no pueden avalar algo como “libre” cuando este incluye software propietario, el cual es su “enemigo”, pero muy aparte es colocar como requisito que prohíban la instalación de software no libre, para avalarla como “libre”. Incluirlo, y permitir su instalación no es lo mismo.

El Software Propietario Como su Mayor Enemigo

El rechazo por el software que no es libre es tal, que incluso se refieren a él como malware, cosa que no necesariamente aplica a cualquier software de código cerrado, ya que bien podría existir un software malintencionado licenciado bajo la GPL (Licencia Pública General de GNU), y recordemos que las libertades 0 y 1 lo permiten en teoría. No estoy asegurando que exista tal cosa, pero si lo hubiese no me sorprendería, pues el software libre lo es para bien o para mal.

Citaré una de las declaraciones oficiales del proyecto GNU acerca de este tema, en su página oficial:

El software privativo a menudo es malware.

Software privativo, también llamado «software que no es libre», se refiere al software que no respeta la libertad de los usuarios ni a su comunidad. Un programa privativo coloca a su desarrollador o propietario en una posición de poder sobre sus usuarios. Tal poder es en sí mismo una injusticia.

El objetivo de esta página es mostrar que la injusticia primordial del software privativo a menudo conduce a otra injusticia: las funcionalidades maliciosas.

El poder corrompe. El desarrollador del programa privativo se ve tentado a diseñar el programa de un modo que maltrata a los usuarios (el software que maltrata a los usuarios se llama malware). Por supuesto, el desarrollador no suele hacer esto por maldad, sino más bien para obtener más beneficio a costa de los usuarios. Eso no lo hace menos ruin o más legítimo.

Ceder a esta tentación se ha vuelto cada vez más frecuente, y es hoy en día una práctica habitual. El software privativo moderno es una manera habitual de ser engañado.

— Proyecto GNU en: https://www.gnu.org/proprietary/proprietary.html

Parte de lo que se menciona aquí tiene su veracidad, ya que es innegable que muchas empresas recopilan información sobre los usuarios de manera que estos no suelen enterarse. Sin embargo, también veo algunos problemas en esta declaración, los cuales procederé a explicar.

Un grave error en esta declaración es que mencionan que el malware es aquel software que maltrata a los usuarios, cosa que no es así. El término malware deriva de la frase en inglés malicious software, traducida al español como “software malicioso”. El cual está diseñado para dañar la correcta funcionalidad de un sistema aprovechando sus vulnerabilidades, cual patógeno biológico. Para corroborar esto, citaré la definición de malware de MalwareBytes:

¿Qué es el malware?

Malware o “software malicioso” es un término amplio que describe cualquier programa o código malicioso que es dañino para los sistemas.

El malware hostil, intrusivo e intencionadamente desagradable intenta invadir, dañar o deshabilitar ordenadores, sistemas informáticos, redes, tabletas y dispositivos móviles, a menudo asumiendo el control parcial de las operaciones de un dispositivo. Al igual que la gripe, interfiere en el funcionamiento normal.

La intención del malware es sacarle dinero al usuario ilícitamente. Aunque el malware no puede dañar el hardware de los sistemas o el equipo de red — con una excepción que se conozca (vea la sección Android de Google) — , sí puede robar, cifrar o borrar sus datos, alterar o secuestrar funciones básicas del ordenador y espiar su actividad en el ordenador sin su conocimiento o permiso.

— MalwareBytes en: https://es.malwarebytes.com/malware/

¿Y por qué no?, también las definiciones oficiales de los diccionarios de Oxford y Cambridge, respectivamente:

Software such as a virus specifically designed to damage or gain access to a computer system without the user knowing. […]

Word Origin: a combination of malicious and software.

— Oxford Learners Dictionary en: https://www.oxfordlearnersdictionaries.com/us/definition/english/malware?q=malware

En español traducido como:

Software diseñado específicamente como un virus para dañar u obtener acceso al sistema de una computadora sin el conocimiento del usuario. […]

Origen de la palabra: una combinación de ‘malicioso y software’.

Software that is designed to damage the information on other people’s computers, and prevent the computers from working normally:

- If running a virus scan doesn’t solve the problem, it may be due to a malware program that’s too new to be caught.

- Malware is short for “malicious software” and is a catch-all term for viruses, spyware, worms, browser hijackers, etc.

— Cambridge Dictionary en: https://dictionary.cambridge.org/dictionary/english/malware

Traducido al español como:

Software que está diseñado para dañar la información en los ordenadores de otras personas y previniendo a las computadoras de trabajar normalmente.

- Si ejecutando un escaneo de virus no se soluciona el problema, podría deberse a un malware que es demasiado nuevo para ser capturado.

- Malware es la abreviatura para “software malicioso” y es un término general para los virus, spyware, gusanos, hijackers de navegadores, etc.

El Proyecto GNU (y por lo tanto, también la FSF) se refiere al software propietario como potencialmente malicioso, lo cual no es cierto. La licencia de un software no determina lo malicioso que puede llegar a ser. Esto se ve determinado por su comportamiento, funcionalidad y propósito. Es comprensible hasta cierto punto que usen esta connotación, ya que al ser de código cerrado, no podemos saber en su totalidad qué hace el código que lo compone. Pero el desconocer esto tampoco es motivo para generalizar todo como “potencialmente malicioso”. Una cosa es que ellos consideren que el software propietario está mal y otra muy diferente es afirmar directamente que son malware a menudo.

El problema posiblemente se dio a que malinterpretaron la palabra, pensando que malware es una abreviatura de maltreat software, que se traduce como “software de maltrato”, aunque no son específicos. Pero aún yendo por ese camino, también acaban generalizando demasiado, a menos que consideren “maltrato” no seguir las cuatro libertades del software libre (que es lo más seguro, a mi parecer); ya que más allá de eso, sólo podríamos considerar programas que llevan a cabo prácticas que no respetan la privacidad e integridad del usuario, como recopilando su información para luego venderla a otras empresas a través de una subsidiaria. Sí, me refiero a Avast Free Antivirus en el pasado. Y esto no se trata de un simple error en esa declaración, pues en su página oficial tienen una sección específica llamada malware, donde “exponen” al software propietario y sus “males” (pero dejando de lado los aciertos).

También mencionan que el “software privativo” -como ellos lo llaman- es aquel que no respeta la libertad de sus usuarios, ni a su comunidad. Esto es cierto hasta determinado punto. Existen empresas de desarrollo de software que no le dan la más mínima importancia a su comunidad y se comportan de manera arrogante por creer que el usuario necesita de ellos y no viceversa, un ejemplo de ello fue PlayStation cuando se negó por completo al juego cruzado entre plataformas, porque según ellos, la base de usuarios que tenían era suficiente como para no ceder a esta funcionalidad; y a día de hoy sigue siendo limitada la cantidad de juegos dentro de PS4 que soportan el juego cruzado. Pero hay otras que sí toman en cuenta lo que su comunidad propone y las aprovechan para mejorar el software. Así que volvemos a lo de antes, generalizar es malo.

Algo curioso es que mencionan que “el poder corrompe”, lo cual pasa en varias ocasiones y no sólo en el ámbito de la informática, sino con cualquier ámbito de la vida. Sin embargo, esta frase tiene un “efecto boomerang”, ya que eso mismo podríamos decir del software libre basándonos en las cuatro libertades. Si yo creo un determinado software publicado bajo la licencia GPL -o cualquier otra licencia libre que permita la modificación y redistribución- y cumpliendo con las normas de la FSF como para ser considerado “libre”, eso implica que alguien más puede venir, tomar ese código y utilizarlo de manera malintencionada. Un claro ejemplo de esto es el navegador Chromium que, si bien no es software libre, sí es de código abierto, con lo que los usuarios pueden crear versiones modificadas de este y usarlo para sus propios fines, desembocando en versiones malintencionadas de este navegador, a tal punto que algunas personas no suficientemente informadas, llegan a pensar que Chromium es algún tipo de navegador malware.

He aquí el por qué menciono en el título que esto es una paradoja. La libertad del software libre funciona de maravilla, pero según el Proyecto GNU estas deben ser entre software libre para que un programa se considere libre. Si realmente eres un partidario del software libre -según ellos- debes encontrar formas alternativas de hacer tu trabajo, pero nunca recurrir a software propietario, porque supuestamente cuando un programa es libre, este tiene una superioridad moral ante el propietario, dejando de lado la calidad del software en cuestión, ya que un programa se vuelve más útil por ser libre y debes anteponer el respeto por tu libertad por sobre la funcionalidad. Si osas emplear software propietario por cualquier motivo, según lo que afirman, dejas de ser un verdadero partidario.

Cuando tú defiendes la libertad, se supone que estás dando por hecho que los usuarios son libres de usar lo que ellos quieran. Deja de haber libertad cuando el usuario está obligado a usar única y exclusivamente software libre en sus distribuciones avaladas, ya que ellos las toman como grandes ejemplares y creen que las demás distribuciones populares deberían seguir ese camino. Vamos, que en ese sentido hasta Windows respeta más (aunque quizás no al 100%) tu libertad de poder instalar el software que tú quieras, incluyendo el libre.

Imaginemos por un momento un escenario ideal para la FSF y el Proyecto GNU. Un mundo en el que Microsoft ha liberado el código de Windows (El sistema operativo de escritorio con la mayor tasa de usuarios a nivel global) y han optado por seguir los lineamientos para ser considerados libres por ellos. El software propietario sigue existiendo, pero Windows no lo incluye por defecto y bloquea su instalación por completo. Varias empresas que estaban en oposición a migrar al software libre tuvieron que pasarse a Mac OS, aumentando drásticamente su tasa de usuarios al tener programas como Sony Vegas Pro y Adobe Photoshop, ya que muchos usuarios expertos que realizaban su trabajo con software propietario, al no encontrar una buena alternativa en Windows, cambiarían a Mac OS; si bien seguiría sin superar a Windows, sí se habría hecho con un mayor trozo del pastel. En este escenario, los usuarios de Windows (que siguen siendo mayoría) se verían obligados a emplear aplicaciones libres, no porque quieran, sino porque la otra opción es migrar de sistema operativo, cosa que no todos quieren hacer y/o no saben hacer, una de las razones por la que las distribuciones de escritorio que emplean el núcleo Linux no abarcan una mayor tasa de usuarios; y recordemos que Windows seguiría siendo el que se incluya pre-instalado en la mayor parte de computadores de escritorio; estos estarían totalmente restringidos de utilizar cualquier software que no sea libre, llevándose de paso a varias aplicaciones de código abierto que no eran libres, como Mozilla Firefox, Telegram y Google Chrome, a menos que decidan volverse totalmente libres. Todo esto, a mi criterio, es una libertad restrictiva. Es como si un sistema operativo propietario prohibiera el software libre solo por ser libre.

Evidentemente, el software libre no necesariamente tiene que ser avalado por la FSF, ya que ellos solo avalan lo que es cien por ciento libre, dejando de lado incluso al que lo es en un 99%.

El único escenario en el que esta “libertad restrictiva” casi no importa es uno en el que el software libre predomine en todas las plataformas y los usuarios defiendan los principios éticos de la FSF. En un mundo así, el software propietario estaría completamente marginado y al borde de la desaparición, ya que sería mal visto por las demás empresas, las cuales habrían migrado en su totalidad al software libre. En ese plano, la colaboración se multiplicaría exponencialmente y las cuatro libertades tendrían su máximo apogeo.

No obstante, pese a todo esto, la filosofía de la FSF tiene muchos aciertos, ya que incentiva la transparencia del software, para que el usuario pueda investigar el código y ver qué es lo que hace realmente el programa. De tal forma que si se infecta por un malware “libre” será por un “error propio”, ya que el código estaba ahí para verlo y modificarlo. Aunque en la práctica sería poco común que una persona se ponga a examinar exhaustivamente el código de cada programa que vaya a ejecutar uno por uno.

Mi duda es ¿Si existe software libre para plataformas donde domina el software de código cerrado, como Windows o Mac OS, por qué no aceptar la existencia de software de código cerrado donde el libre predomina? y aquí es donde me gustaría mencionar la propuesta de Debian.

La filosofía de Debian

Debian es un sistema operativo de código abierto y que está muy comprometido con su transparencia y libertades. Para esta explicación, citaré los incisos 1, 4 y 5 del Contrato Social de Debian:

Contrato social con la comunidad de software libre

1. Debian permanecerá 100% libre

Las directrices de software libre de Debian (DFSG) son el criterio que nosotros utilizamos para determinar si el software es libre o no. Prometemos mantener el sistema así como todos sus componentes completamente libres de acuerdo con este criterio. No obstante, daremos soporte también a aquellos usuarios que desarrollen y ejecuten software no libre en Debian pero nunca haremos que el sistema tenga que utilizar obligatoriamente un componente que no sea libre.

4. Nuestra prioridad son nuestros usuarios y el software libre

Nos guiaremos por las necesidades de nuestros usuarios y de la comunidad del software libre. Sus intereses serán una prioridad para nosotros. Daremos soporte a las necesidades de nuestros usuarios para que puedan trabajar en muchos tipos distintos de entornos de trabajo. No pondremos objeciones al software no libre que vaya a ejecutarse sobre Debian ni cobraremos a las personas que quieran desarrollar o usar ese tipo de software (no libre). Permitiremos a otros crear distribuciones de valor añadido basadas en Debian sin cobrarles nada por ello. Es más, entregaremos un sistema integrado de alta calidad sin restricciones legales que pudieran prevenir este tipo de uso.

5. Trabajos que no siguen nuestros estándares de software libre

Reconocemos que algunos de nuestros usuarios necesitan usar trabajos que no sigan las directrices de software libre de Debian (DFSG). Por ello, hemos creado las secciones contrib y «non-free» en nuestro archivo para estos trabajos. Los paquetes en estas secciones no son parte del sistema Debian, aunque han sido configurados para usarse con Debian. Animamos a los distribuidores de CD a que lean las licencias de los paquetes en estas secciones para poder determinar si pueden distribuir este software en sus CD. Así pues, aunque los trabajos que no sean libres no son parte de Debian, damos soporte para su uso, y proporcionamos infraestructura (como nuestro sistema de informe de errores y listas de distribución) para paquetes no libres.

— Contrato Social de Debian en: https://www.debian.org/social_contract

También citaré la novena directriz del Software Libre de Debian (DFSG):

9. La licencia no debe contaminar a otros programas

La licencia no debe poner restricciones sobre otros programas que se distribuyan junto con el programa licenciado. Por ejemplo, la licencia no puede insistir que todos los demás programas distribuidos sobre el mismo medio deben ser software libre.

—Directrices del Software Libre de Debian en: https://www.debian.org/social_contract

Como podemos ver, el principal objetivo de Debian es el software de código abierto y/o libre, manteniendo de manera pública todo lo que concierne al proyecto, y eso incluye sus errores. Esto es muy positivo porque permite que los usuarios sean conscientes de los errores que hay presentes y tendrán un punto de vista más honesto por parte de los desarrolladores, ya que conocen lo bueno y lo malo. También ayuda a que los contribuidores colaboren para solucionar estos errores. Cabe destacar que esto también está presente en la filosofía de la FSF y el Proyecto GNU.

Por otro lado, lo que quería mencionar era que, mientras que su prioridad es el software con licencias que ofrecen libertades al usuario, ellos también son abiertos hacia el desarrollo de software no libre que se ejecute dentro de su sistema operativo, mencionando que, si bien no estarán obligados a integrar un componente no libre dentro del sistema base, no presentarán ninguna objeción hacia su uso y desarrollo. Esta sí es libertad. Muestran su inclinación por software de código abierto y/o libre, pero respetan la elección del usuario sobre qué tecnologías aplicar en su entorno de trabajo.

Mientras tanto, la novena directriz de la DFSG hace pleno énfasis en que no se debe obligar a que todos los programas distribuidos sobre el mismo medio sean software libre, como con las distribuciones Linux. Sin embargo, la FSF hace todo lo opuesto. Para que ellos lo consideren libre, no debe permitir la mezcla con el software no libre en lo absoluto. Por esto digo que Ubuntu no es software libre (Al menos bajo la filosofía de la FSF, porque bajo la de Debian sí lo es), sino directamente de código abierto.

Esto permite que el usuario se sienta en confianza al tener el control total sobre lo que hace y no hace sobre su entorno de trabajo, permitiéndole sacar el mayor provecho para el uso que le de. La FSF debería tomar en cuenta esto, no porque el software propietario sea el que más predomina el mercado, sino precisamente por la libertad a la que defiende. Lastimosamente, es poco probable que esto suceda, ya que la filosofía de la FSF va más por el sentido ético del bien y el mal, por lo que dudo mucho que pase esto. No obstante, como usuarios tenemos la libertad de escoger qué utilizar y por qué hacerlo, aún sin la aprobación de la FSF y el Proyecto GNU.

Cabe destacar que el software libre y el de código abierto no son estrictamente lo mismo y me gustaría explicarlo más en detalle en un nuevo artículo. Pero en resumen, el software libre también es de código abierto, pero un software de código abierto, no necesariamente es software libre; claros ejemplos de esto son Ubuntu, Debian y Linux Mint, que son de código abierto, mas no son libres (Bajo la ideología de la FSF, claro está).

El conflicto filosófico de la FSF

El software nació libre. En sus inicios, el software no tenía ningún tipo de restricción ni licencia, era compartido y modificado a libertad por todos, cooperando para lograr grandes cosas. Una de las personas que vivió esta época fue Richard Stallman, el fundador del Proyecto GNU y posteriormente, de la FSF.

Pasaron los años y las empresas comenzaron a ver potencial en el software como producto y comenzaron a utilizar licencias que determinaban qué se podía y qué no se podía hacer con estos. Stallman notó este drástico cambio y, años después, crearía el Proyecto GNU y más adelante, la FSF, como un movimiento cuyo objetivo es devolver esa forma al software a como nació: libre. Según la filosofía que poseen, el software libre debe reemplazar al software propietario. Esto explica por qué todas sus distribuciones avaladas impiden la instalación de cualquier software que no sea libre, ya que para ellos, directamente el software propietario no debería existir más.

La FSF y el Proyecto GNU mencionan que los usuarios deberían darle más importancia a las libertades del software que utilizan, que a su funcionalidad, ya que lo que hace verdaderamente útil a un software son sus libertades. Sobre el papel parece una excelente idea, pero en la práctica, no lo es. Tomemos como ejemplo, la edición de video profesional. Un experto en ese campo tiene dos opciones: un editor potente, con los efectos y configuraciones necesarias para llevar a cabo su trabajo de manera eficiente, pero que es propietario; mientras la segunda opción se trata de un editor mediocre, con pocas funciones y carece de las configuraciones necesarias para cumplir su trabajo, pero es libre. ¿Cuál creen que usará? Evidentemente, el primero; y no porque sea propietario, sino que tiene lo que necesita para llevar a cabo su trabajo. ¿De qué le sirve usar el segundo, si a pesar de ser libre y poder modificarlo a su gusto para que haga lo que necesite y redistribuirlo, siendo que no tiene lo que necesita? Porque en la práctica, pocos se van a tomar la molestia de modificar un programa para que haga lo que necesitan, habiendo un programa que sí lo hace de base y más cuando hablamos de usuarios que no son programadores. En esto radica el problema. La mayoría de usuarios no tienen interés en las libertades que le ofrecen, cuando no cumplen con sus necesidades. Es por eso mismo que el núcleo Linux predomina en móviles, gracias a Android, no porque sea de código abierto, sino porque cumple con lo que los usuarios y desarrolladores necesitan.

Por supuesto, eso impide la colaboración y aceptación del software que no sea libre, por lo que es improbable que adopten una filosofía como la de Debian, ya que según ellos, el código abierto ha perdido el punto sobre las cuestiones éticas. Y es que ese es el problema: ven al software propietario como el enemigo al que tienen que derrocar poco a poco. Eso también va en contra del concepto de “libertad”, porque si yo vengo y desarrollo una aplicación, como creador tengo el derecho de establecer la licencia que más considere idónea. La FSF no lo ve así. Ellos creen que debería ser obligatorio que se respeten las libertades del software. Eso es dictadura; y no lo digo yo, lo establece el DLE en su quinta definición:

5. f. Régimen autoritario en cualquier ámbito. ‘Esta casa es una dictadura’.

— Diccionario de la Lengua Española en: https://dle.rae.es/dictadura?m=form

Para ejemplificar esto, es como que una persona cree un cómic y que se le obligue a hacer públicos y/o liberar todos sus bocetos, storyboards, guiones, diseños de personajes, conceptos, y en general, cualquier cosa relacionada a la creación del mismo; para que otras personas puedan usar esos mismos recursos para crear una historia muy similar con dos o tres cambios, pero que en esencia es lo mismo. Claro, que la persona está en su derecho de hacer eso si es su deseo, pero no debe ser una obligación; ni siquiera cuando la protección de derechos de autor se caduca, pues la obra queda liberada como de “dominio público”, pero los elementos de fondo que sirvieron para su creación (como los storyboards) no tienen la obligación de ser liberados del mismo modo, a menos que hayan sido patentados y se hayan expirado de la misma manera.

Conclusión

Tanto la propuesta sobre el software libre de la FSF, como la de Debian son válidas. Cada una tiene sus evidentes diferencias por el tema ético y práctico, respectivamente. Ambas juegan con diferentes estrategias y solo el tiempo nos dirá cuál acabará siendo la más efectiva. En este análisis he hecho pleno énfasis en la definición de libertad y cómo la FSF junto al Proyecto GNU han creado -posiblemente sin querer- una libertad restrictiva como requisito para avalar algo como libre, generando una contradicción hacia sus propios ideales sobre libertad. El código abierto ha tenido un mayor éxito precisamente por enfocarse en las cuestiones prácticas y no éticas, aumentando la eficiencia considerablemente. El Proyecto GNU es plenamente consciente de que casi todo el software libre es realizado por una persona o un grupo muy reducido, donde la colaboración no juega un papel enorme en el desarrollo.

Aunque yo esté en desacuerdo con restringir la instalación de software no libre para que una distribución sea considerada libre, no quiere decir que yo esté en contra de la FSF ni del Proyecto GNU. Muchos creen también que ambas están en contra del software de código abierto, cosa que no es así y que dejan clara en este fragmento:

Los grupos radicales de los años sesenta tenían la reputación de estar divididos en facciones: algunas organizaciones se apartaban debido a desacuerdos sobre detalles de estrategia, y los dos grupos resultantes se consideraban enemigos aunque tuvieran metas y valores básicos similares. El ala derecha de la política se aprovechó de esto y lo utilizó para criticar a la izquierda en general.

Algunos intentan desacreditar el movimiento de software libre poniendo nuestro desacuerdo con el código abierto en el mismo plano que los desacuerdos entre aquellos grupos radicales. Lo entienden al revés. Estamos en desacuerdo con el código abierto en lo que respecta a los objetivos y valores básicos, pero su perspectiva y la nuestra conducen en muchos casos al mismo comportamiento práctico, por ejemplo, programar software libre.

— Richard Stallman — Proyecto GNU en: https://www.gnu.org/philosophy/open-source-misses-the-point.html

A manera de simplificar la perspectiva del Proyecto GNU, he decidido hacer una especie de esquema donde se explica esto:

Esquema representativo simplificado sobre la perspectiva del Proyecto GNU.

Aún sabiendo que es improbable que la FSF ni el Proyecto GNU vayan a reflexionar por este artículo -que posiblemente ni siquiera se enteren que existe-, me pareció interesante hacer énfasis en este conflicto que se ha mantenido vigente por años. En mi opinión personal, yo me inclino más por el software de código abierto, pero no tengo nada en contra de la FSF. Pienso que ambos puntos de vista son válidos y que cada quien es libre de escoger lo que más le guste y le otorgue ventajas en su entorno de trabajo.

Este ha sido el artículo más largo que he publicado hasta la fecha de publicación de este en cuestión. Espero no haber sido redundante en algunos aspectos y que esta información sea de utilidad hacia otras personas.

Aclaración: las ilustraciones en este artículo han sido empleadas única y exclusivamente a manera de complemento, no se busca infringir las normativas de derechos de autor y su uso está permitido bajo la política de Uso Justo (Fair Use).

Fuentes:

¿Qué es el software libre? por GNU:
https://www.gnu.org/distros/common-distros.html

Definiciones del DLE:
Libertad: https://dle.rae.es/libertad?m=form
Dictadura: https://dle.rae.es/dictadura?m=form

Definición del software “privativo” por GNU:
https://www.gnu.org/proprietary/proprietary.html

Definiciones de malware:
MalwareBytes: https://es.malwarebytes.com/malware/
Oxford Learners Dictionaries: https://www.oxfordlearnersdictionaries.com/us/definition/english/malware?q=malware
Cambridge Dictionary: https://dictionary.cambridge.org/dictionary/english/malware

Contrato Social de Debian y el DFSG:
https://www.debian.org/social_contract

Artículo: “Por qué el «código abierto» pierde de vista lo esencial del software libre” por Richard Stallman:
https://www.gnu.org/philosophy/open-source-misses-the-point.html

Lista de Distribuciones avaladas por GNU y la FSF:
Distribuciones GNU: https://www.gnu.org/distros/free-distros.html
Distribuciones libres que no son GNU: https://www.gnu.org/distros/free-non-gnu-distros.html

Artículo: “Cuando el software libre no es (prácticamente) superior” por Benjamin Mako Hill (en inglés):
https://www.gnu.org/philosophy/when-free-software-isnt-practically-superior.html

Contenido adicional:

Pautas para distribuciones de sistema libres (GNU FSDG):
https://www.gnu.org/distros/free-system-distribution-guidelines.html

--

--

Kevin Figueroa
Kevin Figueroa

Soy un programador, escritor y dibujante en proceso. Comparto información sobre informática, geografía e inclusive opiniones personales. Hablo español e inglés.