Amor a las zapatillas: Radiografía a los “sneakerheads” en Chile

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11 min readAug 3, 2022

La tendencia de los llamados “cabezas de zapatilla” no deja de crecer en nuestro país. Se trata de individuos que coleccionan e intercambian distintos modelos de zapatillas. Los conocen a fondo: su origen, materiales, diseño y estilo. Cada modelo tiene una historia única tanto para quien lo diseñó como para quien lo usa. “Las zapatillas son (prendas) de nostalgia”, dice una experta en calzado.

Por Catalina Vicuña Silva

“Se viene el primer cumpleaños de mi hija y ya estoy pensando en qué zapatillas me voy a poner”. Así es como Felipe Carrasco (23), dueño de un local de sushi en Concepción, explica el valor sentimental que para él tienen sus zapatillas. A través de una videollamada, a sus espaldas, se observan más de 15 pares acomodados en repisas blancas. Pero su colección completa no cabe en la pantalla: Tiene más de 120 pares en su clóset.

La colección de Felipe Carrasco

Carrasco tiene una cuenta de Instagram -@pipecarrasco99- donde comparte diariamente con sus 11.600 seguidores todo acerca de su colección. Se define a sí mismo como un “sneakerhead” (“cabeza de zapatilla”): un aficionado a las zapatillas. Las coleccionan, intercambian y conocen a fondo la historia de cada modelo. Algunas veces los adquieren por un relato del pasado, pero también del presente, como los que usa la celebridad o figura pública que siguen. Se trata de una tendencia que hoy, gracias al uso masivo de redes sociales, se ha vuelto más visible que nunca.

Es tanta su popularidad a nivel mundial que expertos en el mundo, como la historiadora en calzado canadiense Elizabeth Semmelhack, la han estudiado como un “fenómeno intelectual”. Es directora creativa de “Bata Shoe Museum”, ubicado en Toronto, Canadá, que cuenta con la colección de zapatos más grande del mundo (más de 13.000 pares) y también la autora del libro “Out Of The Box: The Rise of Sneaker Culture” (“Fuera de la caja: el auge de la cultura de las zapatillas”) que describe el impacto de las zapatillas en áreas como la ciencia, la moda, la música y el deporte. Semmelhack se refiere a los sneakerheads como “un grupo conocedor y versado en los matices detallados de la historia de las zapatillas”.

En Chile, sus exponentes dan algunas pistas de la definición. “Para mí es alguien que simplemente colecciona pares de zapatillas”, dice Diego Durán (40), amante de las zapatillas hace más de 18 años y creador de @mistillas, reconocido blog chileno con más de seis mil publicaciones y casi 19 mil seguidores en Instagram.

Para Carrasco un ‘sneakerhead’ es quien tiene un interés por la historia detrás de cada par. Lo que para algunos podría ser resultado de un consumismo compulsivo para este joven es parte crucial de su vida. “De esos 120 pares, cada uno me representa de alguna forma. Cada uno tiene una historia única que el diseñador y yo mismo le doy”, expresa.

La colección de Carrasco no es privada. Al contrario, plataformas como Instagram han dado una vitrina al joven de Concepción y a otros sneakerheads para compartir todo sobre sus nuevas adquisiciones. “Si no existieran las redes sociales no habría la masificación que existe hoy de las zapatillas”, comenta con seguridad. “Sin Instagram yo creo que las estaría coleccionando igual, pero no con la misma relevancia de hoy”.

Las redes sociales, además, han viralizado lo que celebridades, figuras públicas y personalidades de distinto ámbito están usando, llamando gran atención entre la comunidad zapatillera. “Ves a Bad Bunny con unas zapatillas que nunca se han visto, llega mucha gente a sacarles foto y se filtran (en redes sociales). Las redes masifican a todo el mundo ‘sneakerhead’”, explica Carrasco.

“Lo que una persona usa expresa muchas cosas”

Gentileza de Diego Durán

Para distintos investigadores, los “cabezas de zapatilla” existen desde 1970 y su origen se sitúa en la ciudad de Nueva York.

“Ahí emergió de una confluencia entre el rap, (break dance) y el basketball”, dice Semmelhack. La experta destaca, como hito principal, el lanzamiento de la colaboración de Michael Jordan con la marca Nike en 1985. “Lo más único sobre el comienzo de la línea Air Jordan, fue que Nike ofreció un modelo nuevo cada temporada. Esto creó anticipación y propuso un coleccionismo racional”, explica. “Porque si tienes el primer, el segundo y el tercer modelo de la línea, obvio que necesitas el cuarto y el quinto”. “Ese par ayudó a traer ideas de una ‘cultura zapatillera’ a una audiencia mundial”, agrega Semmelhack.

Héctor Carvacho, profesor de psicología de la Universidad Católica y experto en psicología de la moral, con estudios de posdoctorado en Harvard University, describe la creciente tendencia sneakerhead como la de coleccionadores “modernos”.

“Ellos no están coleccionando zapatillas. Están coleccionando estar en la cresta de la ola”, dice. “El coleccionista antiguo tenía la idea de preservar, mientras que los modernos tienen la idea de actualizar, de estar siempre obteniendo el último modelo”. El estar al día con la adquisición del par más reciente y además poder compartirlo con los demás “permite satisfacer muchas necesidades a la vez”, explica.

A Chile la tendencia sneakerhead demoró en llegar. Sus seguidores dicen que se popularizó, sobre todo, a mediados de los años 90 con la aparición de la televisión por cable. Diversas estrellas estadounidenses, como el grupo musical de hip hop Run DMC, comenzaron a lucir sus calzados en videos musicales en canales como MTV. Varios jóvenes chilenos prestaron atención. A partir de ese entonces, el interés por las zapatillas en nuestro país no ha dejado de crecer y episodios como el lanzamiento de las zapatillas “​​Air Jordan IV WMNS ‘Fish’” (un modelo inspirado en los colores y materiales de un traje espacial) en 2021 lo confirman: A pesar del complejo contexto sanitario entonces, desde altas horas de la madrugada, cientos hicieron fila en centros comerciales de Santiago y Viña del Mar para adquirir el limitado par de la marca Nike. Las aglomeraciones y el poco distanciamiento social causaron curiosidad entre el público y preocupación a las autoridades sanitarias, quienes debieron interrumpir la venta y exigir la clausura de las tiendas. Para entonces distintos medios lo tildaron como una acción de “consumismo tercermundista”.

“La fila que se formó el año pasado fue por este par”, comenta el joven de Concepción mientras busca las famosos zapatillas en cuestión entre sus repisas y los muestra: Son prominentes, de color café y naranjo, la suela plateada y la famosa silueta del basquetbolista Michael Jordan en su parte delantera.

A pesar de no haber estado en aquel lanzamiento, Carrasco en más de alguna ocasión ha hecho las interminables filas para comprar zapatillas. “He llegado a pasar una noche entera afuera de una tienda”, cuenta.

¿Qué hay detrás de esta “fiebre” por las zapatillas? “En primera instancia, hay un tema de identidad asociado”, responde Juan Benítez, profesor de la UC y experto en comportamientos del consumidor. “El ser humano tiene por necesidad mostrar quién es. Y ahí entran elementos identitarios como las zapatillas”.

Benítez asegura que, a través del calzado, las personas buscan cierto estatus, pero no en el sentido de demostrarse como superiores, sino que en el de poder demostrar quiénes son como individuos. “Soy urbano, soy civilizado, uso zapatos específicos que representan quién soy, con quién me relaciono, qué tipo de elementos consumo, cómo pienso, qué prácticas tengo, cuáles son mis tradiciones, todo lo que tiene que ver con una construcción cultural”, agrega el experto. “Lo que una persona usa expresa muchas cosas”.

“Me gusta contar historias a través de lo que tengo puesto”

Gentileza de Felipe Carrasco

Si hoy la mayoría de las personas basa su decisión de compra en cuán cómoda o atractiva es una zapatilla, Carrasco, como sneakerhead, busca ir más allá. “Cuando uno investiga sobre el relato, la historia que hay detrás de cada par, lo que el diseñador pensó antes de hacerla, uno se va enamorando de lo que usa”. El joven toma uno de los pares ubicados a sus espaldas: StrangeLove de Nike (de color rosado y rojo, de terciopelo, y con el detalle de un corazón y calavera) y dice: “Estas las busqué por demasiado tiempo. Salieron el 14 de febrero y su concepto es `Destruye lo que tú más amas`. Es un par muy delicado, por eso se llama así, se ensucia fácil, envejece rápido”, explica. ¿Su precio? Carrasco confiesa que su reventa rodeó los mil dólares. “Para mí esto es arte, es cultura”, agrega.

Durán, chileno detrás del blog @mistillas.cl, también busca a través de sus más de 200 zapatillas entregar un mensaje, calzar algo con significado. “Me gusta contar historias a través de lo que tengo puesto”, comenta. En su página web (mistillas.cl), informa a todos sus seguidores “cabezas de zapatillas” sobre lanzamientos, colaboraciones y reseñas. “Cuando escribo, me gusta averiguar qué hay detrás de cierto par, quién lo inspiró, cómo se hizo el diseño. Eso me parece atractivo”.

Durán confiesa que el número de zapatillas que tiene es algo de lo que a veces se avergüenza, que podría considerarse un consumismo exacerbado. “(Pero) el valor emocional que tienen para mí es muy potente. Muchas me llevan a mi adolescencia y niñez. Veo las Air Force 1 y me acuerdo que cuando era chico las vi en un video de rap en MTV y me volví loco. También las relaciono con experiencias de vida. Una vez fui a Nueva York y no me cabían muchas zapatillas en la maleta obviamente, así que hubo un par que me acompañó todo el viaje. Cuando las uso, me recuerdan a ese lugar”.

El psicólogo Carvacho plantea que una historia le otorga más valor a una zapatilla. “Hacen que las zapatillas estén en otra moneda. Una moneda que puede hacerle sentido a personas que no ven ningún valor monetario en eso. La gente conecta con los sentimientos más allá que con el dinero”.

Semmelhack, la historiadora en calzado, cree que “el interés por las zapatillas está relacionado con el creciente interés en escuchar más voces y las historias que tienen para contar”. Y agrega: “(Son prendas de) nostalgia. Tienen un significado cultural”.

Pero ¿cuán lejos podemos llegar para hacer a otros parte de nuestra afición? El diseñador gráfico Christian Knabet (37) es dueño de @kissmykicks, cuenta de Instagram dedicada a la creación de contenido y reseñas de zapatillas, todo desde una perspectiva del diseño. Conectado por Zoom, el aficionado por las zapatillas desde que tenía 16, cree que la tendencia ‘sneakerhead’ se ha ido mezclando con un tema de apariencias. “Conozco a muchísima gente que se compra un par, lo publica en Instagram y luego lo vende”, comenta.

En este sentido, Knabet cree que comprarse zapatillas y compartir la compra con el resto se ha confundido con un tipo de logro personal. “Veo mucha gente que publica sus zapatillas y deja el link a la página solo para que los demás puedan ver el precio”, expresa. “Conozco sneakerheads que no les interesa que la gente vea las zapatillas que van comprando, sneakerheads que están ocultos.

Según el psicólogo Héctor Carvacho, los jóvenes están acudiendo a las redes sociales con el fin de mostrar sus pertenencias porque se trata de una forma particular que generaciones actuales tienen para demostrar su identidad. Comenta que, a pesar de que la forma es distinta, el trasfondo de estas acciones sigue siendo la misma que ha existido siempre: “La exposición en redes ocurre más rápido y de forma más exacerbada. Eso lo hace más difícil de manejar, pero están presentes los mismos procesos psicológicos que antes. Años atrás uno buscaba aprobación de su grupo de amigos, ahora uno busca aprobación en sus seguidores”.

La actual afición por las zapatillas, según el profesor Benítez, experto en comportamientos del consumidor, responde a cómo hoy oscilan las tendencias. “Así como algunas entran, otras salen”. En este sentido, explica que tal como hoy son zapatillas las que generan largas filas en centros comerciales, mañana podría tratarse de relojes o carteras. A pesar de que cambie el objeto en tendencia, hay algo que por naturaleza permanece: “La necesidad del sujeto de expresar su individualidad para poder formar su identidad”.

“Una sobrelectura de lo anterior puede hacernos pensar que es algo negativo”, asegura Benítez. Sin embargo, demostrarse frente a los demás, compararse con la persona del lado y definir grupos de pertenencia según gustos y afinidades es algo natural en los humanos. Según el experto, es algo que hemos hecho desde el principio de nuestros tiempos y que seguiremos haciendo. “Cambian las formas y los riesgos, pero no es como que esta tendencia haya cambiado una necesidad humana”, agrega.

El “efecto Michael Jordan”

Las celebridades, sin duda, han influido en la tendencia sneakerhead. Michael Jordan, J Balvin, Cristiano Ronaldo, Kanye West, Travis Scott y Bad Bunny son algunos de los famosos que hoy tienen su propio modelo de zapatillas en colaboración con grandes marcas. Su adquisición, sin embargo, no es tan sencilla. “Para comprar las zapatillas de Travis Scott había que inscribirse en una lista y según eso rifaban quién podía comprar”, explica Durán.

“Ese par hoy vale más de dos mil dólares porque todo lo que Travis Scott toca es oro”, agrega Carrasco.

Por una zapatilla del cantante de rap Kanye West, Durán recuerda que pagó lo máximo que ha gastado en un par, casi 280 mil pesos, precio equivalente al sueldo mínimo en Chile en 2018. Se trataba de un modelo que no llegaría al país y que un conocido le ofreció comprar estando en el extranjero. “Ni siquiera me gustaban”, admite. “Fue por darme color no más. Las compré porque quería tenerlas, quería ser el único en Chile con ese par. Después me di cuenta que podía revenderlas acá en casi 900 mil pesos”.

Carrasco, por su parte, evita mencionar el precio que pagó por la colaboración entre la marca Nike y el artista puertorriqueño J Balvin. Las compró en Estados Unidos antes de su lanzamiento, lo cual significó pagar muchísimo más dinero que por el par ya disponible en tiendas. “El precio fue una locura”, comenta. “Ese par llegó como un mes después a Chile, pero yo quería tenerlo antes”.

El experto en comportamientos del consumidor, Juan Benítez, explica que estas colaboraciones son estrategias comerciales de las marcas para apropiarse de ciertas cualidades de una persona en específico y hacerlas tangibles, transferibles a un tercero, en ese caso, a un consumidor. “Lo que logró la zapatilla de Michael Jordan, por ejemplo, fue apropiarse de las cualidades de él como un deportista”, comenta Benítez. “Nike le dijo a cualquier joven que quisiera ser basquetbolista: `Estas zapatillas te van a ayudar a ser como él`”.

Pero, ¿por qué nos atraen tanto estas colaboraciones? El experto asegura que es por su exclusividad. “Como individuo, esa zapatilla firmada por un cierto artista me transforma en un sujeto afortunado en relación al resto”, expresa Benítez. “Cierta parte de la construcción de identidad del sujeto se forma en el verme frente a otro. En ese constante ver similitudes y diferencias con respecto a los demás, una zapatilla de J Balvin logra ponerme más cerca de unos y más lejos de otros”.

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Periodismo universitario, reporteado y escrito por estudiantes de la Facultad de Comunicaciones de la UC. www.kilometrocero.cl