La pesadilla ocurre durante las etapas de sueño profundo, mientras que la parálisis del sueño ocurre al despertar o al quedarse dormido. /Fotografías por Javiera Águila.

Cuando se sube el muerto

La frase es comúnmente empleada para referirse a la parálisis del sueño, que es la incapacidad temporal de mover el cuerpo o hablar durante el período de transición entre el estado de sueño y el de vigilia. Al menos el 50% de la población mundial la ha vivido alguna vez y es aterradora para quienes la sufren de forma permanente.

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6 min readDec 12, 2018

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Por Bianca González C.

Catalina de la Fuente (24) tiene parálisis del sueño desde los 14 años. Ese año empezó a sufrir bullying en el colegio, lo que le provocaba un gran estrés. Por las noches, entre un estado de sueño y vigilia, veía a una señora con capucha que se subía en su pecho e intentaba ahorcarla. Desesperada, intentaba luchar contra la mujer que le impedía moverse y se llenaba de angustia al ser incapaz de defenderse.

La parálisis del sueño es más frecuente entre los 20 y 30 años de edad.

Hasta ahora sigue sufriendo episodios similares. Desde los 20 años ve un cuervo negro y de brillantes ojos rojos que siempre llega de forma similar. El episodio comienza con un sonido tan fuerte que siente que la ensordece: es la señal de su llegada. Luego, Catalina percibe que el cuervo la observa y escucha cómo sus patas avanzan hacia ella, sube por su pierna y se posa en su espalda para picársela con fuerza, sin que ella pueda moverse ni gritar. Según ella, uno de los episodios con el cuervo duró 40 minutos. “Es frustrante, porque generalmente es como si me taparan la boca y no pudiera gritar. Simplemente el ruido no sale”, dice.

Origen de la parálisis

La parálisis del sueño ocurre en una fase del ciclo REM, mientras se duerme. Se produce una interrupción que despierta a la persona, quien está consciente, pero no puede mover su cuerpo por encontrarse en un estado de cese motor obtenido en la etapa no REM. En síntesis, el cerebro está despierto mientras que el cuerpo está dormido.

Cada fase del sueño tiene funciones importantes. La fase REM se encarga de la emocionalidad y la fase NO REM de la memoria y el aprendizaje.

La doctora y especialista en trastornos del sueño del Centro Médico UC San Jorge, Claudia Riffo, señala que la parálisis de sueño es un “mini-error”, ya que en un momento del ciclo ocurren las dos fases REM y no REM a la vez. “Apenas el cerebro interpreta que ambos estados están activos, lo resuelve. Por eso, los episodios demoran máximo 15 segundos, no son muy largos. Para el que lo siente, es un evento terrible de varios minutos, pero en realidad no es tanto”, asegura.

El zancudo

Molinska Bielefelt (22) tiene parálisis del sueño desde los 16 años. Desde pequeña le ha tenido miedo a los insectos y la noche que sufrió su primer episodio de parálisis, alrededor de la una de la mañana, escuchó a un zancudo cerca del oído mientras se estaba quedando dormida en su pieza. En un comienzo pudo mover los dedos hasta despertar al resto de su cuerpo. Se fue a dormir al living y dejó la puerta de su pieza cerrada para que el zancudo no la siguiera.

Se durmió en el sofá, pero pronto despertó y el zancudo apareció de nuevo. Su zumbido le parecía insoportable. Esta vez no podía mover su cuerpo, ni siquiera los dedos. El sonido se transformó en un intenso dolor de oído que la hacía pensar: “¡este bicho me está picando!”.

La narcolepsia, es un trastorno que causa somnolencia excesiva y puede generar parálisis del sueño frecuentemente.

Durante el estado REM se apaga el sistema motor de los músculos para que no ocurran accidentes mientras se duerme. “En el REM tienes que apagar el movimiento, por eso se activa un área que va por la médula y se detienen los movimientos, pero persisten los oculares y los músculos respiratorios, eso siempre está activo”, explica la doctora Riffo.

El doctor Walter Avdaloff, fundador del Instituto del Sueño, explica: “Cuando la parálisis es muy ocasional, no requiere medicación, pero cuando es muy frecuente y altera la vida cuatro o cinco veces por semana como sucede en algunos casos, requiere tratamiento médico.”

La pieza del tío abuelo

Fröst Roa Vera (25) sufre parálisis del sueño desde los 18 años. La vez que más recuerda tenía 20, fue luego del velorio de su tío abuelo, quien era muy cercano a él. Esa noche tuvo que dormir en la pieza que su tío ocupaba antes de morir.

Se acomodó boca arriba, hizo zapping un rato en la tele para distraerse y se durmió, pero en unos instantes despertó y quedó paralizado. Vio que la pieza de su tío abuelo se pintaba de rojo y que desde la cabecera de su cama crecía la silueta de un hombre en la muralla, la que se hizo muy grande hasta volverse una sombra que cubría toda la pared. A la vez, escuchaba gritos y chirridos molestos. La incapacidad de moverse persistía. Después de llegar hasta cierta altura, la figura y los ruidos comenzaron a desvanecerse. Cuando todo desapareció, Fröst se sobresaltó y ahí pudo moverse.

Las parálisis se pueden dar al inicio del sueño o al término del sueño o incluso en la siesta, explica el doctor Avdaloff.

Según la doctora Claudia Riffo, a raíz del cambio de posición para dormir, se pueden producir “micro-despertares” en la persona, en los que activa la fase no REM de cese motor y que dan origen a la parálisis. Lo anterior explica que la persona no se pueda mover, mientras que la fase REM sigue trabajando, por lo que se está consciente y alerta, a diferencia de una pesadilla, la que al tratarse de un sueño, ocurre mientras se está durmiendo.

La parálisis de sueño puede tener causantes asociados a factores puntuales como el estrés, la depresión o una mala higiene del sueño, que se ve empeorada por el consumo nocturno de televisión.

La mano

Paulina Poblete (26) sufre de parálisis del sueño, al igual que su papá y su hermano. Afirma que las situaciones estresantes los ponen muy nerviosos y que eso se expresa en sus parálisis al dormir. El episodio que mejor recuerda es uno que le ocurrió hace tres años, en un momento en que tenía depresión. Cuando estaba acostada, luego de dormir un rato boca arriba, despertó y quedó paralizada. Sintió cómo una mano se acercaba a ella e intentaba tocar la suya sin que ella pudiera impedirlo.

La doctora Claudia Riffo expone que un segundo factor que puede producir la parálisis pueden ser causas genéticas, producto de que hay más miembros de la familia a las que también les ocurren estos episodios.

Riffo dice que la posición más frecuente en la que ocurren los episodios es boca arriba, que la parálisis no distingue por sexo ni edad y que le ocurre al 50% de la población al menos una vez en la vida, aunque la prevalencia es solo de un 8%.

¿Cómo evitar la parálisis?

Según el doctor Walter Avdaloff, la parálisis se puede prevenir teniendo un sueño que sea en las horas correspondientes, manteniendo en un estado emocional relativamente estable y no consumiendo drogas de ningún tipo. Además explica que si la parálisis es producida por factores genéticos, no se puede prevenir.

La doctora Riffo agrega: “Si te pasó una vez, es una alerta de que estás durmiendo mal. Si duermes poco, estos ciclos empiezan a ser más cortos para adaptarse a las horas de sueño que quedan. Si son pocas horas, los ciclos de sueño empiezan a quedar a medias y pueden generarse otros problemas como fallas a la memoria y la somnolencia diurna.”

Sobre la autora: Bianca González es estudiante de Periodismo y escribió este reportaje en el Taller de Prensa. El reportaje fue editado por Macarena Figueroa.

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Periodismo universitario, reporteado y escrito por estudiantes de la Facultad de Comunicaciones de la UC. www.kilometrocero.cl