Ricardo Bustos, campeón mundial masculino Londres 2016. Fotos gentileza de IPSF.

El caño, un baile que se volvió deporte

El pole sport llegó al país hace poco menos de 10 años con la apertura de la primera academia en 2008. Pese a no ser reconocido olímpicamente, Chile es tricampeón consecutivo en la categoría masculina en las competencias de la Federación Internacional de Pole Sport (IPSF). Si bien, popularmente sigue siendo conocido como el baile del caño, es una disciplina competitiva de alta exigencia física, en julio se celebrará la sexta versión del Mundial en Holanda, donde se espera que el país acceda nuevamente al podio, esta vez, con una representante femenina.

kmcero
Kmcero
Published in
9 min readJun 26, 2017

--

Por Sofía Maluenda

Dos barras verticales. El fondo blanco con el logo de la IPSF. Felipe Pérez Mendoza. Short apretado negro con lentejuelas. Posición de inicio de pie. El cuerpo se gira, la pierna derecha estirada en punta y los dos brazos formando un círculo a la altura del ombligo. A los cuatro segundos comienza la música. El giro, el salto, las dos manos sobre la barra y el cuerpo suspendido en el aire.

“Cuando estai en el primer lugar ahí en el podio como que uno no cacha bien lo que está pasando”, dice Felipe Pérez Mendoza (31), actualmente el segundo en el ranking mundial con un puntaje de 66.00. Esa fue la sensación que tuvo en 2014 al subir al podio, luego de trabajar seis meses en la rutina que llevaría a Chile al primer lugar de pole sport por primera vez en su historia. Obtuvo el oro con una rutina impecable de cuatro minutos en el Mundial de pole sport de Londres organizado por la Federación Internacional de Pole Sport (IPSF), que organiza competencia mundiales cada año desde 2012.

Se trata de una actividad física que se realiza sobre una barra vertical, en la que se hacen piruetas y movimientos de flexibilidad, equilibrio y fuerza. Si bien, derivó del pole dance o baile del caño, que comúnmente se asocia a un baile sensual, hoy se trata de un deporte reconocido mundialmente, cuya federación fue fundada en 2009 por Tim Trautman y Katie Coates.

“Para la gente que no es del círculo del pole o no cacha nada, esto sigue siendo el baile del caño o la Luli en la tele, pero cuando les muestras un video tuyo, ahí como que recién entienden a lo que se enfrentan, que no es menear para allá y para acá no más”, explica Ricardo Bustos, campeón chileno en 2016.

En 2015, Felipe Pérez Mendoza quiso volver a probar suerte: “Tenía miedo, porque me decían que no fuera. Que había muchas posibilidades de que no ganara de nuevo”, pero agrega: “Perdía más con no ir, además de que el proceso de crecimiento en una competencia es muy grande”. Se presentó de nuevo y con la misma preparación metódica, volvió a ganar, lo que lo convirtió en el bicampeón mundial.

En 2016 el título recayó en otro chileno, Ricardo Bustos (24), lo que coronaba a Chile como tricampeón consecutivo en la categoría masculina. “Para la gente que no es del círculo del pole o no cacha nada, esto sigue siendo el baile del caño o la Luli en la tele, pero cuando les muestras un video tuyo, ahí como que recién entienden a lo que se enfrentan, que no menear para allá y para acá no más”, explica Bustos. El actual campeón llegó al primer lugar con un puntaje de 53.70 puntos (el puntaje mundial más alto en la actualidad y compitió en la final, a la que llegan los diez mejores de las presentaciones del día anterior, con representantes de Colombia, México, Japón, Ucrania, España, Noruega y Alemania.

“En ese momento como que no cachaba muy bien, estaba en las nubes y ahora con el tiempo miro para atrás y la verdad es que fue muy importante lo que logré, porque hice que Chile fuese conocido en el mundo del pole y fui el primer latinoamericano en ganar una copa mundial”, cuenta Pérez.

Ambos estudiaron Danza en la academia del profesor Valero. Esa base como bailarines les ayudó mucho, según ellos, a desarrollarse en este deporte, ya que obtuvieron experiencia trabajando el cuerpo. “Esto mezcla todo. Mezcla la danza, la gimnasia artística, la gimnasia rítmica, tiene elementos del yoga y de pilates, dependiendo del estilo también tiene hartos elementos del break dance. Tiene muchas disciplinas. El pole dance por sí solo no se sostiene, se sostiene por todas estas otras disciplinas”, explica Pérez. Por eso muchas personas que practican estas actividades llegan al pole sport, porque de cierta manera les permite extender su vida deportiva.

Felipe Pérez Mendoza, campeón mundial masculino en Londres IPSF 2014

Pérez conoció esta disciplina por curiosidad a través de YouTube en 2011, lo que lo motivó a averiguar más sobre su práctica en Chile y comenzar a entrenarse. A su vez, Bustos lo conoció gracias a Pérez. Actualmente ambos son dueños de Invictvs Pole Sport Dance Studio, que abrió sus puertas el 2 de enero y cuenta con un equipo de cinco profesores y entre cuatro a nueve horas de clases grupales al día.

Todas las clases se realizan en una única sala grande que tiene dos puertas de acceso –una rosada y una celeste– con piso de madera y múltiples barras verticales que cruzan desde el suelo hasta el techo. La pared frontal y la trasera están hechas completamente de espejos en un espacio en forma de “L” por la ubicación de la academia, en la esquina de un strip center (conjunto de locales y servicios) en La Reina.

“El 90% de las alumnas que llegan se lo toman de manera muy profesional, a mí me sorprende”, dice Pérez sentado sobre una pelota inflable para hacer ejercicios en un espacio cerca de la entrada de la academia, mientras en la única sala, Bustos está terminando una clase grupal realizando elongaciones. Suena reggaetón y música pop y las alumnas estiran los músculos de sus piernas al mismo tiempo que conversan y ríen.

Pérez también dice que tienen aprendices que son profesoras de otras academias, pero que vienen a perfeccionarse con ellos, lo que sube el nivel de exigencia de la clase. “Las mismas personas que lo practican hacen que se vea más como deporte. Yo cuando empecé haciendo clases me pedían que fuera mucho más baile y más sensual, y de repente Chile va al mundial de pole sport y le va regio y se empieza a generar esta tendencia. Ahí las alumnas que les gustaba bailar el caño, dejan de practicarlo, porque se empieza a volver más deportivo”, relata.

Cada vez que Ivania Reyes (29) cuenta que practica pole sport, le preguntan qué es. “Baile del caño, pero deportivo”, se apresura en aclarar. En 2017, Reyes es una de las cinco chilenas seleccionadas para competir individualmente en la sexta versión del mundial en Holanda. Debido a su pasado como gimnasta rítmica y campeona nacional en 2007, para Reyes el traspaso hacia el caño fue una continuación de su entrenamiento previo.

Ella partió en 2013 con una clase de prueba y quedó tan fascinada que rápidamente continuó con tres clases a la semana. Se dio en parte por el encuentro de un deporte que podía complementar lo que ella ya sabía y le gustaba practicar. “Yo fui gimnasta y pensaba ahora qué hago, si ya me retiré. Como este es más deportivo, da más facilidades a la gente que hace gimnasia, porque necesitas elongación, fuerza, acrobacias y un montón de cosas que se toman de la gimnasia y se volvió un desafío”, cuenta y agrega: “La idea también es limpiar el nombre del pole dance. Soltarlo y sacarlo del baile del caño que hacían las strippers. Hacer un borrón y cuenta nueva, separar las dos cosas y que ahora se llame pole sport. Pero a pesar de todo, tú dices baile del caño y todos entienden recién ahí que es una barra”.

Ivania Reyes representará a Chile en el mundial que se hará en Holanda en 2017. Ella practica pole sport desde 2013.

Llevaba tres meses de práctica cuando compitió por primera vez en un campeonato local organizado por la academia Pole Dance Go Up, la primera en el país, que abrió en 2008. “Ahí comenzó la locura”, comenta. Salió tercera en el nivel más bajo –amateur– lo que la llevó a subir de posición y entrar al rango profesional. Al año siguiente compitió en esa categoría y salió segunda, lo que le permitió subir al máximo: elite. Dentro de esa posición es en la que se presenta para competir en el Mundial de pole sport organizado por la Federación Internacional de Pole Sport (IPSF), que se realizará entre el 30 de junio y el 2 de julio en Holanda y en el cual competirán alrededor de 150 deportistas de 30 países diferentes. En 2016 –su primera vez en el mundial– terminó 18 de 34 participantes en su categoría, senior woman. Este año la meta es llegar a la final, estar entre los diez mejores.

La selección se llevó a cabo en marzo en el Chilean Pole Sport Championship 2017, competencia patrocinada por el IPSF . Ahí clasificó Ivania Reyes en la categoría senior woman, Marcia Zárate y Marcela Ramírez en masters 40+ e Ignacia Oyarzo y Valentina González en novicio. Todas compiten en elite, la división más alta. Oyarzo fue la que clasificó con el mejor puntaje de las cinco seleccionadas y este año participará por primera vez del mundial. Tiene 14 años y empezó a practicar a los 11 debido a que su hermana mayor, la llevó con ella a una de sus clases. “Me interesa participar, sobre todo, por la experiencia, porque yo nunca he salido de Chile”, dice Oyarzo. Sin embargo, Reyes es su entrenadora y asegura que es una de las cartas para alcanzar el podio.

Ignacia Oyarzo de 14 años, ve en su participación en el mundial de pole sport la posibilidad de salir de Chile por primera vez.

Ivania Reyes entrena tres veces a la semana por dos horas en la academia de Pérez Mendoza. Su presentación tiene que estar acorde al reglamento oficial del deporte, que se encuentra listado en el Código de Puntos 2016 de la IPSF. Todos los atletas tienen que presentar un cierto número de elementos, al que se le otorga un valor entre 0,1 y 1 puntos al cumplir con los requerimientos mínimos, por ejemplo, que la postura se sostenga por dos segundos o que el cuerpo se encuentre en el ángulo correcto.

La división elite debe contemplar la inclusión de cuatro elementos de flexibilidad, cuatro de fuerza, un giro en tubo giratorio, un giro en tubo estático y una subida aérea de peso muerto. Todo esto, en cuatro minutos. Cada división se diferencia en los requisitos que se exigen en su presentación. El código también establece que todo el tiempo en que el deportista no está en contacto con la barra debe limitarse a un máximo de 30 segundos. Asimismo determina causas inmediatas de descalificación, como usar pintura corporal en todo el cuerpo o presentar “una coreografía altamente provocativa”, como está estipulado en la sección de deducciones técnicas.

Si en 2016 Reyes comenzó su presentación sujetándose solo del brazo derecho a la barra mientras giraba en posición vertical luciendo unas pantaletas y peto rosado, en 2017 la idea es que ese brazo se levante de nuevo, esta vez, por haber llegado a la final. Con dos medallistas de oro y el título de tricampeón mundial, Chile se está haciendo un nombre en la escena internacional del pole sport. Cinco chilenas volarán 12.000 kilómetros con la intención de alzarse sobre una barra y el podio. Que sea como enfrentarse a Brasil en la Copa Mundial de Fútbol. Que a Chile le tengan miedo.

Sobre el autor: Sofía Maluenda es estudiante de Periodismo y escribió este artículo en el curso Taller de Prensa. El reportaje fue editado por Vanessa Dahuabe en el Taller de Edición en Prensa.

--

--

kmcero
Kmcero
Editor for

Periodismo universitario, reporteado y escrito por estudiantes de la Facultad de Comunicaciones de la UC. www.kilometrocero.cl