Foto por Sofía Gómez.

El patrimonio olvidado de los cementerios de Valparaíso

Las tumbas se encuentran entre malezas y esculturas fúnebres descabezadas. Los establecimientos no reciben el presupuesto suficiente para potenciar el patrimonio que hay al interior. Tampoco se puede intervenir en los mausoleos, porque son de propiedad privada y las familias no tienen interés en restaurar su propiedad.

kmcero
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7 min readJan 9, 2020

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Por Sofía Gómez

Al subir el cerro Panteón de Valparaíso, desde la calle Dinamarca, están los cementerios N° 1 y N° 2. La réplica de La Piedad de Miguel Ángel, en la entrada del cementerio N°1, está rodeada por un andamio y un cartel que desde hace más de seis años dice: “Por razones de seguridad evite permanecer en esta zona”. Trabajadores, funcionarios y visitantes han tenido que convivir con la posibilidad de derrumbe en los últimos años. Los pilares del pórtico están sin pintura, descascarados por el paso del tiempo. Se aprecian pedazos de cemento alrededor y derribados debido a su inestabilidad. Las malezas de las tumbas sobresalen con la humedad y sus ramas impiden ver los nombres de quienes descansan. Dentro del cementerio N° 1, cuatro esculturas fúnebres, que datan de fines del siglo XIX, se encuentran descabezadas. Otras siete del cementerio N°2, se caen a pedazos. Dichas esculturas representan a los aristócratas de aquel siglo, que se han ido agrietando de a poco.

Fotografía de Alejandra Arcuch, de la serie “Retratos”.

Desde 2014, la artista Alejandra Arcuch ha fotografiado las esculturas fúnebres de los cementerios de Valparaíso. “He estado en Perú, México, Estados Unidos y jamás me he encontrado con esculturas descabezadas”, asegura. “Siempre me ha impresionado el desgaste de estos lugares, entre tumbas medias abiertas y malezas. Lo que hago a través de mis fotos es denunciar, porque los cementerios muestran lo que fuimos y también lo que somos”, agrega.

Ambos cementerios, declarados Patrimonio Nacional en 2005 por el Consejo de Monumentos Nacionales, se suman a los 56 monumentos históricos de Valparaíso. El cementerio N°1 fue inaugurado en 1825 y el N° 2, 20 años después. Con vista al puerto de Valparaíso, entre ambos comparten tres hectáreas. Hay cerca de 3.000 tumbas en el cementerio N°2 y 1.600 en el N°1. Por su parte, el cementerio de Playa Ancha, el N° 3, tiene 16 hectáreas, el segundo más grande de Chile.

El presupuesto anual destinado a los cementerios N° 1, 2 y 3, para la mantención del 2019 fue de $1.203.659.000. Este se reparte entre los tres cementerios. Actualmente, hay mayor inversión en el cementerio de Playa Ancha, por lo que necesita más financiamiento que los cementerios 1 y 2. Desde la Corporación Municipal de Valparaíso, la subdirectora de los cementerios, Verónica Paiva, considera que este presupuesto es muy reducido para efectos de mantención. “El problema es que, como estos cementerios son más pequeños, se recibe menos”, dice.

Intervenir a los que ya no están

Además de la falta de presupuesto, la intervención a las tumbas resulta un problema, porque hay una singularidad legislativa en los cementerios. En otras palabras, existen espacios que pertenecen a la Corporación Municipal de Valparaíso, pero los mausoleos son de propiedad privada. Por esta razón quienes tienen la responsabilidad de restauración y de mantención son los dueños. En cambio, las municipalidades son quienes están a cargo de los espacios compartidos. Cuando un espacio es reconocido como Monumento Histórico, el dueño es quien debe preservarlo, es decir, las familias dueñas de las tumbas.

Un reflejo de esta situación se da en el último pasillo del cementerio N°1, con vista al Pacífico, donde hay un mausoleo cuya torre se desprendió y cayó justo dentro del límite de la propiedad de una familia. “Hay un descuido del patrimonio principalmente por el modelo de negocios” dice el director subrogante de los cementerios Julio Zúñiga. La única facultad que tienen los cementerios es llevar a la custodia del lugar aquellas piezas que, si se caen al espacio público, pueden ser recogidas. Por esta razón no han podido desde el cementerio retirar esos escombros en suelo privado. “Las familias dueñas también tienen algo que decir, pero hay muchas que ya ni existen”, según Zúñiga.

“Básicamente deberíamos intervenir todo el cementerio, pero para eso necesitamos mover mucho”, dice Angélica Pulgar. Foto por Sofía Gómez.

Casos como han llevado a que todas aquellas esculturas y tumbas pierdan su valor. Según la restauradora patrimonial, Angélica Pulgar: “Existe de manera tácita la necesidad de conservar el Patrimonio funerario como una categoría dentro del arte y el desarrollo de esta disciplina como una disciplina aparte”.

Además de los límites legales, según Pulgar, la intervención en las tumbas es un trámite que toma tiempo. “Hay que pedir permiso al Consejo de Monumentos Nacionales. Después, un experto debe generar una ficha técnica del mausoleo”, agrega. “Básicamente deberíamos intervenir todo el cementerio, pero para eso necesitamos mover mucho”, insiste.

La higiene también es una arista a considerar. Por esta razón, actualmente hay dos tumbas del cementerio N°2 que fueron declaradas como no aptas para la sepultura. “Sólo en el caso de las tumbas que atentan con la sanidad del lugar, pueden ser intervenidas”, menciona Paiva, a partir del acuerdo con el reglamento de cementerios, determinado por el Ministerio de Salud, en su artículo 40.

Mariano González, quien trabaja en el Consejo de Monumentos Nacionales y a cargo de los cementerios patrimoniales de Chile, explica el problema: “Cuando estos grandes mausoleos y tumbas fueron construidos, las familias tenían mucho poderío económico, pero cien años después las familias se han empobrecido y no tienen el capital para la restauración”. Jorge Pinto es abogado experto en Patrimonio e indica que la Ley de Patrimonio Cultural presenta deficiencias. “Ha quedado evidenciado que los privados en muchas ocasiones no tienen los medios para la mantención, en esos casos se le puede vender al Estado el patrimonio. Obviamente los cementerios no se pueden vender a los que están enterrados”, dice Pinto.

Robar durante el descanso

La desvalorización de los espacios, producto de su falta de mantención, ha propiciado que ocurran robos. Para González, “la condición patrimonial de los cementerios no ha permitido que se exalte su importancia”. Otro problema para quienes están a cargo de los cementerios, es la falta de comunicación entre la Fiscalía de Chile y los cementerios.

En caso de hurto o robo de patrimonio, incluyendo cementerios declarados, hay que poner la denuncia a Carabineros o PDI. En el momento se debe contar con la mayor cantidad de información del objeto, y según el protocolo es importante no dejar pasar más de tres horas, con el fin de activar rápidamente la búsqueda. Actualmente en Chile hay 203 obras de arte y objetos patrimoniales denunciadas en la PDI, que han sido robadas y no recuperadas. En 2018, de los 2.601 objetos robados, 716 fueron recuperados. Este año, según la administración de los cementerios, se registraron dos robos en su interior.

Según el abogado Pinto, actualmente no existen las sanciones legales correspondientes. “Como hay poca preocupación y los privados no hacen los trámites necesarios, las cosas se van perdiendo, no se encuentran a los culpables y todo queda en nada”, explica el abogado. Además, cuando no hay un inventario actualizado se dificulta la búsqueda. Actualmente, la multa ante robo o hurto de patrimonio va de 20 a 500 UTM, además de pena privativa correspondiente al tipo de robo.

En los dos cementerios se están estableciendo lineamientos generales, para actuar en el caso de robo o hurto de esculturas. La administración no puede pedir a la Fiscalía de vuelta las esculturas incautadas, cuando estas son encontradas, porque no son los dueños. Por esa razón, se está levantando un proyecto en donde se busca “orientar al privado para que tome las responsabilidades ante su propiedad”, asegura Paiva.

El futuro de los muertos

Además de las tumbas, la Corporación Municipal de Valparaíso, está gestionando proyectos para mejorar la infraestructura del lugar. Restauradores patrimoniales del Duoc UC en conjunto con la dirección de los cementerios, buscan sacar adelante los cementerios. Angélica Pulgar está a cargo del proyecto. “Nuestro primer desafío es restaurar el pórtico, somos conscientes de la relevancia histórica que este lugar tiene, por lo mismo la entrada va a ser modificada”, dice Pulgar.

Son aproximadamente 100 visitas mensuales según la dirección del cementerio. “Queremos darle la relevancia que este lugar merece, restaurar es de extrema urgencia, los cementerios N°1 y 2 son un patrimonio en urgencia”, agrega Pulgar. “Queremos incentivar el turismo, pero también necesitamos en invertir en recursos”, insiste Julio Zúñiga.

La Dirección de los Cementerios Patrimoniales de Valparaíso está desde 2017 gestionando nuevos proyectos en conjunto con la Asociación de Amigas y Amigos por el Cementerio. “Hemos dedicado tiempo para hacer limpieza diaria recuperando poco a poco las áreas verdes. Nos parece importante incluir a la comunidad”, dice Verónica Paiva.

Foto por Sofía Gómez.

Para el futuro de los cementerios 1 y 2 de Valparaíso se está trabajando con una red de socios estratégicos con el fin de obtener fondos para la mantención y el cuidado del patrimonio. También se está incentivando el uso de los dos cementerios, según aseguran desde la administración.

Alrededor de 300 personas llegaron a los cementerios de Valparaíso durante el día del Patrimonio, que se llevó a cabo el 26 de mayo de 2019. La actividad fue entre las 11 de la mañana y las 16.30 de la tarde, donde se hizo un recorrido por las más importantes esculturas y mausoleos de estos dos espacios patrimoniales, que buscan recuperar su valor cultural, desgastado con los años.

Sobre la autora: Sofía Gómez es estudiante de periodismo y escribió este artículo como parte del Taller de Periodismo en Prensa. El reportaje fue editado por Cristóbal Orellana en el Taller de Edición en Prensa.

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Periodismo universitario, reporteado y escrito por estudiantes de la Facultad de Comunicaciones de la UC. www.kilometrocero.cl