Vanessa Flores, capitana del equipo de softbol Lobas de Santiago, batea en su turno contra el equipo Fénix. Su posición usual es campo corto (o short stop). Foto por Sara Alfaro.

Sueños de béisbol femenino

En Chile, las mujeres nunca han podido practicar béisbol a nivel competitivo, a diferencia de otros países del mundo, donde suele ser mixto. Ellas se han adaptado al softbol, una disciplina similar pero con dimensiones más pequeñas. Sin embargo, luego de que el país fuese escogido como sede para los Juegos Panamericanos de 2023, la Federación de Béisbol y Softbol de Chile anunció la creación de la primera selección de béisbol femenino.

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7 min readApr 11, 2018

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Texto y fotos por Sara Alfaro C.

Por la calle Guillermo Mann, en Ñuñoa, las canchas de béisbol del Estadio Nacional brillaban con el fuerte sol matutino. Era el primer domingo de mayo de 2017, y a las diez había comenzado el partido: nueve mujeres defendían el diamante de juego con sus guantes de cuero, y el equipo contrario bateaba para atacar. Era el turno de Vanessa Flores (26), jugadora venezolana de la liga de softbol femenino. Apenas su bate tuvo contacto con la pelota se escuchó un golpe sordo que la llevó a los jardines traseros del campo, una jugada experta y poco usual entre las jugadoras. Su equipo aplaudía y vitoreaba mientras Flores corría por las bases y anotaba la carrera a su favor, quien aspira a formar parte de la primera selección femenina de béisbol de Chile, que se creará con miras a los Juegos Panamericanos de 2023 con sede en el país.

La noticia fue anunciada alrededor del diamante de juego durante la inauguración del campeonato regular de softbol de la Asociación de Béisbol y Softbol de Santiago, la que culminó con una serie de aplausos y celebraciones por parte de las integrantes de la liga santiaguina. Aunque contentas por el nuevo aviso, ninguna de ellas ha jugado béisbol de manera competitiva: hoy no existe una rama exclusiva para ellas, solo una mixta en la que pueden participar hasta los 13 años, en la transición a la categoría pre junior.

Después de eso, su único camino para continuar en el diamante es el softbol, un deporte similar al béisbol, pero con distancias más pequeñas y algunas diferencias en las reglas de juego, como la técnica de lanzamiento al bateador y el tamaño de la pelota, que es más grande.

“En el Estadio Nacional siempre se planteó el softbol para la mujer. En esos años era más frecuente que las mujeres jugáramos eso antes que el béisbol”, explica Alejandra Toledo (54), una de las integrantes de la liga desde sus inicios, quien agrega que muchas de las fundadoras migraron desde el béisbol a esta práctica. Los hombres, en cambio, no tienen este problema, ya que ambos deportes tienen ligas masculinas.

El baseball se convirtió en béisbol

Pese a que no es foco de atención para los medios masivos de comunicación, el deporte no es nuevo en el país. El auge salitrero trajo consigo una serie de barcos extranjeros a los puertos nacionales. De ellos bajaron inmigrantes, nuevos sabores, costumbres, y con ello, el béisbol. Ya en 1951 se fundó la Federación de Béisbol de Chile (Fechibeis), organización que sigue vigente hasta hoy.

Hoy existen siete asociaciones de la actividad a lo largo del país, de Tocopilla, Iquique, Antofagasta, La Serena, San Antonio, Concepción y Santiago. Además, la liga masculina de béisbol que se juega en las canchas de Santiago tiene más de 20 equipos entre las series A y B, y siguen en aumento.

La liga femenina, en cambio, está reducida a solo cuatro equipos que disputan la copa dos veces al año. Sin embargo, es común que los fines de semana lleguen mujeres nuevas a probar el softbol, el único momento donde se entrena con horarios de cancha asignados, y de manera amatéur.

Aunque existe una selección chilena de béisbol y softbol, que agrupa a los mejores exponentes de ambas disciplinas, ninguna funciona en alto rendimiento, ya que no existen entrenadores a tiempo completo ni menos implementos para su desarrollo. De esta manera, los equipos participan en torneos internacionales un par de veces al año, obteniendo bajos puestos en las tablas de posición.

De acuerdo con Norge Nuñez, gerente general de la Fechibeis, la lógica detrás del estancamiento local es la falta de recursos, ya que la Federación sólo recibe aportes estatales a través de fondos concursables. El plan para los Panamericanos de 2023, sin embargo, es contar con cuatro selecciones: béisbol y softbol masculino y femenino, siendo el objetivo principal llevarlas a un nivel profesional competitivo.

“La infraestructura para la creación de una liga de béisbol femenina por asociación ya existe, por lo que no debiesen haber problemas”, dice Nuñez, explicando que podrían ocupar la misma cancha de entrenamiento que los hombres. El gerente también menciona que lo que busca hacer la Fechibeis y la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), a cargo del chileno Neven Ilic desde abril de 2017, es replicar el modelo que tuvo Canadá en los últimos Juegos Panamericanos de 2015, la primera vez que contaron con la disciplina femenina de béisbol.

Para lograr este objetivo, se creó un proyecto que busca reemplazar las canchas existentes por cuatro nuevos diamantes, además de la iluminación de dos de las canchas oficiales de juego. Además, buscan contratar entrenadores que trabajen a tiempo completo y comprar material, como bates y pelotas nuevas.

Apasionadas

Vanessa Flores es venezolana y juega en el equipo de softbol Lobas de Santiago, del que además es capitana. Su experiencia se hizo notar rápidamente: hace dos campeonatos se llevó más de tres premios por su participación, tanto en el bateo como en la defensa de su posición en el campo. Flores explica que extranjeros como ella tienen un mayor nivel de juego en el cuerpo, y que pueden aportar al país. “Con iniciativas como ésta el nivel del deporte va a subir, y eso es progreso para el béisbol chileno”, dice la jugadora.

Flores nació en Caracas y juega softbol desde los 15 años, edad a la que decidió ir a vivir con su papá tras la separación de sus padres. “Desde chiquita vi bate y pelota, pero a los 15 empecé a dedicarme a esto. Ahí empezamos a jugar pelota”, dice la venezolana. Hoy vive en Chile junto a su esposo, jugador de béisbol en la liga local, con quien cuida a sus dos hijos pequeños. Por tiempo y desplazamiento, Flores solo puede dedicarse a entrenar con su equipo un máximo de dos veces por semana, muy distinto a cuando jugaba en Venezuela.

Allá representó al estado de Anzoátegui en la disciplina y también fue llamada a la preselección de Venezuela, en la ciudad de Valencia. Solo una vez jugó béisbol de manera oficial, pero dice estar interesada en participar en la selección femenina de Chile para el 2023. Dice que ha estado inserta en el deporte toda su vida y que es lo que le gusta. “Siempre lo que había por ahí por jugar, yo lo jugaba. Estoy dispuesta aquí a aportar lo que sea”, cuenta con una sonrisa.

Otra de las jugadoras que aspiran a formar parte de la futura selección es la chilena Francisca Jaque (26), que a diferencia de Flores, juega softbol desde hace solo tres años. Sin embargo, su vida también ha estado ligada indirectamente a la disciplina. Mucho antes de que ella naciera, su mamá, junto a dos amigas, jugaba béisbol en una cancha de tierra rudimentaria en la comuna de La Pintana, donde vive hasta hoy.

Francisca Jaque, jugadora del equipo Lobas de Santiago, en su turno al bate. Es profesora de educación física y actualmente se desempeña como entrenadora personal. Foto por Sara Alfaro.

Desde los cinco años practicó gimnasia artística y se dedicó a ello a tiempo completo. Llegó a formar parte de la selección de gimnasia del colegio Inmaculada Concepción de San Bernardo y participó en ella hasta los 15 años. Llevaba un año entrenando en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) cuando la rutina comenzó a pesar y se aburrió de hacer siempre lo mismo: ahí fue cuando probó el softbol. “Vine al primer entrenamiento y después nunca más lo dejé. Cuando uno empieza a guantear y a batear, ya se mete en esto”, dice Jaque.

Hoy es profesora de Educación Física y continúa sus estudios a través de un magíster en Entrenamiento Deportivo, y asegura que su formación como deportista la ayudará en la participación de esta selección. “Estoy acostumbrada a los entrenamientos exigentes. Es lo que llevo haciendo todos estos años y quiero seguir. Me imagino ahí: es lo que estoy estudiando, esa es mi área”, finaliza.

Ellas se toman las canchas

Para crear esta selección, sin embargo, no basta con incorporar a quienes ya practican el deporte, sino que se necesita formar jugadoras nuevas. “Buscamos motivar a mujeres y niñas para que se unan a este proyecto. Es uno de los objetivos principales”, comenta Núñez, quien señala que hoy los esfuerzos están puestos en la infraestructura, más que en la formación de la selección.

El ministro del Deporte, Pablo Squella, asegura que existe un presupuesto apartado para este proyecto, ya que las cuatro selecciones mencionadas están contempladas para los Juegos Panamericanos de 2023. “Es un proyecto totalmente viable”, evalúa Squella. Además, agrega que el deporte de alto rendimiento está en las líneas de la política nacional de actividad física y deportes.

El ministro también menciona que la creación de selecciones femeninas, como la de béisbol, está dentro de los ejes principales de desarrollo del ministerio. Squella cree que fomentar la participación de mujeres en el deporte también motivará a los hijos de éstas: las futuras generaciones. “Entendemos que existe un potencial tremendo en esa área que no ha sido explotado como se debe”, reflexiona Squella y sentencia: “Las mujeres están tomándose las canchas”.

Sobre el autor: Sara Alfaro es egresada de Periodismo y escribió este artículo en el curso Taller de Prensa. El reportaje fue editado por Vanessa Dahuabe en el Taller de Edición en Prensa.

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Periodismo universitario, reporteado y escrito por estudiantes de la Facultad de Comunicaciones de la UC. www.kilometrocero.cl