Un año y medio de justicia con perspectiva de género

Tras un año y medio desde su creación, la Fiscalía de Género no solo cuenta con resultados satisfactorios, sino que ha transformado la mirada de los tribunales chilenos en torno a delitos sexuales y violencia intrafamiliar, gracias a la implementación de justicia con perspectiva de género. Hoy esperan seguir mejorando en su gestión y se encuentran satisfechos con los alentadores resultados en el innovador convenio que lanzaron hace seis meses junto al Gobierno Regional (GORE) en apoyo a las víctimas de violencia doméstica.

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12 min readMay 31, 2023

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Por Constanza Álvarez Valdés @__conialvarezvaldes

Editado por @ignaciaserman

12 minutos de lectura⏰

En una de las muchas reuniones que llevó a cabo Lorena Parra, Fiscal Regional Oriente, con sus asesores de confianza para preparar su campaña a Fiscal Regional, surgió una idea al aire, sin pensar que tras un año y medio de gestión sería su proyecto estrella. “Empezó como un ideal, dijimos: ojalá tener una estructura completa, una fiscalía, para investigar fenómenos tan sensibles como la violencia intrafamiliar y los delitos sexuales, un espacio único y más acogedor, con fiscales que quieran trabajar ahí y que entiendan que las víctimas de delitos sexuales y violencia intrafamiliar son mucho más vulnerables, porque están en un círculo del cual no les es fácil salir”, relata la Fiscal.

La Fiscalía de Género nació en diciembre de 2021, de la mano de una nueva gestión para la Región Metropolitana Oriente y llena de expectativas e ideales. Tal como lo había ideado Lorena, tendría una sola estructura en la cual verían las causas de violencia intrafamiliar y delitos sexuales de las comunas de Las Condes, Providencia, Vitacura, La Reina, Ñuñoa, Peñalolén, Macul, Lo Barnechea y La Florida, con la rigurosidad y dedicación necesaria que amerita este tipo de causas, especialmente por el vínculo que se forma con las víctimas, “un vínculo cercano, desde la empatía”, como lo describe ella.

Sin embargo, la gran necesidad que llegó a saciar la Fiscalía de Género era la de hacer justicia en causas tan difíciles de probar como los delitos sexuales, o tan complejas de llevar a juicio al tener retractación de la víctima como ocurre en los casos de violencia intrafamiliar. En otras palabras, era necesario crear la Fiscalía de Género para que llegara a los tribunales chilenos la justicia con perspectiva de género.

¿Qué es justicia con perspectiva de género?

A lo largo de los últimos dos años se ha hecho referencia a este término al hablar de las resoluciones respecto a juicios por femicidio, abuso sexual y violación en múltiples casos que han conmocionado al país. Pero ¿qué significa en la práctica la justicia con perspectiva de género?

En la fotografía, Joanna Heskia. Foto de autoría propia.

Según la abogada penalista y experta en género, Joanna Heskia, “es la metodología, una herramienta que permite poder mirar de forma más profunda la realidad para así identificar todo elemento que puede entorpecer llegar a la realidad concreta, como los prejuicios y sesgos”. En palabras más simples, la perspectiva de género es una metodología que permite a los actores legales llegar a una verdad sin sesgos durante la investigación. “Esta metodología implica por lo tanto comprender que (…) las normas jurídicas no son neutras como nosotros pensábamos”, agrega la abogada.

De esta manera, se deben primero identificar los sesgos y prejuicios que pueden existir no solo en el sistema judicial en sí o en las leyes, sino que además en los actores que involucran los procedimientos legales como fiscales, defensores y jueces.

“En muchos casos existe el estereotipo de que una mujer no puede ser víctima de violación o abuso sexual porque ingirió alcohol o porque llevaba faldita corta o porque había tenido varias parejas sexuales anteriormente”, afirma Heskia. “Pero ¿qué tiene eso con que yo quería o no tener relaciones con un hombre en un momento determinado? Entonces, la perspectiva de género ha derribado estas barreras y se toma en consideración si hubo o no consentimiento en el momento del acto o si, en realidad, fue con intimidación, entre otros factores”, agrega.

Sin embargo, esto no significa creerle a la víctima por el hecho de ser mujer o dejar de ser imparciales, sino al contrario, al implementar el enfoque de género de cierta manera se “nivela la balanza”. Respecto a esto la ministra de la Corte Suprema, Andrea Muñoz, durante la clase magistral “Enfoque de género en el acceso a la justicia” para la Universidad Alberto Hurtado mencionó lo siguiente: “No está en juego, pues, que se pierda la imparcialidad, sino al contrario, la perspectiva de género es una exigencia para superar sesgos que constituyen obstáculos para el acceso efectivo e igualitario a la justicia. De manera que, si magistrados y magistradas no se quitan la venda, y no advierten la existencia de esos sesgos, están poniéndose ellos y ellas mismas en una situación de discriminación, que dificulta el acceso a la justicia”, se lee en la página 20 de la revista Justicia con Perspectiva de Género de la Secretaría Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación del Poder Judicial.

Al pensar en episodios emblemáticos de este tipo de justicia, tanto a Lorena Parra como a la Fiscal Carolina Fuentes, jefa de la Fiscalía de Género, se les viene inmediatamente a la mente el famoso caso de El psicópata de Alto Hospicio, quien entre abril de 1999 y agosto de 2001 violó y. asesinó a catorce jóvenes de Alto Hospicio en la Región de Tarapacá. El autor, Julio Pérez Silva, posteriormente conocido como “el psicópata de Alto Hospicio”, les ofrecía transporte gratis en su taxi a jóvenes del sector, para luego abusar sexualmente de ellas, quitarles la vida y enterrar sus cuerpos en diferentes puntos de la ciudad. Las autoridades locales, en ese entonces, tenían la convicción de que las jóvenes habían dejado sus hogares para prostituirse. Sin embargo, esto se desmintió cuando la decimoquinta víctima de Pérez, Bárbara, luego de pretender estar muerta, logró escapar de un pique minero para denunciar ante Carabineros que había sido agredida y abusada por el taxista clandestino.

Es por esto que para ambas fiscales este caso representa perfectamente los sesgos que la justicia con perspectiva de género busca erradicar de los procesos judiciales. “Existía el prejuicio de que las niñitas se escapaban de la casa, que se iban a prostituir, entonces nadie investigó mucho, nadie hizo nada con la causa hasta que la Barbarita dio su testimonio”, relata la Fiscal Regional. “Yo la verdad es que hasta el día de hoy no me explico cómo logró salir de ahí, sobrevivir a un ataque tan feroz y orientarse en el desierto y lograr pedir ayuda… recién ahí se empezó a investigar el tema, pero hubo mucho cuestionamiento también sobre la investigación”, finaliza Parra.

La víctima ausente

Carolina Fuentes asegura que la perspectiva de género ha sido la gran aliada en el quehacer de la Fiscalía. Les ha traído grandes victorias dado que esta metodología ha sido “bien aceptada por los jueces, al recibir el llamado desde la Corte de Apelaciones a implementarla”, dice. Según relata la Fiscal, anteriormente les resultaba muy difícil llevar a juicio causas en que la víctima no quería presentarse a declarar, o donde los hechos eran muy complicados de probar como ocurre en delitos sexuales. Sin embargo, destaca que ahora la situación se ha revertido, ya que gracias al enfoque de género se le otorga mayor valor al conjunto de pruebas y elementos que forman parte de la evidencia, que en algunos casos reemplazan el testimonio de la víctima. “Hemos conseguido que los jueces logren su convencimiento a través de la ponderación de diferentes medios probatorios diferentes a la declaración de la víctima, como relatos de testigos, informes psicológicos previos y posteriores de la víctima, antecedentes del agresor, declaraciones de familia y amigos, entre otros, que mezclados entre sí cobran gran valor”, señala Fuentes.

Un ejemplo recurrente de casos en los que no se cuenta con el testimonio de la víctima son los femicidios. Uno de los primeros casos llevados a juicio por la Fiscalía de Género desde su creación fue el de María Isabel Pavez, quien fue encontrada sin vida en el clóset de su exnovio el 23 de diciembre de 2020. María Isabel, una joven estudiante de obstetricia, se despidió de su madre el 20 de diciembre para ir a encontrarse con su expareja, Carlos Méndez, a quien había conocido hace un tiempo a través de Tinder bajo el nombre de Igor Yaroslav.

El 2 de junio de 2022, Carlos Méndez, conocido como La Bestia, fue declarado culpable por el asesinato de su expareja y condenado a presidio perpetuo calificado, la pena más alta en el país. “En los homicidios, solo la víctima y el imputado saben realmente qué sucedió, sin embargo, se logró identificar un patrón de conducta del agresor al exponer diferentes pruebas claves y se logró una sentencia condenatoria exitosa”, comenta la Fiscal Fuentes. Entre estas pruebas claves estaban los antecedentes previos de Méndez, quien se encontraba en Chile bajo una identidad falsa ya que estaba prófugo de la justicia mexicana por haber asesinado a una expareja el 2009, Itzel Monroy. Sumado a eso, la declaración de la madre de María Isabel, Lorena Zamora, fue clave ya que permitió identificar conductas poco usuales en su hija, como mensajes pidiendo dinero de inmediato, los cuales posteriormente se descubrieron que fueron realizados por el imputado para comprar un pasaje de escape tras asesinar a la joven.

Además, la causa contaba con otra dificultad, sumada a la ausencia de la víctima y de testigos, y es que el caso se hizo muy mediático y comentado, lo que dejó salir a la luz posibles sesgos que culparon a la misma María Isabel de su trágico destino. Entre ellos, se encuentra el sesgo por actitudes del pasado de la víctima, al sugerir que “eso le pasó por conocer gente por redes sociales” o “eso pasa por volver a juntarse con el ex… por algo terminaron”. En estas afirmaciones, básicamente, se culpabiliza a la víctima por haber decidido asistir al encuentro con el agresor en lugar de otorgarle la culpabilidad a este. Sin embargo, la justicia hizo caso omiso a los sesgos y prejuicios que podían existir sobre la causa.

“En mi caso los jueces y los abogados y todas las entidades que estaban ahí presentes nunca hablaron de que finalmente mi hija merecía lo que le pasó, porque en algunos casos te dan a entender que se lo merecía”, sentencia Lorena, madre de María Isabel. “Este tipo en su declaración dijo que mi hija prácticamente lo había engañado, pero finalmente las cosas no pasaron así, siempre fue honesta ella”, relata mientras seca sus lágrimas. Durante el juicio, la defensa pidió explicitamente que no se mencionaran los antecedentes previos del acusado en su país de origen, ya que como Méndez escapó tras cometer el homicidio, el juicio en México quedó pendiente, por lo que tecnicamente nunca se le declaró culpable. No fue hasta que se conoció el caso de María Isabel que la justicia mexicana pudo dar con el paradero del asesino de Itzel Monroy y solicitar su extradición, la cual fue acogida en su momento por la Corte Suprema con la condición de que se determinara una vez finalizado el proceso judicial del acusado en Chile. Finalmente, los jueces en el fallo y sentencia por el caso de María Isabel decidieron incluir los antecedentes previos de Carlos Méndez, para asi ratificar su responsabilidad de ambos femicidios y otorgarle la pena más alta que existe nuestro país.

“La justicia por mi hija se logró gracias a la Fiscalía y a la misma Fiscal que llevó el caso, quien fue muy cercana en todo momento. Estaba pendiente de si yo no entendía algo o si necesitaba algo, cuando generalmente en estos procesos uno no sabe ni a quién acudir, así que me sentí muy apoyada”, asegura Lorena, quien hoy se encuentra conforme con el resultado del juicio. “Cuando tú pierdes a tu madre o tu padre eres huérfano, cuando pierdes a tu esposo o esposa eres viudo o viuda, pero los padres a los que nos matan a nuestros hijos no tenemos nombre”, afirma Zamora. “Simbólicamente, nos llamamos hermanos en el dolor, somos un grupo de padres y madres víctimas de los femicidios de nuestras hijas o suicidio femicida en el caso de Antonia Barra; este ha sido nuestro espacio para contenernos (…) yo creo que las casualidades no existen, la Mari habría querido que yo ahora me quedara para apoyar a todas las madres y padres que están pasando por lo mismo”, concluye Lorena.

Lorena Zamora en la Habitación de María Isabel. Foto de autoría propia

El futuro

Luego de un año y medio de trabajo, tanto la Fiscal Regional como la Fiscal Jefe afirman que la experiencia ha sido exitosa y hoy, la Fiscalía de Género se prepara para abordar nuevos desafíos para fin de año, tales como la solución de las dificultades que implica la cantidad desproporcionada de causas asignadas por Fiscal y de continuar implementando de manera exitosa el proyecto de la entrevista videollamada para tomar declaraciones en delitos sexuales y violentos. Además, se continúa con la implementación del programa Alerta VIF en conjunto con el Gobierno Regional, el que a seis meses de su inicio “está dando resultados muy alentadores”, según señala Patricia González, Jefa de la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía regional Oriente (URAVIT).

¿En qué consiste Alerta VIF? Consiste en brindar apoyo psicológico y jurídico no penal a víctimas que se encuentran en alto riesgo por delitos de violencia intrafamiliar, ya sea quienes sufrieron de lesiones graves o cuando existieron armas involucradas en su causa. Cuenta de tres pilares, el primero es de intervención y apoyo a las víctimas, donde se les brinda atención psicológica y asistencia jurídica no penal, como tramitaciones de divorcio y pensión alimenticia. Este primer pilar también contempla apoyo a la familia de la víctima e intervención psicológica y social a sus hijos. “Se organizarán capacitaciones para ellas y además se les dará la posibilidad de terminar cuarto medio a aquellas que no pudieron hacerlo, se les dará trabajo. Vamos a formar lideresas, mujeres que han logrado salir de la violencia intrafamiliar y que además nos ayudarán a educar a sus comunidades”, dice la Fiscal Regional.

A seis meses del inicio del programa, el trabajo de este primer pilar se ha concentrado en la atención psicológica de las víctimas, especialmente en que sean capaces de reconocer la gravedad de la situación que vivieron, así como también en la construcción de redes de apoyo entre su familia y amigos. El siguiente paso es comenzar con los cursos y capacitaciones del “programa de lideresas” como le llama la fiscal Parra, el cual esperan comenzar durante el segundo semestre.

El segundo pilar contempla la rehabilitación de los agresores de algunas víctimas, que no tengan antecedentes previos ni reincidencias, que deseen ser intervenidos y cuenten con la aprobación del juzgado pertinente. Es este punto lo que hace tan innovador el programa, pues “nunca se ha hecho algo así, de intervenir de manera integral”, dice Lorena Parra.

Por último, el tercer pilar corresponde a un trabajo comunitario y territorial para la prevención de la violencia intrafamiliar y la violencia contra la mujer. Actualmente, se encuentran realizando talleres de prevención de violencia en las nueve comunas que contempla el programa.

Debido a la atención completa que contempla y a que es un programa piloto, este solo cuenta con cuarenta cupos para las nueve comunas de la jurisdicción de la Fiscalía Oriente. “Al día de hoy tenemos aproximadamente 36 víctimas dentro del programa y de aquí al fin de semana esperamos derivar más para completar los cupos”, establece Patricia González. “Esta atención dura entre seis a doce meses y la verdad es que hasta el momento tenemos resultados muy alentadores (…) en poco tiempo hemos visto cambios significativos en la voluntad de las víctimas de cortar el círculo de la violencia”, agrega.

Esperan durante el resto del año continuar monitoreando el avance de Alerta VIF, para así determinar con qué perfil de víctimas funciona de mejor manera la intervención integral, para focalizar en ellas los cupos que quedan disponibles o se vayan liberando. “Sé que la idea del Gobierno Regional es que si este proyecto va dando buenos resultados, se ampliará esta forma de trabajo como política pública, lo cual sería tremendo, un gran avance”, concluye González.

Al mirar atrás, a Lorena Parra se le hace increíble pensar cómo una simple idea que se le ocurrió junto a su equipo en una reunión llegó a ser el proyecto estrella de su gestión. “La Fiscalía de Género es mi gran orgullo (…) yo creo que va a marcar un antes y un después, pero aún es muy joven para tomarle realmente el peso”. Además, espera que con el paso del tiempo cada región tenga su propia Fiscalía de Género.

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Periodismo universitario, reporteado y escrito por estudiantes de la Facultad de Comunicaciones de la UC. www.kilometrocero.cl