A donde vamos no necesitaremos carreteras
La flexibilidad puede ser un valioso motor de transformación y desarrollo para las personas en empresas que enfrentan esta nueva realidad
Las últimas semanas, por no decir meses, han sido de reflexión y re-pensar muchas cosas. Se habla de la revolución o varias de ellas, en diferentes escalas, pero todas parecen tener algún tipo de impacto en la gran mayoría de las cosas que hacemos. Y hemos hecho un gran esfuerzo por irnos adaptando. Ajustar rutinas o crear nuevas. Hacer la tarea y pasar más tiempo de calidad con las hijas e hijos. Aprender nuevos hobbies. Ponerte al día con una serie o con ese cajón que más vacío o mejor acomodado dejará de perseguirnos en nuestros sueños. Trabajar mejor y buscar el santo grial de la productividad. Quizá en el fondo lo que a gritos hemos buscado es aprovechar el tiempo.
Hace poco más de 80 días nos encontramos con el reto de trabajar desde casa. Para algunas y algunos la dinámica pudo ser algo a lo que estaban acostumbradas. Otras personas se toparon con una realidad paralela. Malabarear y ordenar la estructura bajo la cual deberíamos de funcionar, asegurarnos que todo estuviera en orden en casa para convertirla en un espacio de trabajo. También, malabarear y ordenar el tiempo, aquello que es lo más preciado que tenemos pero que luego podemos llegar a descuidar.
Tanto se habla del balance vida-trabajo, que si existe, que si no existe. Para cada persona es diferente y no podemos ponerlo en un molde para que aplique y funcione igual para todas y todos. La llave que sí podemos dar es la que abre el libro de la flexibilidad, que no está lleno de más llaves, pero sí de opciones y de libertad. De regresar a los valores de la agencia y que el accountability del que tanto hablamos sea nuestra principal bandera, pero que no se separe de la transparencia y de la comunicación, del trabajo en equipo y de la colaboración. Todo aquello que ayude a que existan compromisos personales de lograr los objetivos y dar resultados, de saber lo que implica que no estés o le falles a tu kompañera o kompañero de junto.
Creo que la flexibilidad para que cada persona decida cómo manejar su tiempo es de lo más preciado que podemos tener para que se pueda dar el ideal que buscamos de ser un lugar de desarrollo profesional, pero sobre todo personal. Sí, que la gente tenga los días de vacaciones que quiera. Que en los siguientes meses se tengan semanas cortas para despejar un poco la mente. Y en un futuro no tan lejano, trabajar desde casa de manera muy seguida.
Tenemos que cambiar, y sin una bola mágica que nos garantice resultados, le seguiremos apostando a la gente, al talento. Que la flexibilidad nos permita conducirnos hacia la evolución, y que frente a esa gran responsabilidad, sepamos responder de la misma manera, así como lo hemos hecho hasta el día de hoy.
