Mariel Cortés
Krônicas
Published in
3 min readJun 18, 2020

--

DIARIOS

Todos hemos iniciado, alguna vez, un diario. Éste curioso objeto suele relacionarse con la adolescencia, tal vez porque es justo en este etapa de nuestra vida que queremos decir tanto y decimos tan poco. Como sea, las pocas o muchas palabras que en él plasmamos, son nuestros primeros ejercicios de intimidad.

Es por eso que en estos días de interminable encierro, muchos tratamos de retomar o comenzar un diario personal con el fin de desahogar emociones, reflexiones, miedos, o simplemente como refugio para crear un espacio íntimo donde narremos lo cotidiano.

Entre los grandes diaristas se pueden contar desde Ana Frank, Franz Kafka, Fernando Pessoa, Leon Tolstoi, hasta Andy Warhol. Pero además de escritores, millones de personas han usado esta herramienta para lidiar consigo mismos y con su presente.

Mi caso no es muy diferente. En algún sitio leí que “el diario no es texto, sino discurso”, y ante mi pobre constancia con el hábito de escribir, sentí que debía retratar lo que vivía de otra forma. Es así que comencé esta serie de fotos tomadas durante la época de aislamiento y como un simple ejercicio de soledad. Las imágenes no pretenden otra que cosa que retratar lo que sentía durante estos días.

Ejercicios para no enloquecer tal vez, aunque me gusta creer que tienen algo más. Espero que transmitan al menos un fragmento de lo que yo sentí al momento de tomarlas. Y si quieren ver más de mis fotos de cuarentena (o de otras) pueden buscarme en Instagram @mayemariel.

--

--