¿Qué seremos cuando termine de pasar el tiempo?

Alexis Glez. Caparroso
Krônicas
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3 min readApr 7, 2020

Uno piensa muy seguido en el futuro. En hacer planes, en visualizar y en desear. Luego parece que se le dedica más tiempo que al presente (sean ustedes las y los jueces si eso está bien o mal). Pero en este momento de pandemia global por el COVID-19 es inevitable estar constantemente en ese estado. Hay prisa para que esto termine y de estar en convivencias donde por meses las anécdotas serán alrededor de todo lo que nos pasó durante el encierro; maldito para algunos, una bendición para otros (creo que yo me encuentro en el segundo grupo).

Llegaremos al futuro y espero, deseo de todo corazón, que lo hagamos de la mejor manera. Pero no todo será como antes, esa “normalidad” que ahora cuestionamos hasta la raíz. El COVID-19 ha cambiado de manera radical todo lo que hacemos, sí, TODO; sobre todo eso a lo que le dedicamos una gran cantidad de horas a la semana: el trabajo. Me considero muy afortunado que aunque hay uno que otro sablazo, en Kontrabando hemos confeccionado una armadura lo suficientemente resistente y que si se sangra, se puede controlar. No todos tendrán la misma suerte.

¿Y cómo pinta ese futuro en el trabajo? ¿Cuáles serán las principales preocupaciones? ¿La rentabilidad, los objetivos? ¿La salud y el bienestar de las personas? No creo que sea momento de echar un clavado en las profundidades del cenote llamado economía y capitalismo y orden mundial, pero esto debe de llevar a valorar lo que es realmente importante para que como sociedad y como planeta nos lleven a considerar las mejores formas de subsistir y tener las mismas oportunidades. Claro, utopías. Pero tampoco pensábamos que algo como el COVID-19 nos podría poner de rodillas.

La responsabilidad es mayúscula y representará un gran reto, pero el futuro del trabajo tendrá que replantearse. Hay muchos aprendizajes del trabajo remoto. Tampoco creo que sea posible que algo así se pueda mantener por siempre, no tenemos la infraestructura para sostenerlo, creo yo, además de todo lo que eso implica, ya que sería imprudente no proveerle a las personas cosas básicas como una silla y un escritorio decente, no digamos todo lo relacionado a la tecnología y al contacto humano. Pero estamos viendo cambios en otros servicios como la medicina, donde se están dando consultas de manera remota, incluso atendiendo todo lo relacionado a la salud mental. Plataformas, formales y no, de entrega a domicilio están repuntando y los restaurantes están encontrando otras maneras de sobrevivir. Todo esto es un gran laboratorio de experimentación y no debemos de hacer como que no paso nada y dejar de lado los aprendizajes.

Nuestros paradigmas y prácticas tradicionales deben de tener el mismo cambio que la transformación digital en los días anteriores. Tenemos que ir de 0 a 100 en poco tiempo, otra vez. ¿Qué tipo de trabajos se van a crear a partir de esto? ¿Las mamás y papás que han pasado las 24 horas con sus hijos qué pensarán ahora del sistema de educación, y más importante, del valor del tiempo y la convivencia? ¿Las relaciones sociales? ¿El acceso a la información y la encarnizada batalla contra las fake news? ¿Y la automatización (creo que una máquina no pudo haber tomado la decisión de aislarnos y mantener una sana distancia? ¿La democratización de la educación? ¿Los sistemas de salud? Hay mil cosas que seguramente ya nos están causando dolores de cabeza por lo abrumador que esto puede ser.

Paremos un momento, observemos, ¿qué no nos gustaba antes que ahora hemos podido cambiar? ¿Qué definitivamente era mejor antes que hoy? Tenemos que salir de esto siendo mejores personas, más conscientes de nosotros mismos y de nuestro entorno. Y que eso nos impulse a ser mejores profesionistas. Tomemos las cosas con calma y dejemos de lado todas las presiones. Veamos por el bien común. Creo que esas son algunas de las claves para poder enfrentar el futuro, como sea que venga, y salir librados de la buena batalla.

Las fotos son de Santiago Arau.

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Alexis Glez. Caparroso
Krônicas

“No. Not even in the face of Armageddon. Never compromise.”