Experiencias de transformación en Gobierno Abierto
Innovando en gobiernos de adentro hacia adentro
Solicitar un servicio de transformación es un choque de expectativas ineludible entre los acuerdos de destinatarios o beneficiarios y los nuestros como agentes de transformación.
Es necesario comprender lo más profundo: no sólo la necesidad que nos es solicitada sino cuáles son los supuestos, conocimientos, actitudes y valores que los beneficiarios tienen respecto a sus propias necesidades. Y cuando estamos hablando de transformaciones en gobiernos las complejidades se multiplican porque aparecerán actores que inicialmente están fuera del mapa y que deberán ser integrados al proceso de aprendizaje continuo.
En el caso de una transformación de organizaciones gubernamentales es fundamental conocer un poco de la cultura estatal para anticiparse con hipótesis de trabajo respecto a los supuestos para que luego sean corroboradas o refutadas en la interacción. La ventaja de ser un facilitador que ha trabajado en espacios de este tipo es que el costo de aprendizaje es menor, pero también puede jugar en contra cuando los prejuicios y preconceptos de la propia experiencia con otras organizaciones y otras culturas no son confrontados con la realidad empírica.
El desafío principal en gobierno es la burocracia: no solo la que los ciudadanos terminamos padeciendo como producto de procesos históricos complejos que conformaron a los Estados Nacionales, sino aquellas que las tramas vinculares y relaciones de poder terminan formando como una estructura hacia adentro.
Cuando hablamos de gobierno abierto y las estrategias para aumentar la transparencia de las acciones de los funcionarios como servidores públicos solemos pensar en los ciudadanos como usuarios de un sistema que necesita mayor retroalimentación y participación de parte de los propios ciudadanos, con el objetivo de cumplir las necesidades solicitadas por quienes están siendo representados. Sin embargo, un gobierno abierto tiene que abrirse también hacia adentro. Lo que suele estar más burocratizado son los procesos de toma de decisión hacia el interior de la organización que terminan por impactar en los servicios hacia los ciudadanos. Innovar en las organizaciones no es entonces introducir nuevas herramientas o digitalizar procesos sino cambiar la forma en que se toman las decisiones con y para los ciudadanos desde las personas involucradas en ese proceso.
De funcionarios a facilitadores democráticos
Es por esto que considero esencial involucrar a los actores que serán impactados por cualquier acción que provenga de una “innovación”, para que formen parte de ese proceso de transformación. En una organización tan jerarquizada como lo son los gobiernos, es necesario convocar a las autoridades y directivos de los niveles más altos y los intermedios para que comprendan lo que se está proponiendo como forma de innovar, de lo contrario habrá resistencias sociales y personales que puede que sea demasiado tarde cuando las estrategias concebidas no hayan tenido el impacto esperado. Allí es donde las conversaciones frecuentes y el acompañamiento de facilitadores y agentes de transformación agrega un valor importante. Y esto debe estar desde el comienzo y durante todo el proceso, si no la transformación será un cosmético para maquillar de “innovación” algo que intrínsecamente no está cambiando sino que sólo se ve como una forma más de intentar que cambie algo. Por ejemplo, en nuestro trabajo acompañando al gobierno de Costa Rica con el objetivo de promover prácticas sostenibles de gobierno abierto, pudimos comprender que no era suficiente diseñar un espacio de conversaciones y co-creación con los ciudadanos si primero no tendíamos puentes con las personas que ya formaban parte de la organización, es decir; los propios funcionarios involucrados en las decisiones con quienes aspiramos a co-crear con los ciudadanos. Otro desafío en este proceso como organización que acompaña en la transformación de otras organizaciones fue ayudarlos a que pudieran apropiarse de las habilidades de los facilitadores para que comenzaran a concebirse a ellos mismos como funcionarios a la vez que facilitadores democráticos.
Como parte de las estrategias de transformación social en gobierno abierto es importante también que tanto facilitadores como funcionarios involucrados puedan hablar el lenguaje de los ciudadanos para verdaderamente empatizar con sus necesidades como nos cuenta nuestra colega Lina Prato en este otro artículo. Y con esto no me refiero a la demagogia o al populismo. Si queremos promover democracias más participativas debemos acercar el gobierno a la gente y no esperar a que la gente se acerque a éste pasiva e impersonalmente pagando impuestos, delegando la representatividad democrática en otros actores.
Aprendizajes de transformación en gobierno abierto
En lo que respecta al trabajo de los facilitadores y lo que hicimos desde KUBADILI cuando acompañamos procesos como el de Costa Rica, también aprendimos que es importante que los facilitadores no transitemos solos ese camino: un abordaje de a duplas o “parejas pedagógicas” es una forma de cuidarse mutuamente para que el otro vea distinto donde uno no puede ver por sus propios puntos ciegos y sesgos individuales. Especialmente porque sabemos que el compromiso con la transformación siempre involucra a quiénes estamos acompañando esos procesos. En este sentido, realizar este trabajo en consorcio junto a Accesa, Global Integrity, Ministerio de Comunicación de Costa Rica, Iplex, Indefinido y Costa Rica Íntegra fue algo que nos potenció al acompañar el proceso.
Finalmente, es importante comprender cómo pueden ir mutando los roles que iremos teniendo además del de facilitadores. En mi caso en ciertos momentos me encontré diseñando conversaciones de las que luego no formaría parte y que encuadrarían más con la figura de un “consultor externo”. También en otras ocasiones enseñando o mentoreando a otros profesionales en el arte de la facilitación, y otras veces sí, facilitando conversaciones que eran necesarias promoviendo un entendimiento compartido para alcanzar los objetivos en vista.
Para todo esto ha sido clave el tener acuerdos flexibles de trabajo con los beneficiarios y que pudiéramos ir modificándolos durante el proceso de co-aprendizaje a partir de revisiones periódicas para que se actualicen de acuerdo a los descubrimientos que vayan emergiendo de la interacción. Porque en última instancia la verdadera transformación organizacional quizás no es más que un aprendizaje sobre cómo vamos siendo nosotros mismos con otros cuando trabajamos orientándonos hacia propósitos comunes.
