Haciendo más humano lo virtual

Una colaboración virtual reflexiva puede ayudarnos a sentirnos más cerca a través de las distancias. ¿Qué pasaría si pudiéramos conectarnos juntos online de una manera que se sienta más humana?

Glenn Fajardo
Kubadili
12 min readMay 18, 2020

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[I found out that people have been asking for my piece on Making virtual more human in Spanish. Many thanks to Majo Greloni for bringing this to my attention, and to Guadalupe Verona for volunteering to translate. ¡Estoy agradecido por tu ayuda! After all, not everyone thinks in English :) ]

“Imaginen si mañana — como si fuera realmente mañana, el día siguiente a hoy — hubiera algún tipo de desastre y de repente los humanos solo pudieran interactuar a través de computadoras. Y que no sea claro — o sí — cuándo volverá a ser posible el contacto cara a cara nuevamente. Puede ser por un rato. Tal vez ese desastre es un apocalipsis zombie o un cambio repentino en la atmósfera o algo más.”

Algo. Más. Se suponía que esto solo sería un ejercicio llamado “Humanidad virtual” que uso en mis clases.

Nunca pensé cuál podría ser el escenario más probable: una pandemia global. Mientras escribo esto es marzo de 2020 y el mundo está enfrentando el coronavirus. Stanford ha cancelado todas las clases presenciales en lo que queda del trimestre de invierno y comenzarán en formato online en el trimestre de primavera. San Francisco, donde vivo, ha estado bajo el estado de emergencia por tres semanas.

Creo que podemos hacer que lo virtual sea más humano observando las necesidades.

Estos días son como Staying Alive y Virtual Insanity mashupeados

Es gracioso (NO) cuando tu ejercicio se vuelve demasiado real. Las personas se esfuerzan por hacer que el “trabajo” virtual en escuelas, empresas, organizaciones, gobiernos y comunidades sea rápido. La colaboración virtual fue un tema emergente en las discusiones sobre el “futuro del trabajo”, pero ahora es un tema apremiante en las conversaciones sobre el “presente del trabajo”.

Durante 12 años he practicado la colaboración virtual trabajando con personas y organizaciones de todo el mundo dedicadas al trabajo de impacto social. Me especializo en dar clases y talleres sobre cómo colaborar virtualmente (como Design Across Borders at the d.school).

Sigo aprendiendo cómo la colaboración virtual reflexiva puede ayudarnos a sentirnos más cerca a través distancias grandes. Me gustaría compartir los puntos más profundos que he aprendido hasta ahora y que podrían ayudarnos a sentirnos más cerca en este momento de distanciamiento social.

Muchos de nosotros ahora nos sentimos ansiosos. La incertidumbre nos está poniendo a muchos de nosotros en el modo “¿Qué hacemos? ¿¿Qué hacemos?? ¿¿¿Qué hacemos???”. No sabemos cuánto tiempo durará esta nueva normalidad en la que muchos de nosotros no podemos vernos en persona con frecuencia y tenemos que apoyarnos en interacciones virtuales. Así que los invito a considerar esta idea: ¿Qué pasaría si pudiéramos diseñar nuestras vidas virtuales para sentirnos más humanos?

Creo que podemos hacer que lo virtual sea más humano si observamos las necesidades. Las necesidades son la base sobre la que construimos los cimientos. Si mezclamos la mentalidad de algunos principiantes y la experimentación rápida, puede que encontremos formas de diseñar nuestras propias vidas virtuales para sentirnos más humanos. Exploraremos formas en las que podamos enmarcar y replantear cómo se usan las herramientas tecnológicas existentes que están disponibles en este momento.

En este artículo profundizaremos en:

  • Por qué el trabajo virtual puede ser incómodo (y cómo hacerlo sentir más natural)
  • Cómo habilitar múltiples formas de interactuar y activar diferentes estilos de aprendizaje
  • Cómo cuando “lo virtual es voluntario” puede ayudarnos a diseñar experiencias en línea más atractivas

¡Comencemos!

Bueno… esto se siente raro. ¿Por qué?

¿Alguna vez has estado en una videollamada con una persona y se sintió un poco incómoda? (*Ding, ding, ding, un sentimiento palpable, alerta, ¡puede que haya una necesidad aquí!)

Es como si se estuvieran… mirando… la….cara….el uno… al…. otro. Aún así, cuando nos encontramos en persona, también nos miramos la cara con el otro pero no se siente particularmente raro. ¿Por qué? Podemos aprender algo sobre esta rareza en un espacio adyacente: la edición de películas. ¿Alguna vez te has preguntado por qué funciona la edición de películas? La edición de películas aprovecha la forma en que percibimos las cosas todos los días: la edición emula de muchas maneras cómo cambia constantemente nuestra atención mientras se mantiene la continuidad a través de esos cambios.

Piensa en la reunión en persona más reciente que hayas tenido. Lo más probable es que no estuvieras mirando la cara de una persona durante 30 minutos seguidos. (¡Te reto a que intentes hacer eso!) Ahora piensa en cómo se ven muchos seminarios web: una voz incorpórea que habla sobre un montón de diapositivas. Si no tenemos formas de desviar nuestra atención, podemos sentirnos atrapados y monótonos.

Sobre la base de esta idea, podemos comenzar a enmarcar esto en un desafío: ¿Cómo podríamos estructurar nuestras interacciones virtuales en tiempo real para permitirnos cambiar nuestra atención de manera deseable y natural? Para poder cambiar nuestra atención, necesitamos tener diferentes cosas a las que poner nuestra atención. Tomarse el tiempo para pensar en cómo los humanos interactúan entre sí puede ayudarnos en eso.

(Para llevar: Comprender por qué el trabajo virtual puede ser incómodo nos permite evitar sentirnos atrapados y monótonos y podemos comenzar a diseñar la estructura de nuestras interacciones virtuales para necesidades humanas).

Los humanos interactúan de múltiples maneras

Me resulta divertido cuando la gente me pregunta: “¿Qué herramienta debo usar para la colaboración virtual?”

Imagínense si hiciéramos la misma pregunta para las interacciones en persona:

— Hey, ¿qué herramienta vamos a utilizar para nuestra reunión en la sala 169?
— ¿Pizarron?
— No, esta vez usemos la herramienta llamada “hablar”.
— Genial, me alegro que hayamos tomado una decisión sobre una herramienta. Tal vez podamos usar “hablar” como herramienta de referencia para la colaboración en persona a nivel empresarial.

En realidad no se trata de la herramienta en sí, se trata de encontrar cómo podemos apoyar las formas en que interactuamos. Y como ocurre en persona, probablemente tenga sentido usar varias herramientas para hacer esto. Hay múltiples formas de interactuar en persona. Hablamos y escuchamos. Reaccionamos a expresiones faciales y a lenguajes corporales. Nosotros gesticulamos, bocetamos y visualizamos, escribimos palabras. Ya sea que estemos en el contexto escolar o no, estamos activando diferentes estilos de aprendizaje entre nosotros.

Soportes diversos para interactuar de manera virtual.

¿Cómo podríamos usar múltiples formas de interactuar en nuestras vidas virtuales? Recomiendo comenzar con esto: prueba dos herramientas en combinación entre sí y encuentra múltiples formas de interactuar dentro de esas dos herramientas. Las dos herramientas con las que comenzaría son: 1) una videollamada y 2) “todos editan el espacio digital”.

La herramienta 1, la videollamada, es para que puedan escucharse y verse. Tómense el tiempo para notar las diferentes interacciones humanas posibles dentro de esa videollamada.

Para poder notarlas, prueba estas logísticas:

  • Recuérdales a todos que deben estar en un lugar con una conexión a Internet sólida (¡este empujón ayuda!).
  • Pídeles a todos que se encuentren en un lugar razonablemente tranquilo donde puedan ser escuchados claramente. Fomenta el uso de auriculares.
  • Convierte en norma estar en silencio cuando no se está hablando activamente.
  • Pide que todos enciendan su cámara. Explica que nuestras interacciones son más ricas cuando nos vemos.
  • Asegúrate de que todos tengan sus cámaras posicionadas para que todos puedan ver sus caras. Evita la contraluz y otras sombras pesadas.
  • Que cada uno tenga su propio dispositivo. Es más democrático cuando cada persona está representada visualmente y además puede ver las expresiones de cada persona.

Prestar atención continuamente a las expresiones faciales, tono de voz y lenguaje corporal (¡las manos y los hombros puede decirte un montón!). Considera escribir cosas aleatorias que notes en momentos diferentes sobre las personas para desarrollar tus músculos de percepción. Por ejemplo: “Cuando llegamos al tercer punto de la reunión, ¡la cara y la voz de Kelly se iluminaron de repente!”.

Desarrolla el hábito de “mirar alrededor de la habitación”. Prueba cambiando tu vista cada tanto entre “vista del orador” y “vista de la galería” (nota al margen: para mí la “vista del orador” en una gran cantidad de softwares de videollamadas funciona de forma poco natural. Constantemente destaca a la persona que habla que no es realmente cómo dirigimos nuestra atención en persona. Podríamos mirar principalmente a la persona que habla pero también estamos mirando alrededor de la habitación para ver las reacciones auditivas de los demás).

Experimenta con el movimiento del cuerpo, con formas cinestésicas para interactuar en la cámara. Por ejemplo: puedes designar movimientos corporales para comunicar “aplausos”, “estoy confundido” o “¡eso es interesante!”. El movimiento corporal puede ser una excelente manera de ser expresivo sin tener que interrumpir. Fíjate si incluso puede haber algo de ida y vuelta con estos movimientos.

Movimiento corporal: en la clase Design Across Borders de d.school, ¡hacemos DAB!

Fíjate cómo es cambiar el tamaño de la ventana de la videollamada. Intenta organizar las cosas para que veas la videollamada y el espacio digital de edición de todos al mismo tiempo. ¿Cómo es que afecta a tu percepción poder ver a ambos simultáneamente? ¿Qué se siente al ver las reacciones de las personas mientras trabajan juntas en algo? ¿Cómo se siente enfocarse completamente en uno u otro? Observa cómo se experimenta el “contacto visual”. ¿Cómo te encuentras con la otra persona cuando miras la cara de alguien en tu pantalla y cuando miras directamente a tu cámara?

Hagan recorridos por los espacios físicos de cada participante. Vean si pueden hacerse una idea el uno del otro en tres dimensiones.

La herramienta 2, “todos editan el espacio digital”, es un lugar donde todos los participantes pueden editar cosas juntos en tiempo real, preferiblemente una herramienta que facilita la visualización.

Recomiendo usar una herramienta de pizarra digital, una en la que muchas personas puedan colaborar en tiempo real (yo uso MURAL, que tiene opciones de descuento para uso educativo). Una pizarra digital hace que sea mucho más fácil obtener imágenes, reorganizar cosas, acercar y alejar, y encontrar y seguir a otros participantes en el espacio. Si no puedes acceder a una herramienta de pizarra digital, también puedes usar algo como Google Docs o Google Slides con todos los participantes con acceso de edición. No es tan fluido pero es viable.

La clave es tener algo que puedan mirar y armar en conjunto. No estoy hablando de compartir pantalla aquí. Piensa en algunas de las conversaciones profundas que podrían haber tenido con tus compañeros de reunión durante un viaje rutero o en los altibajos emocionales mientras veían deportes juntos.

Hay algo poderoso en la experiencia de mirar algo juntos y poder compartir nuestras reacciones entre nosotros. Los participantes deben poder editar, participar y moverse de forma autónoma en el espacio. Nos adentraremos en por qué en la siguiente sección.

Quizás te preguntes, ¿qué pasa con el chat/mensajería? A medida que comiences a explorar nuevas formas de interactuar virtualmente, pon el chat en espera. Déjalo a un lado al principio y enfoca tu atención en explorar la combinación de la videollamada y “todos editan el espacio digital” en combinación. Podrás agregar capas al chat más tarde si lo deseas, tiene sus usos, pero estoy de acuerdo con la idea de que el chat tiene menos sentido como el principal método predeterminado de comunicación. El chat es como las papas fritas: sabroso, adictivo y puede arruinar tu apetito por un plato principal más sustancioso. Puede tener su lado bueno cuando se prepara bien, pero no construiría una comida a su alrededor.

Centrarse en el núcleo. Esto incluye las videollamadas, que nos permiten “mirarnos”, y el espacio digital de edición de todos, que nos permite “mirar juntos”.

¡Uf! Hemos cubierto mucho en esta sección, así que recapitulemos:

  • Los humanos interactúan de múltiples maneras.
  • En la virtualidad podemos usar herramientas en combinación y encontrar múltiples formas de interactuar dentro de esas herramientas.
  • Las videollamadas pueden permitir todo tipo de interacciones humanas: hablar, expresiones faciales, movimiento corporal, lo que nos permite compartir pensamientos y sentir las reacciones de los demás. Podemos “mirarnos el uno al otro”.
  • Un “espacio de edición digital para todos” nos permite dar forma a las ideas de manera que podamos ver, reorganizar y evolucionar. Esto nos permite “mirar juntos”. Y si usamos una pizarra digital para esto podemos ser súper visuales mientras colaboramos.

Pero para crear experiencias virtuales que se sientan más humanas hay una cosa más que debemos entender sobre el contexto de lo virtual.

Lo virtual es intrínsecamente voluntario… ¡Abraza eso!

Me han preguntado muchas veces: “¿Cómo hago para que la gente preste atención en una reunión/clase/taller virtual?”. Si encuadras el problema así estás nadando contra una corriente muy fuerte. Si hay algo que he aprendido sobre el contexto de virtual es esto: Lo virtual es voluntario.

Las personas pueden elegir si optan usarlo o no, mental y emocionalmente. Los participantes tienen mayor poder de salida que en persona. Es mucho más fácil estar en las redes sociales, chatear con amigos, comprar en línea, mientras pretendes estar “presente” en una reunión virtual. La motivación intrínseca no es nueva para el aprendizaje, ya sea en persona o en forma virtual, pero es aún más crítica en lo virtual.

Podrías encontrar esto frustrante o podrías adoptar “lo virtual es voluntario” como una restricción hermosa. Creo que es hermoso que prácticamente tengamos que fomentar la motivación intrínseca de todos para hacer que el virtual funcione.

Según la teoría de la autodeterminación, si quisiéramos fomentar la motivación intrínseca debemos apoyar las tres necesidades psicológicas generales de las personas:

  • Autonomía — tener cierto control sobre sus elecciones
  • Competencia — experimentar progresión y crecimiento
  • Relación — estar en relación con los demás

Podemos usar esos tres ítems como guías a medida que notamos necesidades más específicas. Por ejemplo: “quiero poder mirar las ideas de otras personas” o “quiero sentir que estamos moviendo la aguja” o “quiero tener una idea de las reacciones de las personas a diferentes cosas”.

Así que no vamos a tratar de “hacer que la gente preste atención”. En cambio, vamos a ayudar a las personas a hacer algo juntos a lo que quieran prestar atención. Cuando digo “hacer algo” podría ser cualquier cosa, desde “tener sentido” hasta “hacer un plan” o “hacer una cosa”.

La mayor parte de esta actividad tendrá lugar en grupos pequeños, donde las conversaciones pueden ser más íntimas, donde cada persona puede expresar más y sentirse escuchada y vista. (Por ejemplo, si nuestro grupo era de 16 personas, podríamos dividirnos en pequeños equipos de 4 a través de salas de trabajo en Zoom para algunas actividades con cada equipo trabajando en diferentes partes de una pizarra digital para todo el grupo).

Crear nos compromete. Es algo de lo que podemos sentir un sentido de propiedad y autoexpresión. Es algo que puede ayudar a aumentar la motivación intrínseca. Y contribuimos más profundamente.

(Moraleja: “Lo virtual es voluntario” agrega un desafío adicional, pero si podemos aceptarlo es una oportunidad para fomentar la motivación intrínseca de todos para hacer que el trabajo virtual funcione. Una forma es ayudar a las personas a hacer algo a lo que quieran prestarle atención.)

¿Quieres ver cómo se ve en la práctica?

Echa un vistazo a esta pieza complementaria donde repaso una clase virtual de muestra con 16 personas usando Zoom como nuestra videollamada y una pizarra digital MURAL como nuestro “todos editan el espacio digital”. Encontrarás ejemplos de cómo precalentar a las personas, sumergirlas en actividades inmediatas, jugar con ideas, desarrollar puntos clave y reflexionar para capturar los aprendizajes clave.

Cómo podría ser un disparador de ideas en MURAL.

Humano en línea

He observado que muchas personas se acercan a la colaboración virtual con una mentalidad deficitaria donde “nunca es tan bueno como en persona” y terminan con copias tristes y de segunda categoría de experiencias en persona. Para mí esto no tiene sentido. Piénsalo en la dirección opuesta: ¿llevarías una vida en donde vas actuando como en Twitter?

…hay mucho que podemos aprender del contexto en persona que luego podemos llevar a lo virtual. Pero requiere deconstruir, remezclar y sentir curiosidad por el contexto de lo virtual…

Si pensamos como diseñadores aprendemos de diferentes personas y contextos y hay mucho que podemos aprender del contexto en persona que luego podemos llevar a lo virtual. Pero requiere deconstruir, remezclar y sentir curiosidad por el contexto de lo virtual.

Los humanos han estado interactuando en persona durante 200.000 años. El primer navegador web popular del mundo se lanzó en 1993. Por lo tanto, creo que podemos ser amables con nosotros mismos por no haber descubierto lo virtual por completo. Todos podemos ser exploradores y experimentadores con las herramientas disponibles hoy en día si notamos las necesidades, tenemos una mentalidad de principiante y experimentamos rápidamente.

Podemos descubrir algunas formas en que lo virtual puede ser incluso mejor que en persona, comenzar a ver cómo lo virtual y lo hecho en persona tienen diferentes fortalezas y debilidades, y comenzar a pensar en cómo lo virtual y lo en persona pueden armonizarse y complementarse entre sí. Aprendamos cómo ser profundamente humanos entre nosotros, donde sea que estemos.

¿Lo virtual más humano? ¡Me encanta!

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Glenn Fajardo
Kubadili

Glenn helps people to be creative together when they are far apart. He teaches at the Stanford d.school and is the co-author of Rituals for Virtual Meetings.