El contradictorio discurso sobre la diversidad
A partir de que Peña Nieto declaró que iba a impulsar la igualdad de derechos para las personas homosexuales, he notado que cada vez más actores políticos y sociales, cada vez más importantes, van fijando una postura sobre el tema. En otras partes del mundo ya sucedía, pero aquí en México apenas se está poniendo de moda ser incluyente, tolerante y diverso. Y aquellas personas que se atrevan a promover discursos de odio y discriminación serán mediáticamente linchados. Ahora resulta…
Que se me entienda bien: No estoy a favor de la discriminación ni de la homofobia. Todo lo contrario: procuro en todos mis actos y palabras contribuir con una sociedad más plural y abierta a nuevas ideas sobre la sexualidad. Pero yo sé que los actores políticos y las instituciones se mueven por intereses menos nobles, así es la vida.
No puedo evitar, con cierto temor, comprobar que la clase política y empresarial solo apoyan la diversidad sexual porque de algún modo, les conviene. Gays y lesbianas, más en el terreno de los derechos ciudadanos, representan votos, muchos jugosos votos. Pero lo que en esta sociedad cuenta más no son tanto los votos (menos en México), sino el consumo. Si por algo le conviene al Sistema apapachar a la comunidad LGBT, es porque ha descubierto que si les pones unos doritos de arcoiris, los van a comprar. Si les das un comercial para ellos, uno solo, ya te los echaste a la bolsa prácticamente a todos.
Los cambios culturales se presentan muy lentamente en la sociedad. Un Sistema que primero nos dijo que la homosexualidad era pecado y estaba mal, con todo su poderío, apenas unos años después nos anuncia que ni es cierto, que todo lo contrario, y empuja a la fuerza un discurso, sin el respaldo real de las prácticas culturales, es un Sistema incongruente y voluble, que responde solo a sus propios intereses (o de quienes lo dominan), y no a los de las personas que lo conformamos. Pero nos cuesta mucho entenderlo…
Porque, según yo, acabar con la discriminación hacia las personas LGBT entra dentro del mismo costal que acabar con al discriminación de las personas pobres, de los negros, de las mujeres, de los discapacitados, y de todos los disidentes sociales que no tienen un verdadero lugar en el Sistema, sino una función utilitaria y nada más. Para mí no se trata de formar una sociedad más abierta hacia los gays, sino hacia las maneras diferentes de pensar y de vivir. Y de amar.
Fino.