Es hermoso el centro de Xochimilco, cxu ne?

Cambios, cambios, kambios…

Dan Cortés
Laŭ mi
Published in
5 min readJul 4, 2016

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La otra noche, Wardo y yo quisimos hacer las cosas diferente. Fue un momento, simbólico si quieren, pero sumamente significativo, porque quedará plasmado para siempre en mi memoria, por los siglos de los siglos, como un nuevo día, o una nueva noche, en la que me decidí, y me animé, a salir de mi zona de confort.

Sí, ya sé que el argumento está muy choteado, y que suena a discurso motivacional barato, pero es real. Bastó una acción muy sencilla, muy práctica, aparentemente insignificante, uno hubiera pensado que nada sustancial pasaría. Pero es lo que le llaman el efecto mariposa, o una cosa parecida: no podemos conocer, ni de chiste, ni en nuestras más remotas e irreales fantasías, las consecuencias de todas las acciones que emprendemos, por más simples que sean.

El caso es que, todas las noches, Wardo y yo, como la mayoría de las familias mexicanas contemporáneas, antes de dormir, prendemos la tele y nos dejamos hipnotizar por el entretenimiento sinsentido y tecnorupestre del Youtube. Y puede sonarles a cliché, pero esa noche decidimos, en lugar de poner a Chumibebé y su cada vez más soso análisis youtubero, tratar de informarnos de lo que estaba sucediendo en Oaxaca, del conflicto magisterial, y de los graves problemas socio-políticos por los que atraviesa el país.

Y aunque aún no entiendo del todo el complicado entramado político, económico, e incluso sexual, en el que se estructura nuestro actual Sistema de Organización Social (SOS), esa sola variación en nuestra cotidianidad fue suficiente para que mi visión y perspectiva del mundo, del futuro, del presente y de mí mismo, volviera a dar un giro sustancioso. Aún no sé qué tan pronunciado, pero me gustaría pensar que mucho.

Porque ahora sí siento que cada vez estoy más cerca del camino que quiero caminar, y del mundo en el que me imagino viviendo…

Revelaciones y conspiranoias…

Las actividades que durante los últimos meses he venido desarrollando se unen a la cada vez más extensa corriente de eventos que me han orillado al camino al que peligrosamente me acerco, como si todos mis actos habidos y por haber estuvieran, de algún modo, seriados o conectados.

Hay quienes dirán (probablemente yo sea uno de ellos) que es una capacidad innata de las mentes creativas e inquietas (pero muy humildes) como la mía. O incluso vayan más allá, reconociendo en la capacidad de crear secuencias narrativas lógicas y coherentes de los fenómenos culturales que nos rodean, una capacidad natural de la estructura del cerebro humano. Como sea, de alguna manera, termina siendo algo real. Porque, ¿qué es real, si no aquello que nos cuenta nuestro cerebro?

El caso es que, “primero” (por decir algo), fue haber empezado a colaborar en una agencia de investigación de mercados, gracias a mi buen amigo @wikimx. Me parecía que estaba chido al fin poder aplicar mis conocimientos antropológicos, y que me pagaran por ello. Las experiencias que he tenido en sus proyectos, me hicieron preguntarme sobre los fenómenos culturales asociados a las dinámicas del consumo, y cómo es importante que las personas tengamos ciertas ideas básicas de las formas en que consumimos.

Porque actualmente, al menos de este lado del mundo, nuestra sociedad se organiza en torno a las dinámicas de consumo que generamos y de las que participamos, todas y todos. Sin esta experiencia, no me hubiera preguntado por formas alternativas de consumo, y por ende, de organización. No habrían resurgido, desde el fondo de mis entrañas, los ánimos por hacer las cosas de otro modo, por abrazar mis impulsos y sueños anarquistas, por creer de una buena vez en el proyecto en el que llevo años planeando, pero que hasta ahora se han dado las condiciones, los conocimientos, las herramientas y las voluntades para que pueda comenzar a realizarse.

El resto, como siempre, depende enteramente de mí…

Cooperando ando…

Así es como todo confluye en un solo proyecto: La Cooperativa Komune de consultoría tecnológica comunitaria. El sábado pasado nos dieron al fin, en un evento oficial en las instalaciones del @IPN_MX, la constancia de reconocimiento como beneficiarios del programa “Apoyo para el desarrollo de las sociedades cooperativas de la Ciudad de México”, por parte de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo. Esto quiere decir que se nos brindará capacitación pagada, asesoría y todos los conocimientos que necesitemos, además de recursos técnicos y equipo, para conformar legalmente una empresa colectiva, sin fines de lucro, que nos provea a mí, a Wardo, a mi hermano, y al resto de socias y socios, de los recursos económicos suficientes para gozar de una vida digna, donde nosotros generemos nuestras propias fuentes de empleo, y además, ayudemos a fortalecer y reparar el tejido social desde su misma base económica, regresando el valor que merece al capital humano.

Actualmente soy el comisionado de la Asamblea General de la Cooperativa Komune para asistir al curso de formación de empresas cooperativas de la misma Secretaría del @TrabajoCDMX, donde nos están enseñando, a mí y a un selecto grupo de creativos y emprendedores, todo lo que debemos saber para conformar nuestra cooperativa: desde los principios de la economía solidaria, nuestra responsabilidad social como empresas cooperativas, la historia del movimiento cooperativo en nuestro país, hasta el marco legal y los pasos precisas que debemos realizar para constituir legalmente nuestra propia empresa.

Nuestro equipo ya se encuentra trabajando en un par de proyectos como cooperativa, como el sitio web del 14 Festival Internacional de Cabaret, o el sitio web y el diseño de imagen de Via Evento, una empresa familiar de organización de eventos, pero con este apoyo pensamos comenzar a implementar un montón de plataformas y proyectos para que cada vez sean más las empresas, instituciones, cooperativas y grupos o individuos, creativos y productivos, los que podamos formar parte de esta red de vinculación y cooperación, aprovechando y optimizando las distintas herramientas tecnológicas a las que actualmente ya tenemos acceso, pero muchas veces no sabemos o no se nos ocurre cómo implementar en nuestros proyectos. Me emociona que nuestro equipo de consultoría comparta un mismo deseo y aspiración por ayudar a fomentar dinámicas de creación y de consumo más justas, que aporten, aunque sea un poco, en la reducción de la enorme brecha de desigualdad de oportunidades en la actualmente estamos terriblemente estancados como sociedad.

Así que, una vez más, es hora de empezar un nuevo camino… otra vez…

…y las veces que sean necesarias :)

Fino.

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