Cataluña se declara república no democrática

Matt Hassan
Políticamente Incorrecto
3 min readOct 27, 2017

En un arrebato que tomó por sorpresa a la comunidad internacional, el Parlamento de Cataluña declaró de manera unilateral la independencia del Reino de España en la mañana del viernes, y el nacimiento de la soberana República de Cataluña.

Dejando de lado que es considerada ilegal según la Constitución española, la medida es difícilmente legítima, aun para la democracia parlamentaria catalana. Un acontecimiento de tal magnitud, que usualmente exige una aprobación calificada de dos tercios de la cámara, contó en este caso con el voto afirmativo de poco más de la mitad. De hecho, se consideró alcanzado el quorum con menos del 66 % del total de representantes.

La elección, secreta, en papel y por demás irregular, se condice con el referendum de dudoso resultado que la comunidad autónoma celebró semanas atrás, en las que la inexistencia de controles para el establecimiento de mesas condujo a una victoria secesionista del 90 %, resultado solo comparable con el de las elecciones «libres», «abiertas» y «transparentes» de los dictadores africanos en el poder desde hace décadas. Con orgullo, varios catalanes independentistas se mostraron en redes sociales votando múltiples veces en distintos puntos a lo largo del día.

El gobierno español reaccionó pidiendo al Parlamento, y recibiendo de éste, el permiso para intervenir Cataluña, disolver su gobierno y convocar a elecciones. La intervención se lleva a cabo mientras se escriben estas líneas, el gobierno catalán ya se considera disuelto, y no se prevé que la comunidad disponga de fuerzas militares para hacer frente un eventual avance de Madrid.

Mientras que el gobierno catalán de Carles Puigdemont (coalición de Junts pel Sí, nacional-socialista, y Candidatura d’Unidat Popular, comunista) aspiraba a que Madrid aceptara mantener la ciudadanía española -y por ende, europea- de los catalanes independizados, dándoles así la triple ciudadanía catalana, española y europea, las principales instituciones españolas se mostraron inclinadas a cortar todo lazo posible con la región si la independencia se hace efectiva. Incluso los dirigentes de la Liga de Fútbol Profesional afirmaron que los clubes catalanes no podrían continuar jugando con los demás equipos españoles.

Dejando de lado las pérdidas que eso significa para la Liga Española, pero sobre para el fútbol catalán, es imposible por ahora medir el grado de destrucción de pequeñas y medianas empresas establecidas en territorio catalán, no solo porque muchas de ellas dependen de otras comunidades autónomas, sino porque España en sí depende de la importación de bienes primarios para el funcionamiento de industrias y servicios. A pesar de ser el tercer productor agrario más grande de la Unión Europea, España cuenta con un sector primario que apenas equivale al 4 % de su economía.

En síntesis: Cataluña apuró la independencia, España apuró la intervención, ninguna nación soberana reconoce a la nueva república (y líderes como Angela Merkel, Donald Trump, Emmanuel Macron o el mismísimo A̶l̶b̶e̶r̶t̶ ̶E̶i̶n̶s̶t̶e̶i̶n̶ Mauricio Macri ya anunciaron su apoyo al gobierno de Mariano Rajoy), los costos diplomáticos y económicos son peligrosamente desconocidos y el Barça podría terminar jugando en la Premier League o la Serie A, y probablemente sin contar con la presencia de Lionel Messi. Un gran día para la Corona española y Mariano Rajoy. Y quizás Cristiano Ronaldo.

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