Misa Ricotera

En el nombre del Indio, Skay, y la negra Poly.

F. G. Aleman
Políticamente Incorrecto
3 min readMar 13, 2017

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Una vez escuche la frase “Los redondos fueron los más grandes… porque Luca se murió”. En referencia que la prematura muerte del líder de SUMO hizo que el público se masifique hacia los Redondos.

Los tres pesados del rock nacional de la segunda parte de la década de los ´80 eran Soda Stereo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y SUMO. Con la desaparición de este último se polarizó el rock en la Argentina, una suerte de River-Boca musical.

El coctel funcionó para que ambos intensifiquen sus perfiles tan opuestos como el día y la noche. Soda Stereo, nombre corto, pegadizo, dos palabras que empiezan con la misma letra. Así tienen que ser los nombres dice el historietista Stan Lee, creador de Peter Parker, Bruces Banner, Reed Richard, Sue Storm… se entiende el punto.

Por otro lado esta Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, un nombre extenso para la tapa de cualquier cd. Naomi Klein, autora del best seller NO LOGO, diría que es una aberración desde el punto de vista del marketing capitalista. Era esa la misma idea y la razón de su exito.

Soda tocaba en estadios de todo el mundo, y los Redondos solo en bares y antros a los que no se sabía bien la fecha on anticipación, el grupo de Cerati ponía afiches, los del Indio se movían con el boca en boca. Incluso cuando comenzaron a ir a Obras a tocar los fundamentalistas ricoteros lo tomaron como una traición a los principios genuinos de la banda.

Captura de pantalla de Mtv que muestra a que nivel de boludos llegamos como sociedad.

Recién cuando se retiró Soda se abrió el Monumental para los ricoteros. Sin embargo esto fue hasta que Patricio Rey colgó la tuya, y luego vino la separación. Skay bajó un escalón y toco varias veces en la cancha de Obras. el Indio hizo volvió a sus bases, se volvió el mismo un fundamentalista de Patricio Rey, aquel personaje-banda que creo.

Acá se intensifica el problema, porque los redondos, esa banda de contracultura… ya no eran más contracultura, desde 1991 y a finales de los 90 ya era una de las bandas que más convocaba en toda la Argentina. Ellos eran aquella Bestia Pop, que en una época temieron que se convertirían.

En la última misa ricotera, vimos eso que vemos siempre en la Argentina, pero tal vez en este caso y gracias a Patricio Rey, es más fácil de explicar. La contracultura como cultura misma y como ella mata. La cultura de hacer todo por izquierda o a medias. Porque nada puede salir mal. Porque que haya policía, controles, cuidados, requerimientos para ingresar, son cosas de la cultura dominante… y nosotros somos contracultura, nos oponemos a eso ¿no? No hay que ser careta.

Lo que no falta nunca es el negocio, porque la contracultura a fin de cuenta es eso, un negocio. Siempre hay alguien que se beneficia, se ahorra unos mangos por los impuestos, o saca una cometa de algún lado.

Esto no sucede con todas las bandas outsider del mundo… solo con las Argentina, y parece que no aprendemos la lección de que hay que tener controles, de que si el estadio te queda chico hace uno más grande… pero acá el estadio es suelo sagrado, tiene mística. Si la gente no entra… que se aprieten. Como cuando el ascensor señala que esta sobrecargado pero nadie quiere bajar.

El personaje de Patricio Rey cabe dentro de un modelo ordenado de recital, con controles, con servicios y la posibilidad de cuidar tanto a espectadores como a quienes realizan el show, pero si la marginalidad es parte del show, si lo que importa es que la banda toque en un descampado donde no hay nadie, así es imposible.

Ayer fue Callejeros, hoy es el Indio, mañana quien sabe.

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