Tiempo de habas
Siempre asocio la llegada del frío a ciertos sabores, por ejemplo el de las habas, de la misma manera que los veranos siempre van asociados a la sandía, el melón….
Ya se que hoy en día se puede comer melón casi en cualquier época del año o naranjas en pleno verano, son esas cosas de la globalización, pero la verdad es que a mi me gusta comer cada producto en su época. Las naranjas me gustan de la Comunidad Valenciana, digan lo que digan, las de otros sitios no tienen el mismo sabor y si son de mi huerta ya ni te cuento ;-)
Con las habas pasa lo mismo, a mi lo de comer habas cuando todavía hace calor como que no me va, recuerdo a mi madre cocinando las habas en los meses de frío, en su cazuelita de barro, con esos ajitos tiernos….. se empañaban los cristales de la cocina con la diferencia de temperatura.
Hoy me han apetecido habas y las he hecho bien sencillas, como las hacía mi mamina, sólo con ajitos tiernos.
Los ingredientes son pocos, pero sabrosos:
- Habas (cuanto más tiernas mejor)
- Ajos tiernos
- Aceite y sal
Para la elaboración no es imprescindible la cazuela de barro, pero le da un sabor especial:
- Pelamos las habas y las lavamos.
- Pelamos los ajetes y les quitamos un poco de rabo.
- Ponemos la cazuela al fuego con el fondo cubierto de aceite y doramos los ajetes con mucho cuidado porque se queman con facilidad.
- Una vez estén pochados los ajetes incorporamos las habas y ponemos sal.
- Dejamos que se hagan a fuego medio/bajo con la cazuela tapada y removiendo de vez en cuando.
El tiempo dependerá del tamaño de las habas, por lo que debéis procurar que sean lo más parecidas, en caso contrario para que se hagan las gordas las pequeñitas nos quedan un poco pasadas.
Lo ideal es hacerlas justo antes de comer para que no se nos arruguen mucho, si os quedan hechas también podéis aprovecharlas para hacer una tortilla, un hojaldre relleno de habas o incluso para un bocata, uno de mis preferidos es el de habas con mayonesa, antes de asombraros os recomiendo que lo probéis porque la primera vez que se lo dije a mi marido me miró como diciendo “qué?”, cuando lo probó le encantó.
