Sensibilidad y desarrollo
Una de las principales cosas que aprendemos en la escuela de diseño (no estoy segura de que pase en todas las universidades, en la mía sí) es que, antes de diseñar, tienes que entender el problema de comunicación que vas a resolver.
No importa si tu cliente quiere un volante, un sitio web o un edificio inteligente de 60 pisos; lo primero que tienes que entender son sus necesidades, el por qué quiere llevar a cabo ese proyecto.
Si quiere ganar más dinero, si quiere vender más productos, si quiere alcanzar a más gente, escribir más libros, salvar al mundo, conquistar otra galaxia. Esas necesidades son más importantes que el diseño mismo.
El diseño sale de esas necesidades. La ejecución es otra historia.
Si eres de esos diseñadores que cree que la forma está antes que la función estás condenado a morir en el olvido porque, temo decirte, tus diseños serán desechados en cuanto no cumplan con su misión que es resolver un problema, no solo verse bonitos.
