Sobre la imposibilidad de escribir pensando en otra cosa

O por qué dejé de escribir tanto tiempo

Susana Zavala
La esquina feliz
2 min readMay 29, 2015

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Heme aquí, escribiendo de nuevo luego de pasar varios meses tratando de fijarme un tema sobre el cuál escribir.

La última vez que publiqué algo en forma debió haber sido cuando tenía lunarum.tk, el blog aquel donde vaciaba, cada tantos días, ideas random y sueños que llenaban mi mente aquellos días. Puede ser que hayan pasado más de 5 años.

Durante todo este tiempo, siempre que me planteo volver a escribir lo que sea termina por no fluir, me da flojera, me frustro o lo que sea y entonces no lo hago. Recapacitado un poco sobre el por qué escribía tan fluidamente antes me he dado cuenta de que, primero, lo utilizaba como un ejercicio de catarsis; luego, no tenía un interlocutor como lo es Fabián y entonces tenía que contar las cosas que pensaba, en forma de metáfora o ficción, para sacarlas de mi sistema –o procesarlas, quien sabe.

Lo volátil

Siempre he tenido problemas con la ensoñación. Puedo concentrarme largos periodos de tiempo haciendo algo –programación web, por ejemplo– pero el cómo funciona mi mente es extraño. Mi atención y acciones prácticas están puestas por completo en lo que estoy haciendo, pero mi mente divaga, y mucho. Siempre tengo un lugar feliz al que ir o estoy dándole vueltas a una idea. Siempre.

¿Qué pasa con esto cuando escribo? Pues que para escribir debo congregar mis ideas en un solo lugar, nada de divagar ni soñar despierta. ¿Qué pasa con esas ideas random que tengo? Tal vez, otra de las razones por las que no he escrito nada es porque, en algún momento de madurez creativa, decidí –estúpidamente– que debo escribir sobre algún tema específico. Pero mi forma de organizar lo que pienso no funciona así.

¿Cómo podría concentrarme en un solo tema si divago como lo hago? Pues no puedo. Entonces, no escribo.

De elefantes psicodélicos

Así pues que me decido a escribir sobre lo que sea, a modo de ejercicio creativo o de lo que sea, para dejar salir todo lo que traigo en la mente cualquier día.

Que no extrañe entonces si hablo de todo o de nada en concreto. Total, no escribiré para ganar un Nobel, sino para dejar un registro de tantas cosas que pienso.

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