Carta abierta: Una mandala no es propaganda

Esfera
La Gran Bola
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8 min read6 days ago

Hoy me ha dado por hacer limpieza veraniega digital (redes sociales) y física. He limpiado estanterías de bocetos antiguos de mi época trabajando de diseñador gráfico. Pese a mis nulas esperanzas en mi futuro laboral, no he sido capaz de tirar todo a la basura como me suele gustar hacer. Seré muy dramático, pero no particularmente atado al pasado.

Cada cierto tiempo me gusta romper algunas cosas del pasado, incluso con los juegos físicos me pasa (vendiendo la mayoría de mi colección física ya a estas alturas). Aunque admito que con los juegos físicos suele ser una mezcla de comodidad, piratería, y reventa por comprar algo de segunda mano que vea más práctico.

Mi familia se ha burlado más de una vez de mí por aprender cosas vía Los Simpsons (de manera jocosa, nada que me traumatizase, relax). Una de tantísimas cosas los mandala budistas. Su filosofía de invertir tiempo en algo, al tiempo que aprendemos a desprendernos. Quedaría bien si dijese que mi tradicional limpieza es un intento tímido por imitar eso… Pero no. Limpio porque veo papeles mal guardados ocupando espacio de forma ineficiente, pero tampoco veo sentido a mantenerlos conmigo una vez cumplida su función. No me considero sentimental, pero igual por albergar secretas esperanzas de volver a trabajar de aquello que estudié; quizá sea el motivo para no tirarlo todo en un arrebato. Para mí la limpieza supone espacio.

En nuestra sociedad el acto de limpieza tiene significados más profundos que, mandar a la mujer a hacerlo porque alguien le diga que su sitio es el hogar (como los extremistas exclaman con su verborrea machista belicosera). En el mundo de las personas con una o más neuronas, significa el acto de iniciar un nuevo capítulo, dejando atrás una parte nuestra. Según los budistas, la limpieza del mandala refleja la brevedad de nuestra existencia. Brillantes momentos en el tiempo creados con el esfuerzo de nuestra ascendencia, destinados a borrarse en un segundo. Ello da valor a nuestro presente, según el budismo. Una llama es más bonita cuando puede tener un momento de esplendor, en lugar de mantener sus brasas hasta el fin de los tiempos. Por llevar esto a la especialidad del blog, es el dilema del final de Dark Souls. ¿Te sacrificarías por mantener algo prácticamente extinto solo porque ha existido más tiempo, o apuestas por ese nuevo capítulo? La novedad no siempre es la respuesta, de igual forma que las tradiciones preservan valores y principios del pasado. Ambas cosas tienen sus ventajas y desventajas.

Vamos a reconducir la conversación hacia el tema en cuestión desbloqueando un recuerdo. Cuando era una mera canica, siempre llamaba a la política española “arqueología política”, por los fósiles que salían en la tele. Nuestros Trump vs Biden, antes de Trump vs. Biden. Pero ahora hecho algo de menos esa arqueología en vista de la falta de civismo entre políticos. Visión probablemente MUY sesgada por desinformación autoconsciente, como quién llama a Nintendo la Disney del videojuego sin ser consciente de sus trapos sucios las primeras décadas de la NES/SNES para construirse un nombre. Por ejemplo intimidación y coacción a tiendas locales e incluso franquicias jugueteras por forzar tratos preferentes.

Con las mejoras de internet y registro de todo, es más habitual cazar casos de corrupción, malas prácticas, actos cuestionables y demás etcéteras de figuras políticas relevantes. Quizá por ello, cada vez se muerden menos la lengua, mostrando una chulería impropia de aquellos políticos que nuestros padres pudieron ver como mejores. Porque el pasado siempre será mejor que el presente, y lo viejo mejor a lo nuevo. E igual por el entorno en el que me crié, yo compartía esa visión. Da igual que sea un hijoputa de puertas para afuera; si viste bien, sabe de lo que habla y muestra cierta “deportividad” en su carrera política.

No me gusta meterme en política, porque de normal no me interesa a quién le haya terminado tirando el voto. Uso mi derecho al voto aunque, como los impuestos, luego no sé qué harán. Al menos uso miúnico poder, solo faltaría ser de esos pesimistas que hacen el teatrillo en las urnas rompiendo el voto (pobres de la gente en las mesas soportando a esa gente). De no ejercerlo, ¿Qué otra cosa podemos hacer por la sociedad? ¿Borregismo? ¿Hacer de nuestra casa un fuerte que ignore los vaivenes de la sociedad? De eso ya se está encargando el nacionalismo forjado por las últimas personas por genuino interés por la nación: Los porteros de discoteca, asignados por la gracia divina dictaminando qué es y qué no es de su tierra.

El pasado 21 de julio Biden publicó su renuncia a la carrera política contra Trump, haciendo que a efectos prácticos Trump gane por defecto; haciendo el teatrillo del disparo inútil (con el simbolismo de la oreja que los Simpsons ya predijeron hace tiempo).

Es increíble como hasta las temporadas más pochas, conservan parte de la capacidad de seguir siendo nuestro Nostradamus de andar por casa.
El caso es que mientras traducía aquella carta; me vinieron flashbacks de los años preCOVID, de la toma del capitolio, el desastre de la frontera con México que afectó a tanta gente, toda la validación por actos contra el colectivo LGTBIQ+, etc. Una pesadilla de cuatro años cuyo epílogo fue un payaso con tupé juzgado por robo de información comprometedora del gobierno… ¿Ahora ese será el líder de una de las naciones más poderosas del planeta? Esta vez, cuenta con titiriteros profesionales capaces de dar vida a los peores temores imaginados en su pasada presidencia. Un panorama estremecedor se nos viene encima.

Les ha costado, pero los extremistas han demostrado un uso efectivo tanto de internet como psicología esta última década. Aplicaciones de citas discriminatorias, nazis en la calle que la policía prefiere no arrestar (porque decir que están a favor sería muy descarado a nivel de marketing), vender el concepto de las esposas tradicionales (tradwifes) como el único modelo de mujer correcto (o como la tv lo llama: la novia perfecta), nuevas corrientes y terminologías que llegan a nuestras orillas, a las que los más retrógrados abren las puertas por sus promesas de eliminar las moderneces de nuestra sociedad (el enemigo de mi enemigo es mi amigo).

Muchos frentes se abren, mientras las redes no dejan de empeorar, disgregándonos. Un mundo bobo, que antaño nos unió buscando nexos fuera de nuestras barreras geográficas, ahora nos disgrega por un montón de palurdos a gusto metamorfoseando el mundo de manera telemática. Cualquier diferencia con respecto a la sociedad de los años 40, para esta gente es una ofensa. En concreto el discurso de promoción de las Tradwife está generando una propaganda negativa contra las demás. Literalmente es el meme de los Simpsons y el museo de Edison, pero con maridos casposos deseando una madre, sierva y niña que cepillarse, en un discreto y menudo paquete. La llamada novia perfecta.
Ya tuvieron que aprender una vez cómo funcionaba la vida, ello se lo han transmitido a sus hijes ¿Y deben aprenderse cosas nuevas ahora sólo porque unas piradas de pelo azul tatuadas se lo impongan? ¡Los extranjeros a su tierra, las mujeres a la cocina, y los gays/lesbianas a la cárcel penados con garrote vil por su “enfermedad”! Y si eres un chico que no se ajuste al perfil, pues a la mili a que hagan un hombre de ti ¡¡Y punto!!

https://x.com/DavidVelduque/status/1814199308763177030

Décadas de progreso tratarán de ser sofocadas en el planeta con el alzamiento de extremistas (no todo está perdido en Europa, ahí están Francia e Inglaterra). Su idea es reconquistar la opinión mayoritaria, para ser quienes tengan la sartén por el mango. De este modo será la propia sociedad la que trabaje a su favor. Muchos omitirán ciertas opiniones, por no entrar en ciertas polémicas. Como ahora, pero con matices.

Según los extremistas, cuando les famoses lo hacen ahora, es porque la democracia fuerza la autocensura. La opinión pública mayoritaria ha comprado ciertos discursos, los cuáles dan carta blanca a colectivos que ni la merecen. Les gusta eso y quieren tenerlo solo ellos.
Todo para decir que nos callamos cuando un comentario nos puede poner en una posición desfavorable. ¡Menuda novedad! Sino, que pregunten a la selección española. Unos jugadores que no quisieron opinar en relación a un beso no consentido, porque “ellos no hablan de política”, pero luego te suspenden el Gran Prix para sacar por televisión esto:

Cada decisión, cada paso, cada huella dejada en nuestro camino dibuja el mandala que define nuestra existencia. El tiempo lo borrará, siendo imágenes cada día más borrosas en nuestres más allegades. Nuestra existencia es efímera, nuestro tiempo limitado, nuestro papel en la sociedad ínfimo individualmente. Sin saberlo a veces, caemos en un borreguismo que da poder a la gente por seguir sus palabras/actos a pies juntillas. Bien sea un influencer, futbolista, político, rockero, o cualquier otra figura influyente. El ser humano es un animal social. Nos puede el sentimiento de pertenencia que llena pequeños resquicios de nuestra vida. Ser fan de los juegos, deportes, alguna serie popular, política, etc. A veces es buscando pertenencia, otras mejor estatus social, trato preferente, carta blanca para denigrar a gente que consideras inferior a ti (por motivos sociales, económicos, etc.), o quizá es luchar por algo en lo que crees y te llena de vida defenderlo. Es difícil evaluar persona a persona. Dicho esto, que es muy humano, no creo que debiera ser lo único que definiese nuestra vida.

Recuerdo sufrir una pequeña crisis de identidad acabando la carrera pensando que era el típico frikazo gordo amantes de las monas chinas genérico como el de South Park. Cambia la camiseta de Dragon Ball por una de Batman y me hubieran podido tener como extra en Big Bang Theory. Cuando pensé en qué más cosas era, nada vino a mi cabeza. Mi mandala pudiera estar hecha enteramente de recortes de imágenes de Goku & company (con algo de One Piece por ahí). Frecuentar ciertos círculos demasiado, te lleva a determinadas corrientes de pensamiento sin darte cuenta. Te vuelves unidimensional. No aleccionamiento, quizá más involuntario pero igualmente nocivo. De ahí que muchos fans de las monas chinas en Twitter tengan banderitas españolas asociadas (también porque Japón es más machista en su identidad como país que Abast-ardo.
No todo el mundo es así, pero es fácil dejarse influir si persigues ese sentimiento de pertenencia. El problema es cuando define tu persona. Nuestra existencia es breve y efímera como sugiere la mandala ¿Vamos a desperdiciar nuestro momento en el universo, ayudando a gente que jamás se interesará por nosotros directamente? ¿A gente que nos quiere ver acuchillarnos si con el espectáculo gana unos euros extra? Mejor vivir por nosotres mismes.

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Un tipo que se dedica a escribir sobre su hobby porque no hay humano capaz de aguantar su turra en la vida real.