Minireseña — No One Lives Forever

Esfera
La Gran Bola
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7 min readMar 26, 2022

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Abandonware es como se llama a esos juegos que ninguna compañía recuerda ya salvo sus fans. En este mundo de constantes remakes/remasters que substituyen a productos antaño famosos para actualizarlos con un nuevo lavado de cara…

A veces no vemos los títulos que se quedan en la cuneta, cuál perrete abandonado en la carretera, esperando que venga su estudio para darle una nueva oportunidad en el mundo. No One Lives Forever es uno de tantos. Un juego con una mujer de recursos alzándose en un mundo de hombres, tanto en los videojuegos como en su propio mundo de espías; con una gran ambición tanto en escala como a nivel tecnico… Que se acercó demasiado al sol por su propia ambición. Perdonad el tono poético (quizá pedante) pero es digno de tragedia griega lo que sucede con la agente Carter.

En la guerra fría, el espionaje fue uno de los reyes indiscutibles en la ficción. El mítico James Bond nació en esta era donde lo crucial era obtener información del enemigo sin importar los medios. El espionaje fue un filón en cine y literatura con grandes obras de intriga más allá del británico… Y en los 90 alguien decidió parodiar todo aquello con Austin Powers.
No One Lives Forever recoge el testigo de Austin Powers en los 2000, pretendiendo hacer su versión femenina, dando la vuelta a la tortilla (o eso creí). Si Austin representaba el humor más rancio imbuído por la perpetua actitud machista inherente en la saga del espía más mçitico del cine, Cate Archer machacaría ese mundo de hombres con su afilada lengua. O extralimitándose en sus funciones como operativo de la organización de espionaje Unity (el MI6 de este juego), probándose como una espía tan o más capacitada que sus compañeros varones de profesión.

Indagando un poco, resulta que no. Pese a todas las similitudes (estilísticas sobre todo) resultó que las inspiraciones de Monolith vienen de Bond y la película “Flint Agente secreto”. Puro cine de espías con el típico prota masculino. Al final se decantaron por ponernos en el papel de una mujer. Algo MUY raro no ya en la época, sino incluso el género de espías. Las mujeres solían ser o una “femme fatal” o damisela en apuros. O como estaba Archer, una agente de campo realizando tareas menores.
Archer nació en una familia de clase alta, pero por circunstancias de la vida; acabó tomando una vida de robos, empujada por la caída en desgracia de su familia. Todo cambiaría con Bruno, quién en lugar de detenerla, quiso poner sus habilidades al servicio de la justicia. Vio potencial en ella, que quiso aprovechar en la organización de espías para la que trabajaba, Unity. Siendo la primera mujer espía en un mundo de varones, tenía una montaña de machistadas y prejuicios ante ella. De ahí que terminase en tareas menores. Algo frustrante, cuando buscaba demostrar su valía. Pero todo cambiaría con una llamada al busca.

A priori no suena como una parodia del “Mi6”. Eso es porque no es totalmente una copia de Austin Powers. Sí, la comedia está presente, los personajes estrambóticos esterotípicos, los entornos sacados de esas visiones futuristas estilo “el mundo del mañana, hoy” de los Jettson; incluso la conducta misogina contra Archer. Pero esa es la idea de esta parodia que pone a la prota en una constante posición desfavorable, Archer resulta el esqueleto de toda la saga. Los diálogos rezuman personalidad, con momentos serio que se te quedan. El esfuerzo de Monolith por darnos una IP inteligente (a ratos), genuinamente única, hace que supere a sus inspiraciones (en mi opinión).

Todas estas alabanzas palidecen en cambio, cuando afloran los accidentes constantes de No One Lives Forever. No es de extrañar considerando que tuvo un desarrollo tumultoso. Ya venían de un juego cuyo desarrollo supuso muchos problemas al estudio (SHOGO: Mobile Armor Division ), así que Monolith pensó en esta nueva IP como en algo con un tono más ligero. ¿Para liberar presión, quizá? Pero con algo potente entre manos, quisieron hacer un juego que pudiese mirar de tú a tú a Half-Life… Y lo consigueron (en parte). Si juegas este título como a Wolfenstein en lugar de Dishonored al menos. El sigilo no es el punto fuerte de este juego, pese a darte herramientas que lo faciliten. La I.A. suele ir a machete, siendo muchas veces despejar el área de enemigos activando las alarmas la opción recomendable. Luego siempre puedes activar (en la versión de PC) los cheats (códigos) del juego como “mpWonderbra” para recargar tu armadura/chaleco antibalas, o “mpDrDentz” restaurando tu salud. O mi favorito “mpKingofTehMonstars” (sí, Godzilla) para tener a tu disposición todo el equipo del juego. Que hablando de ello, manejar el inventario resulta obtuso cuanto menos. No pude asignar teclas rápidas a mi equipo (armas y artilugios), porque cambia de misión en misión. En parte esto se hace para dar algún incentivo de rejugabilidad para volver a una misión con un objeto concreto, pero tu recompensa no es más que alguna nota adicional, plano, maletín o carrete (que aportan algo de atmósfera con su humor, con sus notas intrascendentes en el argumento).

Más enfrentado me tiene el diseño de niveles, siendo un reflejo de la ambición de Monolith. Pasaron de tener un Bond clónico, a un producto único gracias al personaje de Cate Archer. Ello les empujaría a ser ambiciosos con escenarios sinuosos, enormes en escala… Aunque confusos. Hay una misión que te tiene recorriendo 20 habitaciones en 3 pisos con oficinas, hasta conseguir entrar en el cuarto correcto para activar un panel secreto. Por otro lado, los escenarios son tan diversos como esperarías en una película de espías. Vas a los Alpes, la selva, oficinas de una empresa aparentemente normal, una discoteca alemana, un complejo espacial, etc. Conduciendo a veces una moto (que no es cómoda de manejar con el teclado). El pack de película de espías lo cierra tu arsenal de artilugios: Perfumes somníferos, pintalabios explosivos, una pinza del pelo ganzúa, la hebilla gigante de tu cinturón hace de gancho como en los Zelda, un zippo soplete, etc. Encima algunos tienen doble función. Por ejemplo la pinza para el pelo puede usarse en combates a corta distancia aportando una generosa dosis de veneno a la masilla de turno. Lastima que No one lives forever sea obtuso a veces, ya que sus gadgets darían para mucha rejugabilidad.

No puedo evitar pensar que la agente Archer es una antecesora de Corvo o descendientes de otros FPS de sigilo como Thief… O pudo serlo, de prestarse el juego.Problemas con la I.A., un inventario obtuso de manejar por la falta de asignación rápida, necesidad de acomodar los controles o la navegación poco intuitiva por niveles construidos pensando en el uso que les darían los personajes y menos como nivel de un juego (que no es necesariamente malo, pero sí menos intuitivo que los FPS más lineales de hoy), etc. Asperezas que de solventarse en un remake en VR, podrían llegar a dar un juego bastante notable. La excusa perfecta para meter a muchos “G4M3RS” en el rol de una mujer y aguantar las machistadas de turno.

Independientemente de lo anterior, Monolith también debió mirar de reojo al Goldeneye de Rare del 97. El gunplay de No One Lives Forever es muy satisfactorio, al nivel de lo mejor de la época (sí, incluso Half Life probablemente). El pequeño retroceso, la mirilla telescópica moviéndose por el pulso de Archer, el silbido de las balas, el impacto en los lacayos con animaciones llevando la teatralidad exagerada de las películas a sus animaciones de muerte (como haría Crash imitando a las de los Looney Tunes), etc. Incluso puede verse en los espejos del juego la manera que la propia Carter lleva estas armas o recarga las armas. Pequeños detalles así, denotan la buena mano de Monolith a pesar de los problemas técnicos. Siendo justos, las hitbox son algo generosas al apuntar a la cabeza.

Ya podría concluir la minireseña, aunque quería antes comentar brevemente mi parte favorita. No One Lives Forever está ambientado en la Europa de los años 60, y no desaprovecha ni una ocasión en decírlo. Cada nivel presta mucha atención al detalle, más haya de detalles como animaciones de los enemigos rodando por las escaleras al matarles o girando sobre su hombro y apuntarte apoyados en una rodilla (puramente peliculero). La ambientación cuenta con cuartos decorados como lofts respetando el diseño de producto contemporáneo (lámpara, sillas, alfombras, etc.), influencias arquitectónicas de la escuela Bauhaus, los patrones naranja y marrones en la ropa, El pop-art de Warhol, botas con plataformas, vestidos con cinturón… Incluso detallitos como modelar una fiambrera y termos, o alguna textura con un cenicero, saliendo humillo. Mi detalle favorito son los carteles en la discoteca alemana en donde se nos introducen a dos de los antagonistas del juego; la Montserrat Caballe germana Wagner y el escocés belicosero Armstrong. Se nota que Monolith puso mucho empeño con ese rollo costumbrista de las masillas que acribillaremos en cada nivel.

No One Lives Forever es un juego atrapado en un limbo legal, que hace difícil jugarlo hoy sin recurrir a la piratería bajando el juego adaptado por los fans (y traducido por Clan-D). Pese a que no es complicado de bajar, os ahorraré la molestia diciendo “vedlo por youtube”. Me ha gustado el recorrido por el juego, usar los cheats… He disfrutado pese a ciertos momentos engorrosos. Pero no es algo cómodo de jugar, ni aún haciendo concesiones.

Pero esto no ha terminado, porque un tiempo después, Monolith volvería a intentarlo con una segunda entrega. Veremos si la agente Archer, ya considerada superespía con todas las de la ley, da una segunda entrega que subsane sus fallos.

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Un tipo que se dedica a escribir sobre su hobby porque no hay humano capaz de aguantar su turra en la vida real.