minireseñas — Horizon Zero Dawn

Esfera
La Gran Bola
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7 min readNov 23, 2019

No sé si alguien se acordará, pero este es el juego que más me recomendasteis jugar cuando pregunté en una encuesta hace meses (siento el retraso). Tras mucho retrasarlo, por fin tuve el margen de tiempo suficiente para jugarlo y… Creo que es la mejor nueva IP (nueva franquicia vamos) que ha salido en esta generación.

Creo que lo más fácil sería empezar hablando de lo más evidente que es el mundo de Horizon. Fácilmente uno de los más bellos que he visto nunca, además de denso (y vacío por sus desiertos). Cada rincón se nota que ha sido desarrollado con cuidado, no como otros mapeados llenos de kilómetros de nada. Desde los asentamientos de los Nora, las instalaciones subterráneas del proyecto Zero Dawn, las ropas de los Osream, la cultura Carja, etc. Todos estos factores generan un mundo que es de todo menos genérico. Un mundo colorido con detalles interesantes en cada esquina. No por nada este juego cuenta con un modo foto que simula las opciones de una cámara réflex. Se nota que la gente de Guerrilla estaba muy segura de su producto, visualmente al menos.

Curiosamente este resulta ser uno de sus mayores problemas, ya que si bien visualmente es un espectáculo de lo más colorido, en las cinemáticas corriendo con los modelados del juego… La cosa cambia. En los diálogos de las misiones secundarias (e incluso algunas de la historia principal), no paraba de ver saltos y pequeños bugs que me recordaban a Fallout 4. Plano contra plano de personajes hablando y moviendo la cabeza, pero sin hablarse realmente. Dos monigotes mirando a la nada con espasmos musculares básicamente. Muy bonitos y bien modelados (al hablar parece que el juego les pase una capa de Photoshop que los deja espectaculares); cosa que choca con los bugs gráficos que comentaba. Es mi gran pega con el juego, que no dejaba de desconectarme.

Al margen de los gráficos, la mejor baza del juego creo que es lo coherente que es con su contenido. Antes comentaba como el mapeado no aspira a ser “X veces el tamaño de Skyrim”, sino que cada localización tenga sus particularidades. Lo mismo puede aplicarse a las misiones secundarias. Aunque no son muy diversas, todas cuentan una historia decente que te hace interesarte más por este mundo obra de Guerrilla. Un rey cautivo junto con su madre por una secta, una chica que ha perdido la lanza de su difunta madre, un hombre que habiendo perdido a su hermana debe liderar un ejército, dos comerciantes peleando por llevar un negocio, un bastardo de una familia usando las máquinas para heredar sus bienes, etc. Igual es por lo fuerte que me ha atrapado el juego y no sentirme abrumado por 700 misiones en un mapa, pero he terminado haciendo muchos porque me lo pasaba bien. Básicas, sí; pero ninguna la veo tan simplona como “matar X enemigos” o “conseguir X” (muchas misiones así). Quizá es el trabajo en el contexto lo que las hace más tolerables. No cambian las acciones, sino las motivaciones.
Sin embargo lo más curioso es que no te pagan por hacerlas. Recibes cajas con materiales(el trueque es la base económica del juego). Finalizar una secundaria no te aportará un céntimo, la ayuda es desinteresada. No obstante, te dan bastante experiencia y los materiales los sueles robar de enemigos.

Horizon Zero Dawn no impone hacer las misiones secundaria. Por tanto, puedes hacer las misiones que te apetezcan, ayudando sin presiones. Aquí no hay millones de misiones inútiles como en la saga Assasins Creed. Además, la falta de una balanza de moral constante, te permite libertad a la hora de (en momentos concretos) responder en momentos de la historia. Se puede optar por ir de malo, bueno o dar una respuesta “más inteligente”. Algunas líneas de diálogo incluso te animan a no ir siempre de buen samaritano por la vida. Ni Aloy es así, ni tienes por qué serlo.

Aloy me parece uno de los protagonistas de videojuegos más icónicos y singulares desde Lara Croft. Aunque la arqueóloga pija usaba el “sex-appeal” de sus poligonales pretuberancias, Aloy gana a su audiencia con sus diálogos, curiosidad y pragmatismo. Cierto es que al principio no me gustaba mucho, demasiado arisca. Entendía su frustración debido a las leyes de su tribu, pero ni con esas conseguía simpatizar con ella. Al pasar más tiempo con ella; vas descubriendo sus virtudes, sus manías, y su manera de ver el mundo. Es un personaje exageradamente elaborado, extraordinario en más de un sentido, lleno de sensibilidad y compasión por el mundo que se ha abierto ante ella. Un ejemplo de protagonista icónico femenino dentro de la ficción en general. Siento haberme dejado la jugabilidad al final, pero me parecía de rigor alabar primero el trabajado mundo.

Pasando ya a lo que más interesará a quienes no lo hayan comprado ya por 20€ gracias a la línea low-cost “PS4 Hits”.
En sus andanzas por el mundo, Aloy contará con una lanza para combate cuerpo a cuerpo (que más adelante reprograma a las máquinas), su fiel arco, un tirachinas, una ballesta con la que tender cables que activen trampas. Habrá alguna más disponible gracias a los mercaderes como trampas o una escopeta sónica, pero este será nuestro arsenal básico frente a humanos y/o máquinas. Aunque a priori no parezca mucho, las armas adquieren una capa de profundidad al combinarse con “modificadores”. Piezas que pueden incrementar el daño o algún estado que ese arma pueda aplicar (o proteger si se aplican en los trajes). Por ejemplo, si tenemos una honda con munición de hielo, el enemigo se congelará; si aplicamos modificadores que aumenten la congelación, hará falta menos munición que hiele al enemigo. Gracias a esto, se consigue dar una capa de personalidad al estilo de juego. La forma más básica de jugar depende en gran medida del arco, controlado como un semi-fps cuando estamos tensando la flecha. Tarde o temprano lanzarse de cabeza al peligro arco en mano, nos matará. Aloy es cazadora, no tiene la fuerza para matar a un ejército como el personaje de un hack&slash. Es imprescindible por ello estudiar el terreno, atraer a la presa a las trampas, debilitarla lo máximo posible abusando de sus debilidades, etc. Básicamente pelear usando el cerebro más que el músculo. Debido a esto, las primeras horas serán familiarizarse con nuestro arsenal e ir experimentando.

El otro gran elemento lo encontramos en el tutorial del juego, el Foco. Un triángulo metálico que actua como lo que los geek imaginan que será Google Glass dentro de 20 años. Es algo así como el modo detective de Batman Arkham. Muy útil tanto para seguir rastros, detectar enemigos o, lo más útil, identificar las debilidades de las máquinas. Esto último será crucial frente a los bichos más fuertes como el Avetempesta o Atronador. Con esta información explotar esas debilidades será coser y cantar. Al final, uno acaba aprendiendo el comportamiento de cada enemigo. Esto haría de la experiencia algo repetitivo, si no fuese porque con cada derrota aprendes algo nuevo. Y aunque el juego tenga un sistema de niveles (y un árbol de habilidades que sobra), las máquinas no hacen menos daño a lo largo del juego. En otras palabras, alguien descuidado acabará muriendo frente a cualquier máquina siendo nivel 5 o 50. La partida se va guardando en las misiones, pero si morimos fuera de ellas tocará volver a nuestro último punto de guardado (como en Dark Souls) una hoguera.

Horizon Zero Dawn tiene un entorno rico tanto en naturaleza como cultura. Es increíble que un estudio popular por una saga con nazis de ciencia ficción, haya levantado una nueva IP tan bonita. Salvo severos problemas de popping (debidos quizá a mi Ps4 fat) y el problema de las animaciones con los moñecos con animaciones regulares en las cinemáticas in-game; dudo que haya un título original mejor en el catálogo de PS4. Acompañar a Aloy tumbando a los bichos más duros o viendo cómo surten efecto las trampas, es un gustazo. A veces no todo sale bien y toca improvisar; pero eso no deja de ser parte de la vida del cazador. Adaptación sacando el máximo partido a lo que tenemos, de eso va su jugabilidad.
En cuanto a la historia, habla de venganza, con comentario social no sólo sobre la mujer (como muchos asumieron y por lo que repudiaron el juego); también habla de compasión, racismo, la muerte, la amenaza de la tecnología, etc. Todo hilvanado decentemente tanto en la campaña como en las misiones secundarias. Si tenéis una PS4 es un imprescindible sin lugar a dudas.

Como nota personal, mi momento favorito del juego es acudir a una tumba. Nadie te dice de hacerlo, sólo te dicen “hemos hecho una tumba” y ya. Al escucharlo, decidí visitar la tumba por si era verdad. No sólo lo era, sino que la propia Aloy usa esos momentos para “confesarse” exponiendo sus dudas. En función de cuando acudas, dará nuevos detalles. Pero lo más curioso es que a partir de cierto momento, si visita la tumba, deja en la nieve temporalmente su Foco en la nieve por [SPOILERS]. Este estúpido detalle, para algunos, me encantó.

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Un tipo que se dedica a escribir sobre su hobby porque no hay humano capaz de aguantar su turra en la vida real.