Monster Hunter World y mi relación con ello.

Esfera
La Gran Bola
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7 min readJan 26, 2024

Podcast Monster Hunter y el cooperativo (junto a Kerk en el micro):

Me encanta Monster Hunter pero DIOS qué asco es entrar en una partida y notar que tu falta de habilidad está lastrando a les demás jugadores. No soy un tipo que le guste jugar en equipo, ni de hecho he tenido un juego como Fornite o los Duty para otra gente. Ya sabéis, ese juego online al que vuelves de tarde en tarde y creces poco a poco en juegos online, la diferencia es que Monster Hunter está hecho como una experiencia cooperativa no competitiva. Pero como siempre, estoy adelantándome.

Como estamos en invierno, me gusta arrancar con algo relacionado (o al menos su DLC). El juego de hoy encima tiene un valor especial, por algo fue mi último podcast. Fue el primero del que escribí en mi blog.

Monster Hunter World fue uno de los bombazos recientes de Capcom. Gracias a los cuáles, se les subió el salario a les trabajadores hasta un 30%. El retorno de Resident Evil, sus remakes del 2 y 3, el Devil May Cry 5 y, por supuesto, los Monster Hunter fueron algunos de los responsables de esta mejora. World marcó el salto al público general de esta saga tan de nicho. Ahora existe Stories con su enfoque jrpg por turnos, mientras Rise representa la fórmula original de la franquicia, con ligeras mejoras para la gente nueva como servidor.

Se crea un avatar destinado a vérselas con kaijus en miniatura que barren el suelo con dicho avatar. Les jugadores tienen varios estilos de juego, uno por arma hasta un total de 13, todas desbloqueadas desde el minuto uno. Cada cuál con su propio set de movimientos, como escoger a King en lugar de Eddie en Tekken 3, el verdadero rey del ring del puño de hierro. En fin, eso, 13 armas. Las hay a distancia como las ballestas que hacen de Monster Hunter algo un poco más familiar a les acostumbrades a shooters. También están tus armas gigantes como una espada gigante que riéte tu de las vistas en los souls, o un instrumento llamado cornamusa (el matrimonio no deseado de una gaita y un martillo gigante). Lleva un tiempo y varias consultas a internet para qué negarlo, pillarle el truco a ese arma. Si no sabéis el potencial de algún arma, mirad en Twitter a SunhiLegend.

Si os interesa Monster Hunter, probablemente hayáis visto sus gifs con un timming exquisito matando bichos. De ello va un poco Monster Hunter. Patrones y timming. Aunque de primeras las bestias parecen no tenerlos, por su salvaje comportamiento.

En World somos colonizadores del nuevo mundo. Pelín hipócrita quizá ver al juego en sus cinemáticas hablando de la belleza de la naturaleza, cuando al fin y al cabo solo matamos bichos estableciendo nuestro lugar en la cadena alimenticia. Pretextos que legitimen la muerte de estos bichos, para luego imitar al Señor Burns en su número musical de Los Simpsons. Ya sabéis ese hablando de sus prendas hechas de animales: “Cinturón de Deviljo, un casco de Pukei salido de Bloodborne, la armadura de esqueleto…” No, mejor no intento el número musical. Tengo el sentido musical de una alpaca.

Resulta que la colonización del nuevo mundo consistía en muchos cazadores montados en un buque tras la pista de una montaña (literal, un kaiju) de lava llamada Zora Magdaros. La primera de muchas metas en Monster Hunter World. Cada meta abre más el mundo a nuevos bichos y ecosistemas, . Su fauna y flora son los protas del juego. Se nota que Capcom ha subido el nivel unificando las áreas de los biomas, separadas antes por pantallas de carga. Al verse obligados a darle forma a esas áreas que definen el bioma, la estructura de los niveles es muy interesante. No importa las veces que entres en esos mapas, olisqueando las pisadas o recogiendo residuos orgánicos de los bichos.

El gameloop empieza así, siendo arrojades al bioma, familiarizandonos con el entorno, su estructura, etc. Nuestro avatar llevará un farolillo verde con una de las novedades del juego, lafarillos. Una especie de luciérnagas que se iluminarán al detectar el rastro de una posible presa. Seguimos el brillito, recogemos más rastros, y como sabuesos los lafarillos acabarán quedándose con el rastro del bicho. A partir de ahí empieza la persecución, vía un minimapa. Con el bicho ante nosotres, sólo queda blandir el arma, reducir su salud, romperle partes del cuerpo, perseguirle varias veces hasta que decida descansar en su nido para el asalto final. Fácil. O eso me gustaría decir. En este proceso, la interfaz está llena de datos. Aprender a leer todo es cuestión de práctica pura y dura. una cantidad absurda de indicadores entran en la caza. Combina eso con los rangos de las armaduras, tu rango de cazador, las investigaciones, que cada bicho tiene una conducta y zonas habituales en su bioma autóctono, patrones… ES MUCHO A MEMORIZAR. World de primeras abruma. Harán falta unas cuantas visitas a Youtube a quién quiera un curso acelerado de las bases.

Si como novata o novato pasas ese primer bache, queda la falta de progreso que sientes atascada o atascado en una misión demasiado para ti. El juego ayuda proveyendo de una armadura con la que puedes pasarte el juego entero. Aún así, como decía antes, son los patrones y timming con los bichos la clave del juego. ¿Qué haces si te superan? Pedir ayuda. Por esto Monster Hunter World ha sido el único juego que me ha mantenido, como a otres con Fornite, Call of Duty, Roblox, FFXIV u otros juegos online con vastisimas comunidades online.

Pese a que te derriben muchas veces, pese a morir por tu inexperiencia, pese a que creas que eres una carga para el equipo… Nunca te irás de los biomas con las manos vacías. Bien sea viendo a otres cazando al bicho, recopilando rastros de este o sólo almacenando recursos del entorno; nunca te sentirás en un punto muerto. El gameplay vive de la repetición luchando contra bichos gigantes cientos de veces, cierto. Aunque la cosa no llega a los niveles de un Souls. Ahí entra el rastreo que comentaba. Aquello de recoger mocos de los monstruos, mejora los llamados “niveles de investigación”. A más investiguemos al bicho, más datos se nos revelan, como qué piezas extraer de ellos destrozando qué partes, o (más útil) sus debilidades. Sí, consultar internet es sencillo, no obstante; ¿No sienta bien ver que tus progresos rastreando al bicho una y otra vez dan su fruto? Sus datos se llenan más rápido si cazamos especímenes vivos, pero machacarlos hasta la muerte supone materiales exclusivos. Dientes, cuernos, su piel, etc. Gracias a un chat interno y un par de frases que tengamos preparadas de antemano, podemos decirles al resto de la party en nuestra misión que “queremos capturarle”. En PC incluso podemos parar nuestro personaje en un área segura para escribirlo vía chat interno. En consola, hay una rueda a modo de accesos directos. Pero como ya digo, la interfaz abruma con mucha mierda. No quiero hacer como el juego con este comentario en forma de audio plasta del whatsapp.

Podría extenderme muchísimo hablando de los tejemanejes, como un añadido posterior perfecto para las armas pequeñas como mis espadas dobles, la garra. Por no extenderme, quedaros con lo importante: Matar bichos enormes, conseguir sus partes, y seguir avanzando por el vasto Nuevo mundo. Su rollo “el ciclo de la vida”. De primeras pensaba lo vi hipócrita, rollo “sí, claro… Sigue hablando de la fauna, lo bonita que es! Mientras robo huevos, practico cirugía con mis espadas o pongo trampas cuál furtivo del África subsahariana buscando marfil”. Y en parte, es así. Aún así, su sentido de comunidad, ha mantenido a esta franquicia de nicho durante años. World fue la entrada para muches como yo. Gente que veíamos Monster Hunter como algo interesante, frenades por el manejo o variables interviniendo en una caza. No sé si de aquí podría pasarme a un Monster Hunter más clásico, por ahora miro Rise en el horizonte. Y no digo esto por la coña de que está basada en Japón. Con Iceborne terminado hasta el dragón rojo (me es imposible superarlo), aparcaría el juego ya. Que ya va tocando considerando que debe ser la cuarta vez que hablo de este juego en mi blog. Pero siempre tengo alguna razón para notar ese picorcillo que me hace volver, no sólo conquistar semi-kaijus.

Se puede disfrutar de los parajes. Bien recolectar recursos, pescar o atrapar animales más pequeños (e incluso plantas) para la casa de tu avatar, junto a la zona de entrenamiento. La apropiación de bienes naturales (como buen colono) es factible tanto en las misiones de la historia, las opcionales (con recompensas jugosas) o simplemente irte de expedición. Cuando decides deambular por los parajes, sin restricciones de tiempo u objetivos.

World es cierto, abruma. Ello no implica que tengas un cañón de escopeta en la espalda, forzándote a comprender todo. Acabes de empezar o tengas ya la historia terminada, SIEMPRE hay gente jugando. No todo el mundo acudirá en tu ayuda, pero cuando lo hacen y conquistáis esa misión imposible para ti… Es como una raid en un mmo. Si ves que tu problema viene de una falta de soltura, está la zona de entrenamiento practicando el moveset de tu arma. Si el problema son los monstruos, intenta una expedición y pide ayuda. O únete a otras partidas online con ese monstruo, aprende de otres jugando. Y sino, siempre habrá alguna guía en forma de vídeoguía. World habla de la naturaleza, pero también un esfuerzo cooperativo por sobreponerse a ella. Y quizá por ese mensaje, ha sido mi juego online. Algo que suena raro decir para alguien que odia los juegos dependientes íntegramente del online.

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Un tipo que se dedica a escribir sobre su hobby porque no hay humano capaz de aguantar su turra en la vida real.